Hay un chiste que dice: “¿Por qué todo el mundo se queja de los vagos? ¡No han hecho nada!”. Aunque podamos pensar que la pereza es “no hacer nada”, en realidad puede tener un efecto muy perjudicial en nosotros espiritualmente.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que la pereza es parte de nuestra naturaleza humana, y a fin de que podamos alcanzar el propósito de nuestra alma, tenemos que luchar constantemente contra ese aspecto de nuestro ser. Con el tiempo, si una persona permite que la pereza se infiltre, no solo dificulta lograr su propósito en la vida, sino que también crea una capa de pesadez sobre todo en su vida. Al luchar contra la pereza, hacemos que la vida sea mucho más satisfactoria y esté llena de bendiciones.
He aquí tres consejos para resistir la pereza y ser más proactivos:
1. No dejes las acciones positivas para mañana, hazlas inmediatamente.
¿Alguna vez has pensado en algo positivo que querías hacer pero has decidido esperar? Luego, al día siguiente, de pronto no parece tan importante o necesario. Es posible que tengas dudas y decidas no actuar.
El problema de dejar las cosas para mañana es que, a medida que pasa el tiempo, la energía de nuestras acciones positivas se opaca cada vez más. Hay fuerzas negativas que trabajan en contra de nosotros. Si esperas hasta mañana para realizar una acción poderosa, esta se volverá más difícil, en formas que tal vez no puedas ver. Incluso si logras hacer la acción, tendrá un impacto menor debido a estas fuerzas negativas.
Si piensas en una buena acción que puedes realizar, no esperes. Pasa a la acción inmediatamente. Esto garantiza la menor resistencia y el mayor impacto.
2. Cuando realices una acción positiva, acelera tu ritmo.
Si sientes que te falta deseo en algún área, ya sea en el trabajo o las relaciones, esfuérzate en hacer las cosas más rápido. Esforzarnos por actuar con rapidez despierta deseos positivos cada vez mayores, que nos ayudan a impulsarnos hacia delante. Si te diriges a hacer una buena acción, intenta caminar más rápido. Si has empezado algo importante, termínalo tan pronto como puedas. Solo esa acción de acelerar el paso aportará grandes beneficios.
Desde luego, algunas cosas requieren un proceso más largo. Actuar con rapidez no significa apresurarse o hacer un trabajo deficiente. Tómate el tiempo que sea necesario, pero no arrastres los pies.
3. Programa tiempo de inactividad para descansar y recuperarte.
Ser proactivo y trabajar con rapidez no significa agotarse y quedar exhausto. Es importante tener tiempo para que tu mente descanse a fin de que otras ideas creativas puedan venir a ti. Programa tiempo para desconectarte de todo y simplemente ser; ya sea meditación, reflexión tranquila o relajación. Eso no es pereza, es permitirte acumular la energía que necesitas para afrontar las cosas importantes. No podemos dar lo mejor de nosotros sin un equilibrio entre el trabajo y el descanso.
Cada persona tiene que luchar contra su pereza para poder alcanzar sus mayores bendiciones. Esta es una verdad fundamental para poder experimentar la vida como estamos destinados a hacerlo y cumplir el propósito de nuestra alma. Piensa en la semana que transcurrió: ¿cuáles fueron las decisiones que tomaste o no tomaste debido a la pereza? ¿Cuáles son las veces que deberías haber dicho sí en lugar de no? Nunca es demasiado tarde. Ponle energía inmediatamente.