Cuando pensamos en el arrepentimiento, tendemos a pensar en las cosas que desearíamos poder editar, cambiar o borrar del pasado, las cosas que nos mantienen despiertos hasta altas horas de la noche mientras repetimos los sucesos en nuestra cabeza, pensando en nuestros errores y fantaseando con lo que debimos haber hecho distinto. Sin embargo, la sabiduría de la Kabbalah enseña que alguien que ha cometido un error y lo ha corregido está en un nivel espiritual más elevado que alguien que nunca cometió ningún error en primer lugar. Esto se debe a que el proceso de autorreflexión y de redención nos hace más poderosos y elevados.
Cada vez que hacemos algo que no debimos haber hecho, ya sea actuar egoístamente o lastimar a alguien, eliminamos una parte de nuestra fuerza de vida, escondiéndola en la oscuridad. A través del proceso de hacer retrospección y redimirnos, podemos recuperar esa parte de nosotros y reconectarnos con la Luz. Al hacerlo, nos convertimos en personas más plenas. No se trata solo de volver a donde estábamos antes de cometer el error, sino de llegar a un lugar en el que estemos más elevados.
He aquí cinco pasos para crecer a partir de tus errores:
El propósito ver nuestros errores pasados no es simplemente crear una lista de las cosas que necesitamos cambiar en el futuro, sino más bien reconocer las áreas en las que no vivimos a la altura de nuestro máximo potencial. Incluso si hiciste cosas grandes e importantes este año, debes saber que todavía hay mucho más de lo que eres capaz. Piensa en las veces en las no fuiste fiel a ti mismo. ¿Dónde están las áreas en las que no actuaste de acuerdo con tu alma? ¿Cómo lastimaste a otras personas? ¿De qué manera te lastimaste a ti mismo?
Este paso puede doler un poco, y eso está bien. Permítete sentir el dolor del pasado con la idea de que no caerás en las mismas trampas en el futuro.
En la vida, no hay ninguna experiencia por la que pasemos que no veamos ante todo a través de nuestra propia lente subjetiva. Trata de ponerte en el lugar de otra persona y ver cómo tus acciones la afectaron.
Cuando otros ofrezcan una crítica de tus acciones, escucha sin responder. Tómalo como una oportunidad para crecer. Cuando alguien te da un pedazo de su mente, tómalo en silencio y solo escucha lo que está diciendo. No se trata de limpiar tu nombre o justificar tus acciones, sino de estar callado y tener tu corazón abierto a una nueva perspectiva.
Antes de que algo llegue a existir, hay un momento de perfección que lo antecede. Si estás construyendo una casa, tienes una idea perfecta de cómo se verá en tu mente. Mientras la construyes, hay retrasos, las cosas salen mal y el proceso puede ser complicado, pero con el tiempo, la visión se manifiesta. Todos estamos en medio de ese proceso en nuestras vidas. Existe una versión perfeccionada de nosotros mismos a la que podemos conectarnos. Tu ser perfeccionado es la visión que tienes de la persona en la que te vas a convertir.
Con ese concepto de tu ser perfeccionado, aclara tus metas e imagina tu ser actualizado manifestando esa meta. Visualiza tu carácter, tu punto de vista, tu narrativa, tu esencia interior, y usa esto para medir hasta dónde tienes que llegar. Sé sincero contigo mismo: ¿Tu progreso diario es suficiente para crear la realidad de la persona y el futuro que imaginas?
Imagina que tienes USD 604 800 en tu cuenta bancaria. Entonces, alguien viene y roba USD 20 de tu cuenta. ¿Gastarías el resto de tu dinero persiguiendo a la persona que robó esos 20 dólares? Probablemente no. 604 800 es el número de segundos en una semana. Piensa en las interacciones negativas o los pasos en falso que realizaste que solo duran unos segundos o minutos, pero que continúan plagando tus pensamientos a lo largo de la semana, robando momentos que podrían estar llenos de alegría.
Perdemos demasiado de nuestro tiempo y de nuestros días aferrándonos al dolor y a la culpa. Nos roba la vida. Cuando nos aferramos al dolor, el remedio más simple es perdonar, aunque es una de las cosas más difíciles de hacer. Saber que todo te sucede por una razón y que estás en medio de un proceso puede ayudarte a perdonarte a ti mismo y a los demás con más facilidad.
Cuando empiezas a transformarte de manera positiva, comienzas a darte cuenta de que no tienes que aferrarte a las cosas que te han sucedido. Cuanto más trabajes en mejorarte a ti mismo, más te convertirás en una persona diferente de la que tomó esas decisiones. Tu transformación ha sido tan completa que sabes que no vas a volver a cometer los mismos errores. Puedes deshacerte del remordimiento y el dolor, confiando en que tomarás decisiones diferentes en el futuro.
A veces damos una connotación negativa a recordar nuestros errores, pero en realidad es uno de los procesos más empoderadores por los que podemos pasar. Tómate el tiempo para mirar el pasado y reconocer que no solo es algo bueno y espiritual, sino que en realidad te empodera y te convierte en una persona más elevada y fuerte. Reflexiona sobre tu día, semana, mes o año, y usa tus errores como una oportunidad de crecimiento. Al hacerlo, estás adueñándote de tu poder y de tu alma.