El filósofo griego Heráclito dijo: “La única constante en la vida es el cambio”. Cada uno de nosotros está cambiando todo el tiempo, y cada experiencia nos moldea de alguna manera, lo queramos o no. No podemos elegir si cambiamos o no, pero sí podemos elegir si el cambio es impuesto sobre nosotros o si cambiamos proactivamente de forma positiva.
He aquí consejos para crear un cambio positivo en tu vida:
1. Concéntrate en fortalecer tus pensamientos e intenciones en torno a las áreas que deseas cambiar.
El cambio empieza en la mente. Nuestras acciones solo pueden ser tan fuertes como nuestras intenciones. Cuando encuentres un área de ti mismo o de tu vida que te gustaría cambiar, pregúntate: “¿Cómo puedo fortalecer mi conciencia en torno a esta área? ¿Qué pensamientos que puedo fortalecer a diario para ayudar a conseguir mi objetivo?”.
No comiences a pensar en estas áreas solo cuando tengas dificultades con ellas. Ten un diálogo interno todos los días sobre lo que quieres o no quieres hacer con tu vida.
2. Encuentra el equilibrio entre disciplina y flexibilidad.
Muchas veces alguien puede estar en un camino positivo y cometer un pequeño error que lo haga sentirse completamente abrumado por la vergüenza, la culpa o el reproche. Esos sentimientos pueden frenarlo o impedirle seguir haciendo cambios positivos. Es bueno tener intenciones, calendarios y objetivos, pero hay que saber que los errores son una parte normal del proceso y que las cosas no siempre salen tal y como las planeamos.
El cambio requiere disciplina y flexibilidad en partes iguales. El camino hacia el cambio nunca va a ser una línea recta: tendrá altibajos, fracasos y éxitos. No esperes ganar todos los días. No todas las elecciones o decisiones serán las correctas. Cuando algo no salga como quieres, pregúntate qué opciones tienes para seguir adelante. Esto puede abrirte a muchas posibilidades.
3. Ten un diálogo con los pensamientos negativos que te limitan y desafíalos.
Todos tenemos una voz negativa en la cabeza que nos dice que debemos rendirnos, que no somos lo suficientemente buenos o que las cosas nunca saldrán como queremos. Es importante saber que esa voz no proviene de la parte verdadera de nuestro ser, la que es bella y poderosa y capaz de lograr un cambio real. Esa voz es un obstáculo que todos tenemos que superar.
Cuando surjan esos pensamientos negativos, acógelos, conversa con ellos y desafíalos. En lugar de ignorarlos o reprimirlos, afróntalos. Pregúntate si son cosas que realmente crees o si son la influencia de otras personas. ¿Te sirven estos pensamientos? Si no es así, tienes el poder de elegir una nueva respuesta a ellos.
4. Ten presente que cada aliento es una oportunidad para empezar de cero y convertirnos en alguien nuevo.
La sabiduría de la Kabbalah nos enseña que cada aliento que tomamos nos infunde una nueva fuerza de vida. Cada respiración es una oportunidad para empezar de cero. Incluso si cometiste un error hace un segundo, tienes un nuevo comienzo en este momento.
Si tienes un mal día o cometes un error, debes saber que puedes volver a empezar en cualquier momento. Con cada nuevo aliento, te conviertes en una persona nueva. Puedes recuperarte de tus errores o fracasos e intentarlo de nuevo.
5. Trabaja en amarte a ti mismo de forma plena y absoluta a fin de lograr un cambio duradero.
Puede resultar desalentador o deprimente cuando vemos aspectos de nosotros mismos que tenemos que cambiar. En lugar de inspirarnos a cambiar, puede hacernos sentir que no estamos a la altura o que nunca alcanzaremos nuestro potencial. Esos pensamientos solo sirven para frenarnos. Para cambiar por completo las partes de tu ser que necesitas cambiar, primero debes amarte por completo.
Tienes que amarte tanto como para estar involucrado e interesado en tu desarrollo y crecimiento que estés dispuesto a hacer cualquier cosa en esa búsqueda. Desde ese lugar, puedes crear un cambio verdadero y duradero.
El cambio forma parte de la razón por la que estamos aquí. No estamos destinados a permanecer estáticos y es imposible que la vida no nos cambie. El cambio no es un objetivo que alcanzamos y luego abandonamos. Es una parte constante de nuestra vida que requiere persistencia y refuerzo. Determina la intención de los cambios que quieres hacer, y dirige tu energía y conciencia en su búsqueda.