El concepto de optimismo tiene muchas creencias erróneas a su alrededor. A menudo se confunde con la positividad tóxica: la creencia de que no importa cuán grave sea una situación, una persona debe mantener una mentalidad feliz, reprimiendo todas las emociones difíciles en favor de una fachada alegre y falsamente positiva. En realidad, el optimismo consiste en ver una experiencia negativa como algo temporal y cambiante. Los optimistas ven las dificultades como algo externo a sí mismos, no un reflejo de ellos porque sean malas personas, y saben que es una situación específica que no debería definir todos los demás aspectos de la vida.
La trayectoria natural de la naturaleza humana es volverse más pesimista a medida que tenemos cada vez más experiencias y pensamientos negativos que se acumulan con el tiempo. Sin importar dónde te encuentres en el recorrido entre optimista y pesimista, puedes hacer el cambio hacia una mentalidad más optimista mediante tu trabajo espiritual.
He aquí cinco consejos para adoptar un estado de ánimo más optimista:
Todos estamos siempre en un proceso que nos lleva toda la vida (o incluso varias vidas) completar. Solemos pensamos erróneamente que donde estamos ahora es como será el resto de nuestras vidas. En realidad, estamos en medio del proceso de la vida; la parte desordenada del trayecto no es el destino.
Recuerda que sigues creciendo y cambiando, de formas que reconoces y otras que no. Solo dejamos de crecer cuando partimos de este mundo. Eso significa que las cosas pueden cambiar en cualquier momento y que puedes transformarte de maneras poderosas a cualquier edad.
Todo lo que vivimos nos cambia, queramos o no. O retrocedemos o saltamos hacia delante, pero no podemos quedarnos estáticos. Hasta los momentos más pequeños pueden cambiarnos de forma significativa.
El único modo seguro de que los altibajos de la vida te cambien de manera positiva es pensando activamente en cómo éstos te están cambiando y cómo quieres que te cambien. En lugar de resistirte al cambio, acéptalo con una intención.
Todo comienza con un pensamiento. La forma en que experimentamos cada aspecto de nuestra vida está determinada por la forma en que elegimos pensar al respecto. Tus ideas se convierten en palabras que se convierten en acciones que crean tu experiencia. Tu creencia sobre cómo se desarrollará tu día crea la forma en que vives ese día, y lo que crees que mereces afecta aquello que te llega.
Es saludable y necesario sentir nuestras emociones negativas, pero sé consciente de cómo las decepciones afectan tu pensamiento a largo plazo. Una vez que una persona adopta una actitud derrotista o una visión limitada de la vida, fija un límite a su éxito y felicidad. Revísate y recuerda que si tienes un punto de vista optimista y ganas de crecer y cambiar, en definitiva, tendrás éxito.
La fuerza fundamental que nos creó a cada uno de nosotros es una fuerza positiva, y su deseo natural es compartir la bondad con nosotros. Cuando aceptas eso de forma genuina y vives desde esa base, comienzas a darte cuenta de que puede haber contratiempos a veces, pero que estás subido a una ola de energía positiva que te está impulsando en pos de cada vez más bendiciones. Tener esta conciencia te permite acceder a ella.
El Creador quiere que tengamos mucho más de lo que tenemos. Nuestro trabajo es entender y tener esa conciencia que se conecta con esa ola. Cuanto más tiempo tengamos ese entendimiento, más optimistas podemos llegar a ser.
Saber que el Creador es una fuerza de bondad no significa que obtengamos todo lo que queremos o que las cosas siempre salgan según creemos que deberían. A veces las bendiciones están esperando llegar nosotros, pero el Creador sabe que no estamos listos para ellas. ¡Ganar la lotería a veces puede ser la maldición más grande!
La vida está llena de cosas que no queremos que sucedan. En estos momentos, el Universo nos está enviando mensajes; a veces es un error que cometimos y otras es un desafío que debemos superar. De cualquier manera, hay algo que aprender.
Ten en cuenta que tenemos una visión limitada del mundo. No entendemos todo porque no podemos ver el panorama completo. Mantente abierto a que el Universo te guíe en la dirección que debes ir. Asume el desafío de detenerte y decir: “¿Qué información se supone que debería recibir de esta experiencia o momento?”.
La vida tendrá sus altibajos, decepciones y fracasos, pero la forma de tener éxito es alimentando una visión optimista. Con frecuencia, los momentos más oscuros son donde hay potencial para una gran Luz. Perseverar en los desafíos nos permite convertirnos en las grandes personas que estamos destinados a ser. Reconoce dónde te has vuelto indiferente y pesimista, y cultiva activamente una visión cada vez más optimista de tu vida y del mundo.