Todos hemos recibido críticas duras alguna vez. Puede resultar insoportable que alguien critique nuestras acciones, nuestros defectos y rasgos de personalidad. Puede hacernos sentir enojados, deprimidos, culpables o hasta desalentados. Sin embargo, hay una forma de usar la crítica como una herramienta de crecimiento personal y espiritual, una que nos lleve a una mayor plenitud.
He aquí tres consejos para transformar las críticas duras en información valiosa:
1. Haz una pausa y date tiempo para procesar si la crítica es válida o no.
Todos procesamos la crítica de maneras diferentes. Algunas personas las aceptan bien de entrada, pero se torturan interiormente; otras personas las discuten, culpan a alguien más o las descartan por completo. Cuando recibimos una crítica, nuestra inclinación natural es reaccionar, aunque la reacción puede variar de una persona a otra. En lugar de arremeter, deprimirte o de evitar la conversión, tómate un momento para detenerte y escuchar. No interrumpas, no discutas y no tomes ninguna decisión sobre la información que estás recibiendo. Recuerda que las emociones pueden nublar tu juicio en el momento. Tienes derecho a decirle a la otra persona: “Gracias por llamarme la atención sobre esto. Lo pensaré un poco”.
No todas las críticas son válidas. Hay personas abusivas que pueden querer menospreciarte, hacerte quedar mal, hacerse sentir mejor o desviar la culpa de sí mismas. Solo con tiempo, espacio y reflexión podemos comenzar a discernir qué es información útil y qué es una crítica hiriente. A veces es necesario hacer a un lado lo que dicen otras personas para escuchar tu propia voz.
2. Acepta las críticas como una oportunidad de aprendizaje.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que estamos destinados a convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos cada segundo de cada día. Y la verdad es que, sin importar cuánto trabajo interno hayamos hecho, siempre hay más por hacer. Nuestro crecimiento espiritual debe ser continuo. No obstante, es imposible vernos a nosotros mismos de forma completa y exhaustiva. Es mucho más fácil ver los defectos de otros que los nuestros, por lo que es importante estar abiertos a recibir comentarios de los demás y del mundo que nos rodea.
Cuando alguien te ofrezca un consejo, una sugerencia o una crítica, piensa menos en quién viene y más en qué dice. Intenta hacer preguntas para entender mejor el punto de vista de esa persona. No es necesario que tomes todo lo que te diga como la pura verdad, pero reconócelo como una forma de verte a ti mismo desde una perspectiva diferente y una oportunidad para crecer de maneras que ni siquiera sabías que necesitabas.
3. Confía en que las críticas están ayudando a disminuir tu ego.
Aun cuando la crítica venga de la persona equivocada con la intención equivocada, sigue teniendo un propósito espiritual. No ocurre por casualidad. El ego representa la parte de nosotros que trata de impedirnos crecer y cambiar. Es la parte de nosotros que quiere rechazar inmediatamente cualquier crítica que nos llegue, incluso si es información válida. A veces tenemos que pasar por un proceso de disminución del ego. Esto significa que, aunque lo que alguien diga de nosotros pueda estar completamente equivocado, es necesario para evitar que tengamos una visión inflada de nosotros mismos. Esa crítica es necesaria para nuestro propio crecimiento, simplemente como una forma de romper nuestro ego.
Cuando algo es difícil de escuchar, ten presente que es algo que tu alma necesitaba recibir, no necesariamente porque sea cierto, sino porque tu ego necesitaba ser disminuido. Con menos ego, serás capaz de discernir mejor si la crítica es válida o no y de encontrar las formas en que necesitas crecer para tener una vida más feliz y plena.
La crítica tiene el poder de paralizarnos si se lo permitimos. Pero tenemos la capacidad de transformar cualquier cosa negativa que nos hayan dicho en algo positivo. Puedes elegir cuándo deberías y cuándo no deberías escuchar las críticas, y usarlas como una oportunidad para ver una versión más clara de ti mismo y una