Cuando se trata de compartir nuestros sentimientos más profundos, miedos e inseguridades, solemos sentirnos más cómodos hablando con un desconocido que con nuestros allegados. Podríamos hablar con un mesero, un peluquero o un terapeuta para desahogarnos, pero nos cuesta compartirlo con las personas que amamos. Si bien a menudo ocultamos aspectos de nosotros mismos por miedo a ser juzgados, hay un gran poder en el acto de compartir con nuestra pareja los aspectos más vulnerables de nuestro ser.
La vulnerabilidad es el pegamento esencial de cualquier relación. Nos ayuda a resistir los desafíos que, de otro modo, nos separarían o dañarían la relación. Nuestro nivel de satisfacción en una relación es igual a lo abiertos y auténticos que podamos ser en la relación.
He aquí tres pasos para crear una relación más sincera y abierta:
1. Comienza por ser sincero contigo mismo sobre tus sentimientos.
Tenemos la tendencia a mentirnos a nosotros antes de mentirles a los demás. Abrirse a otros requiere que primero nos entendamos a nosotros mismos. Sé claro contigo mismo sobre lo que sientes y lo que puedes ganar al compartirlo. Explora por qué ciertos temas son delicados para ti. ¿Qué es lo que te provocan? ¿A qué le tienes miedo? ¿Qué es aquello que realmente no quieres que tu pareja sepa de ti?
Cuanto más te hagas estas preguntas, más respuestas empezarán a revelarse. Desde ese lugar, puedes empezar a examinar lo que significa compartir esos aspectos con tu pareja y cómo tu relación en realidad podría beneficiarse de ese tipo de sinceridad.
2. Crea un espacio seguro para compartir mutuamente.
La vulnerabilidad debe cultivarse y acogerse para que se cree una verdadera conexión en las relaciones. La vulnerabilidad requiere sentirse seguro y amado incondicionalmente. Crea un espacio para que tu pareja se muestre con autenticidad. Hazle saber que no hay que avergonzarse por estar en medio del desordenado proceso de la vida, y que no hay nada que pueda hacer que dañe tu amor o tu apoyo.
Anima a tu pareja a dejarse ver y asegúrale que está a salvo. Siente curiosidad por conocerla a un nivel más profundo y pídele que haga lo mismo por ti. No se puede pasar por alto el poder que esto le da a tu pareja o la fuerza que desarrollará en la relación.
3. Dedica tiempo cada semana a compartir cosas pequeñas.
Cualquier vulnerabilidad u oportunidad de ser más abierto es importante. Una de las razones por las que es tan importante ser activamente más vulnerable es que entonces permite a la otra persona esté presente de una manera significativa. Muchas veces sentimos que nuestra pareja no está ahí para nosotros, pero en realidad no le damos la oportunidad porque no expresamos lo que necesitamos ni por qué. Esperamos que nuestra pareja nos lea la mente y nos enojamos si no lo hace. Esperamos que nuestra pareja nos apoye en todo sin saber aquello que nos constituye. La sinceridad abierta da a tu pareja la oportunidad de estar presente de formas que no tiene ni idea de que podría o debería.
Comienza por compartir cosas más pequeñas que no te atreves a revelar a tu pareja. Dedica tiempo cada semana a revelar pequeños aspectos de ti mismo hasta que te sientas preparado para compartir cosas más significativas. Invítala a hacer lo mismo. Es mucho mejor ser demasiado vulnerable que no serlo lo suficiente.
La manera de fortalecer cualquier relación es a través de un esfuerzo constante de ambas partes por ser cada vez más vulnerables. Nuestro ego nos dice que la vulnerabilidad nos hace más débiles, pero en realidad proviene de la parte más fuerte de nuestro ser. Casi siempre, ser vulnerable te abre a ti y a la relación a ser más fuertes. Una relación abierta y sincera es aquella en la que te puedes exponer y ser apreciado. Cuanto más dispuestos estemos a ser nuestro verdadero yo, más fuertes serán los cimientos para construir una relación a largo plazo. La vulnerabilidad no es una opción si quieres una relación que crezca. No es solo algo agradable, es algo esencial.