Hay pocas cosas en la vida que puedan aportarnos tanta alegría, satisfacción y apoyo como nuestras relaciones románticas. Cada individuo merece una relación que crezca y provea alegría infinita a lo largo de su vida. Cualquier relación puede ser una alianza exitosa y satisfactoria, pero requiere tiempo, esfuerzo y trabajo.
He aquí cuatro consejos para cultivar una relación duradera:
1. Comprométanse a crecer y cambiar juntos.
El cambio es una parte necesaria para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. A veces nos resistimos al cambio porque lo vemos como una conmoción o un disturbio en nuestra vida, pero el cambio también es responsable de nuestras experiencias más felices. La verdad es que estamos cambiando constantemente de formas que no podemos percibir en su totalidad. La única opción que tenemos en la vida es decidir hacia dónde queremos dirigir nuestro cambio. Acoge el cambio y busca maneras de crecer con él.
Crecer y cambiar suena como una labor difícil y dolorosa. Si bien es cierto que implica mucho esfuerzo, no tiene que ser dolorosa sino consistente. Si quieres ser exitoso en cualquier área, ya sea en tu profesión, tu estado físico o incluso como padre, debes hacer un esfuerzo. Raras veces consideramos nuestras relaciones de la misma manera. A fin de que nuestras relaciones prosperen, debemos desear el cambio positivo y el crecimiento, y esforzarnos proactivamente en pos de ello.
Tu felicidad y la de tu pareja depende de cuánta energía inviertan en cultivar, alimentar y desarrollar la relación. La base de una relación debe ser que ambas personas deseen crecer y cambiar, y que ambos estén dispuestos a cambiar con la ayuda del otro.
2. Entra en contacto con tus propios pensamientos, emociones y desencadenantes, a fin de que puedas compartirlos con tu pareja.
Ser emocionalmente inteligente es un aspecto clave para desarrollar una relación sana. Requiere entender y asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos y las situaciones en las que nos encontramos, y trabajar para descubrir los orígenes de nuestra tristeza, enojo o frustración.
Si no estás en contacto con tus propios pensamientos, sentimientos, desencadenantes y traumas del pasado, entonces no puedes comunicarlos a tu pareja. Quizá esperes que ella lea tu mente, entienda cómo te sientes o que haga cosas por ti sin que tengas que explicarte, lo cual impone una presión innecesaria en la relación.
Dedica tiempo a entrar en contacto contigo mismo. Cuestiona tus propias ideas y sentimientos, y profundiza para hallar dónde se originan. Esto no solo te ayudará a entenderte mejor a ti mismo, sino que también permitirá que tu pareja te comprenda claramente.
3. Creen un espacio seguro para que ambos puedan abrirse.
Muchas relaciones terminan porque las parejas olvidan cómo comunicarse, respetarse o tratarse con gentileza. Si una persona siente que tiene que defenderse o protegerse constantemente, podría cerrarse o alejarse, lo cual hace imposible que crezcan o se eleven como pareja.
Creen un entorno donde se permitan revelar mutuamente los aspectos más sensibles y privados de su ser, sin miedo a la crítica. El simple hecho de saber que somos amados incondicionalmente nos hace sentir seguros. Compartir tus miedos, traumas o vergüenzas implica vulnerabilidad y apertura, pero cuando lo haces, creas un espacio en el que ambos se sienten comprendidos y se fortalecen juntos.
Pregúntate: ¿Están cómodos con el hecho de revelarse ante ustedes mismos? ¿Qué están haciendo para aumentar el nivel de seguridad y confianza?
4. Mantén la curiosidad por conocer a tu pareja.
En la etapa inicial de una relación, generalmente queremos saberlo todo sobre la otra persona. Pero, en algún punto, tendemos a dejar de hacer preguntas. La vida se colma tanto de trabajo, familia o hijos que parece que no hay tiempo para profundizar en las experiencias emocionales de cada uno o, peor todavía, podríamos asumir que sabemos todo lo que hay que saber de la otra persona.
Emociónate por descubrir algo nuevo sobre tu pareja, sin importar cuánto tiempo hayan estado juntos. Dediquen tiempo a hacer preguntas y aprender sobre el mundo del otro en mayor detalle, desde la infancia hasta las experiencias actuales. Conoce qué la moldeó en la persona que es hoy en día y la persona de quien te enamoraste. Si inviertes tiempo y esfuerzo, comenzarás a enamorarte de una versión todavía más completa de la persona con la que estás.
Una relación espiritual es una relación consciente en la que dedicamos nuestros pensamientos y nuestra energía en fortalecerla. Tal vez no siempre lo logremos con éxito, pero lo importante es que pensemos en estos conceptos y nos esforcemos por alcanzarlos. Ten presente que puedes tener la vida y la relación que deseas. Sin importar cómo te sientas por tu relación en este momento (en especial si está marchando bien), reconoce que puede ser más fuerte, más profunda y mejor. ¡Ahora es el momento de poner manos a la obra!