Es natural que queramos que los demás tengan una buena opinión de nosotros; ya sea que somos buenos en nuestro trabajo, buenos padres o, simplemente, personas con las que es divertido estar. Si bien es importante recibir comentarios constructivos a veces, con frecuencia el obsesionarnos con cómo nos perciben los demás puede impedir que vivamos de forma auténtica. Quizá nos censuremos a nosotros mismos, actuemos con superioridad o intentemos ocultar aspectos de nuestro ser para evitar críticas. Aunque esto podría parecer una forma de protegernos, puede evitar que experimentemos las alegrías de la vida, la libertad de ser nosotros mismos y, más importante aún, cumplir el propósito de nuestra alma.
He aquí cinco consejos para concentrarnos menos en lo que piensen los demás y comenzar a vivir con más autenticidad:
1. Evalúa cuánto te importa la opinión de otras personas.
En cierta medida, todos estamos influenciados por lo que los demás piensan de nosotros. Quizá no ocurra en asuntos importantes, como dejar de ir tras las cosas que queremos, pero sí de formas sutiles, como la manera en que vestimos o dónde compramos.
He aquí algunas señales de que estás concentrado en cómo te perciben los demás: repasas situaciones una y otra vez por errores que cometiste o las maneras en que sonaste tonto; cuando alguien dice algo negativo de ti, te mortificas al respecto, ya sea que el comentario sea cierto o no; tomas medidas extremas para evitar la desaprobación; tienes miedo a pedir lo que quieres. ¿Cuánta energía dedicas a estas áreas? ¿Qué aspectos de tu vida son particularmente propensas a buscar aprobación externa? Esto puede ayudarte a sopesar cuán interesado estás en la opinión de los demás. Reconocer estos pensamientos es un primer gran paso para cambiar ese comportamiento.
2. Acepta que hacer algo significativo para ti implica que tendrás oposición y personas a las que no les agrades.
Cada una de nuestras almas tiene algo único que aportar a este mundo. ¡Eso significa que nadie más lo ha hecho! También significa que es probable que algunas personas no lo entiendan.
La oposición es inherente a alcanzar el propósito de nuestra alma. Podemos tener una vida en la que todos nos quieran, pero nunca revelaremos la Luz única por la que vinimos a este mundo. Si estás haciendo algo significativo, tendrás oposición y personas a las que no les agrades. Diviértete siendo rebelde. Si todavía no has molestado a nadie, no has hecho algo que valga la pena.
3. Practica actuar con integridad y compasión. Vivir con autenticidad no es una licencia para lastimar a otros.
A veces la gente confunde vivir sincera y auténticamente con poder decir cualquier cosa que quiera todo el tiempo, indistintamente de cómo afecte a otras personas, solo porque "es la verdad". La idea de vivir auténticamente no es lastimar a otros cuando eres tú mismo, sino más bien estar en contacto con tu alma, tratarte a ti mismo con gentileza, y actuar con integridad y consideración con los demás.
Esto implica entrar en contacto contigo mismo y vivir de una forma que sea fiel al deseo de tu alma. Significa rendirte cuentas a ti mismo cada día, trabajar en reducir el ego, tomar buenas decisiones que sean por tu bien y compartir con los demás. La sinceridad y la autenticidad no tienen que ser opuestas a la bondad y la empatía.
4. Mantén una mente abierta al momento de distinguir entre comentarios sanos y la crítica dañina.
A veces no escuchamos a otras personas porque no estamos listos para encarar una determinada parte de nuestro ser, u omitimos sus comentarios porque no estamos dispuestos a hacer el trabajo de cambiar para mejor. Vivir con autenticidad no significa que nunca más tengamos que escuchar lo que los demás tengan que decirnos sobre nosotros mismos. Otras personas pueden ayudarnos a ver nuestros puntos ciegos y abrirnos los ojos a áreas que podemos mejorar.
Distinguir los comentarios sanos de la crítica dañina es una importante habilidad a desarrollar. Practica escuchar los comentarios sin inmediatamente reaccionar o aceptarlos como la verdad absoluta. Escucha y reflexiona con la mente y el corazón abiertos. Después, decide lo que quieras aceptar o descartar.
5. Rodéate de personas que te apoyen y cuyos comentarios aprecies.
Las personas cuyas opiniones valoramos el día de hoy probablemente sean otras completamente distintas dentro de cinco años. En la secundaria hacíamos todo lo posible por encajar entre nuestros compañeros. Pero después nos graduamos y, por lo general, a algunos no los vemos nunca más. ¿Por qué dedicar tanta energía intentando que te acepten personas que quizá no estarán en tu vida por mucho tiempo? Las redes sociales han exacerbado todavía más este asunto. Queremos ser aceptados por personas que ni siquiera conocemos y permitimos que nos influyan de maneras profundas.
Elige tu tribu sabiamente. Rodéate de personas que quieran que prosperes y cuyos comentarios sean significativos. Pregúntate: ¿Cuántas personas de verdad me apoyan, me aman incondicionalmente y me ofrecen sus comentarios desde un lugar de amor? ¡Es un grupo pequeño! Con demasiada frecuencia, nos preocupamos por las personas que realmente no se preocupan por nosotros. Está bien tener un grupo grande de amistades, pero asegúrate de tener claro quiénes son parte de tu verdadero sistema de apoyo.
Luchar contra nuestro deseo natural de encajar no es fácil, pero es increíblemente importante. No solo es el camino hacia una vida más sana y feliz, sino que es el camino para que nuestra alma revele su gran Luz y potencial en este mundo. Comienza a escuchar más a tu voz interior y menos a las voces externas que te dicen qué deberías ser, cómo debes actuar o en qué casilla debes encajar.