Todos hemos experimentado esa sensación inexplicable cuando algo simplemente no anda bien y no sabemos por qué. O esa agradable sensación de que algo grande va a ocurrir hoy. Esa corazonada que tenemos desafía la lógica y la razón, y aún así es una herramienta importante para resguardarnos y guiarnos en la dirección correcta.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que cada uno de nosotros tiene la capacidad de recibir todos los mensajes espirituales que necesitamos para prosperar en cada área de nuestra vida. Estos mensajes provienen de nuestra alma, no como información o lógica, sino como intuición. La intuición es una capacidad que todos tienen pero que debe desarrollarse, al igual que un músculo debe entrenarse para fortalecerse.
He aquí cuatro pasos para comenzar a desarrollar una intuición más fuerte:
1. Define tus intenciones y el rumbo que deseas en la vida. La intuición en realidad puede guiarnos en distintas direcciones dependiendo de nuestras intenciones. Nuestras intenciones son como una brújula que señala hacia cierta dirección, y nuestra intuición nos apoya en alcanzar esa meta. Si no tenemos claro el rumbo en el que queremos que marche nuestra vida, los mensajes que recibiremos serán confusos en el mejor de los casos.
La Luz del Creador siempre está fluyendo hacia nuestra vida, siempre tratando de ayudarnos; y nosotros podemos dirigir esa asistencia al determinar nuestras intenciones. Algunas personas deciden que quieren tener vidas egoístas, preocupados únicamente por lo que les conviene a ellas. Su intuición naturalmente las conducirá hacia sus objetivos egoístas. ¡Incluso podrían alcanzarlos! Pero, en definitiva, no encontrarán plenitud duradera porque sus intenciones provenían de un lugar egoísta.
Constantemente, haz introspección y pregúntate: “¿Cuál es el verdadero rumbo que deseo en la vida?”. Cada uno de nosotros tiene un propósito que vinimos a cumplir en este mundo. Cumplir este propósito implica que concentremos nuestra energía en desarrollar un deseo de compartir y luchar contra nuestros deseos egoístas. No debemos ser perfectos, pero concentrarnos en esa intención nos ayudará a obtener la claridad de intuición que necesitamos en nuestra vida.
2. Usa los sentimientos y la información en conjunto cuando tomes decisiones. Por alguna razón, nuestra sociedad da poco valor a las decisiones basadas en la intuición y da un enfoque mucho mayor a la lógica y la razón. Esto nos lleva a ignorar los mensajes que recibimos de nuestra alma. Necesitamos la lógica, desde luego, pero también necesitamos una cantidad igual o mayor de intuición para guiar nuestras decisiones.
Sin importar cuán lógicos tratemos de ser, nuestras decisiones “racionales” a menudo están basadas en falsedades y malentendidos. Incluso tener toda la información del mundo no te conducirá a tomar la decisión correcta. La intuición, cuando se alía con la información y la razón, es mucho más útil para enviarte en la dirección apropiada.
Comienza tomándote en serio tus sentimientos. Ten presente que no todo lo que sientes es intuición —a veces es miedo, ansiedad o estrés— pero es un punto de inicio para conectarte con tus instintos. Juntos, los sentimientos y la información, son una combinación poderosa.
3. Encuentra dónde tu ego ha creado puntos ciegos. Lo reconozcamos o no, todos tenemos prejuicios, intenciones ocultas y cosas que simplemente no queremos ver o creer. A veces estamos muy ciegos ante lo que tenemos ante nosotros porque tenemos nuestras segundas intenciones. Esto impide que escuchemos los mensajes que nuestra alma nos está enviando.
El ego siempre nos dirá que debemos ignorar nuestra intuición según lo que nos dice la lógica. Esto puede llevarnos a ignorar señales de alerta y corazonadas. Nos convencemos a nosotros mismos para no ver y sentir lo que vemos y sentimos. Quizá tengamos miedo de que, al ver la verdad, tengamos que admitir que estamos equivocados o hacer un cambio en nuestra vida que es difícil o doloroso de hacer.
Pregúntate: “¿Qué áreas de mi vida están dirigidas por mi intención de ver las cosas de cierta manera?”. No tengas miedo de ver la verdad sobre tu vida y quien eres realmente. Mantente abierto a ver las cosas de forma distinta a como solías verlas.
4. Profundiza tu relación contigo y con el Creador. El alma es como el cuerpo. Cuando el cuerpo es alimentado, se siente sano y vivo. De la misma manera, el alma necesita alimentarse para despertar. Alimentamos el alma al profundizar nuestros estudios espirituales, trabajar en transformarnos y luchar contra nuestro ego.
Muchas personas se sienten perdidas en la vida sin sentido de orientación. Una de las principales razones por las que esto ocurre es porque no están trabajando en despertar sus almas. El alma está destinada a dirigirnos de maneras que ni siquiera podemos imaginar. Cuando estás perdido, te dirige fácilmente cualquier cosa que entre en contacto contigo, sea positiva o negativa. La única forma segura de saber en qué puedes confiar es entrando en contacto contigo mismo y el Creador.
Desarrollar la intuición es una herramienta importante que cada uno de nosotros necesita para mejorar, crecer y encontrar las respuestas que necesitamos. Recibimos mensajes y respuestas todo el tiempo, pero necesitamos poder escucharlas. Desarrollar la intuición es como desarrollar un músculo: algunas personas quizá tengan habilidades naturales, pero todos pueden entrenarla para que se vuelva todavía más fuerte. Cuando hacemos el trabajo espiritual para tener una vida con propósito, nuestra intuición se fortalece y nos ayuda a tomar las decisiones correctas y obtener las respuestas que buscamos.