Las relaciones sanas necesitan equilibrio para ser prósperas. Desafortunadamente, no siempre invertimos el tiempo y el esfuerzo necesarios para encontrar y mantener el equilibrio con nuestra pareja. A menudo una parte siente que tiene más responsabilidades que la otra o que se le han impuesto expectativas poco realistas. Esto puede hacer que, con el tiempo, uno se sienta poco apreciado o acumule resentimiento hacia su pareja.
Encontrar el equilibrio requiere trabajo duro y una comunicación abierta, pero es la clave para una relación duradera y satisfactoria.
He aquí tres consejos para cultivar una relación mejor y más equilibrada:
1. Dividan las responsabilidades de forma justa y consensuada para que ambos se sientan valorados y apreciados.
El reparto de las tareas del hogar puede ser un gran motivo de discordia en una relación. Suele haber nociones preconcebidas de que ciertas responsabilidades deben recaer en el hombre o la mujer debido a los roles tradicionales de género. Desafía estas suposiciones conversando con tu pareja para determinar qué es lo que funciona mejor para su relación. Una persona puede estar más dispuesta o ser más capaz de limpiar la casa mientras que la otra está más preparada para manejar las finanzas, por ejemplo. O tal vez haya que intercambiar ciertas tareas cada semana.
Sé sincero contigo mismo. Si miras la totalidad de la relación, ¿asumes la misma cantidad de responsabilidad que tu pareja? ¿Quién está haciendo realmente más por la mejora de la relación? ¿La balanza se inclina mucho hacia una de las partes? Si es así, considera dónde se producen estos cambios en el equilibrio y cómo puedes corregirlos.
El acuerdo tiene que funcionar para ambas partes. Cuando se establecen expectativas justas y claras, se ayuda a desarrollar una conexión.
2. Confiar en que tu pareja resuelva todos tus problemas es una expectativa poco realista. Asume la responsabilidad de crear tu propia alegría.
Un problema común en las relaciones es que una de las partes dependa excesivamente del otro para que la satisfaga, la haga sentirse mejor consigo misma o llene su vacío. Nuestras parejas están destinadas a amarnos, apoyarnos y ayudarnos, pero no pueden ser responsables de arreglar todos nuestros problemas. Es una expectativa injusta e inalcanzable la que se adjudica a otra persona y puede ser perjudicial para la relación.
Todos llegamos a las relaciones con expectativas poco realistas. Pregúntate: “¿Cuáles son las expectativas injustas que tengo para mi pareja?”. Asume la responsabilidad de crear tu propia alegría y ten presente que no es responsabilidad de tu pareja resolver todos tus problemas. Esto sacará parte del peso innecesario de ella y lo pondrá sobre tus propios hombros, donde debe estar.
3. El deseo de compartir es clave para obtener bendiciones y plenitud. Haz que tu relación se base más en el compartir mutuo que en recibir.
Por lo general, cuando empezamos una nueva relación nos concentramos en lo que recibimos de nuestra pareja, ya sean buenos sentimientos, amor o consuelo. En algún momento, de ser posible desde el principio, deberíamos empezar a pensar en cuánto estamos aportando y no sólo en lo que estamos esperando de ellos.
El deseo de compartir es clave para desbloquear bendiciones y plenitud. No solo cultiva una relación más fuerte con nuestra pareja, sino también con el Creador. Intenta concentrarte en un deseo de compartir con tu pareja y observa cómo esto fortalece la dinámica de tu relación.
Hallar el equilibrio en una relación requiere esfuerzo, práctica y receptividad. Trabaja en crear un espacio seguro para que ambos se comuniquen con sinceridad. Desafíen sus expectativas en lo que respecta a los roles y las responsabilidades, en especial a lo que se refiere crear su propia alegría, y centren su atención en compartir mutuamente más de lo que reciben. Esto conducirá a una relación más sana y equilibrada.