Hay una dualidad interesante que la mayoría de nosotros experimentamos en la vida. Por un lado, queremos sentirnos especiales y únicos y, por otro, queremos encajar y ser aceptados por nuestros congéneres. Puede que intentemos ocultar o negar nuestras diferencias por miedo al ridículo o las críticas. Pero nuestras diferencias están conectadas con la Luz única que estamos destinados a revelar en el mundo. Aprender a aceptar las partes de nosotros que intentamos ocultar es un aspecto clave de nuestro trabajo espiritual.
He aquí tres consejos para ayudarte a acoger tus diferencias y encontrar tu don único:
1. Observa las áreas de tu ser que más ocultas para encontrar dónde se esconde tu mayor superpoder.
La mayoría de nosotros comprendemos intelectualmente que nuestras diferencias nos hacen únicos, pero aún así nos cuesta acogerlas plenamente. Compartir con orgullo nuestras diferencias con el mundo implica trabajo y autodescubrimiento, pero es un viaje que vale la pena. Podemos replantear nuestras diferencias y usarlas como fuente de fortaleza y poder.
Nuestros superpoderes existen en las áreas de nuestro ser con las que nos sentimos incómodos, donde somos más únicos y más diferentes. Tómate un momento y piensa cómo eres diferente y cómo te sientes al serlo. ¿Qué temes que los demás vean de ti? ¿Qué te provoca miedo al rechazo? Aquí es donde reside tu superpoder.
Ten el valor de acoger las partes de tu ser que son diferentes o complejas a veces. Esa voz que te dice que no eres lo suficientemente bueno es tan solo un obstáculo para tu éxito definitivo. Ve a los lugares que te asustan y ten la disposición de ver las partes de ti mismo con las que te sientes incómodo o inseguro como el camino hacia la Luz. Reconoce que es una apertura para revelar la belleza que habita en tu interior y que estás destinado a mostrar al mundo.
2. Ten presente que eres el único que puede revelar tu Luz única que el mundo necesita.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que cada uno de nosotros es único, y eso conlleva una responsabilidad. El mundo ha esperado millones de años para que vengas a este mundo, no para hacer lo que otros hacen, sino para revelar la Luz única que solo tú puedes producir. Es un trabajo especial que ninguna otra persona, pasada o presente, puede hacer. La única manera de lograrlo es acogiendo las partes que te hacen diferente.
Cuando tratamos de hacer cosas buenas en el mundo, la mayoría de nosotros se inclina hacia las cosas positivas que son más fáciles de lograr, pero nos alejamos de esa área que es más importante porque es también el área que nos es más difícil. El propósito de nuestra alma está vinculado a las áreas que son más complejas. La pregunta no es cuántas cosas buenas has hecho o cuánto has logrado, sino cuántas veces has abordado las cosas difíciles. Ahí es donde se revela la mayor Luz.
3. No desistas de revelar tu Luz. ¡Hace falta perseverancia!
Transformarnos para bien es trabajo difícil. La mayoría de las personas lo intenta una vez, fracasa y abandona. Incluso personas muy espirituales se cansan o pierden la perseverancia. El verdadero cambio implica elegir una y otra vez seguir intentándolo hasta que se convierta en parte de lo que eres. No sucede de la noche a la mañana. Nuestra Luz única tiene que trabajarse con perseverancia cada día. A menos que lo hagamos e invirtamos tiempo y esfuerzo, es muy fácil desviarse.
Pregúntate: “¿Qué estoy haciendo cada día para transformarme, para poder revelar una Luz única cada día?”. Retoma la actividad de encontrar las partes de tu ser que estás ocultando y trabaja por compartirlas con el mundo. No hay atajos.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que cada persona está destinada a experimentar la vida con bendiciones infinitas en todas las áreas. A medida que encontramos, transformamos y acogemos las partes de nuestro ser que son más complejas, abrimos todas las puertas que permiten que estas bendiciones entren a nuestra vida. No debemos ocultar nuestro verdadero ser para complacer a los demás. Al revelar quiénes somos realmente, podemos crear una influencia positiva duradera en el mundo y encontrar más alegría en nuestra vida.