El cambio es una parte emocionante y necesaria de la vida. Nos inspira a repensar las cosas, nos presenta nuevas oportunidades de crecimiento y nos permite liberar todo el potencial de nuestra alma. Estamos cambiando todo el tiempo, ya sea que nos demos cuenta de ello o no. La elección que tenemos es cómo queremos dirigir esa transformación.
He aquí cinco consejos para hacer cambios positivos en tu vida y comenzar a vivir la mejor versión:
1. Entra en contacto con lo que tu alma quiere de la vida.
Con demasiada frecuencia, las personas transitan la vida sin saber realmente lo que quieren ser, lo que quieren lograr o lo que quieren que sea su vida. No saber quiénes somos o qué deseamos hace que sea más difícil elegir a las personas y el entorno adecuados para rodearnos.
Saber lo que quieres te convierte en una persona fuerte. No tienes que salir al mundo para descubrir lo que quieres; tu alma ya lo sabe. Nuestro objetivo espiritual es develar esa verdad. Si bien otras personas y lugares pueden ayudarnos en ese viaje, en definitiva depende de cada uno de nosotros develarla dentro de nosotros mismos.
Haz tiempo cada día para entrar en contacto con el aspecto más íntimo de tu ser. Cuanto más sepas quién eres, qué amas, qué detestas, qué te emociona y qué te motiva, más cerca estarás de lograr lo que realmente quieres.
2. Evita conformarte con lo “suficientemente bueno”.
Solemos conformarnos con cosas en la vida porque son seguras o cómodas. ¡Es posible que ni siquiera nos demos cuenta de que nos estamos conformando! Algunos de estos pensamientos son como: “Este no es el empleo que realmente quería, pero tengo suerte de tener uno” o “Esta no es la relación que quería, pero mi pareja es amable y me ama”. Podemos quedarnos estancados al vivir en un lugar que parece lo suficientemente bueno para hoy, pero no para siempre.
Cuando nos conformamos, transitamos la vida sin realmente experimentarla tal y como debería ser. Es como tener los sentidos entumecidos. Ten presente que no tienes que conformarte en ningún área de tu vida que no sea completamente satisfactoria. Sin importar lo grandiosa que sea tu vida, siempre hay otro nivel y algo nuevo por descubrir. Anhela algo más, algo más profundo, más rico, más duradero. Vivir con intensidad y plenitud es como debe ser la vida.
3. Esfuérzate por aprender de tus errores.
La persona que eres en este mismo momento es gracias a tus experiencias previas, incluyendo tus errores. A través de esa perspectiva, los errores no son malos, simplemente son parte del camino. Podemos llegar a desperdiciar tanto de nuestra vida y energía lamentándonos por el pasado que no disfrutamos el presente. Estamos destinados a dedicar nuestra energía en el futuro, no en el pasado.
Los errores son una parte necesaria del aprendizaje y no nos definen. No eres la última acción negativa que realizaste. Estás destinado a seguir elevándote y creciendo. Incluso después de cometer el peor error que te imagines, puedes ascender a los niveles más altos de crecimiento, bendiciones, Luz y conexión. Celebra siempre quien eres y donde te encuentras en tu recorrido.
4. Asume los desafíos como oportunidades.
No siempre podemos elegir lo que nos sucede, pero podemos elegir cómo nos sentimos y reaccionamos ante ello. Cuando se presentan desafíos, podemos optar por adoptar una mentalidad reactiva o proactiva.
Ser reactivos significa que respondemos de inmediato a lo que surja, sin tratar de entender su propósito o hacer espacio para el Creador en la situación. Podríamos gritarle a alguien que nos enoja o alterarnos cuando las cosas no salen exactamente como lo planeamos. Por otro lado, mentalidad proactiva significa que hacemos una pausa y reflexionamos sobre la situación, sabiendo que la Luz del Creador está presente y que hay algo que se puede ganar con el desafío.
Al cambiar tu conciencia para ver proactivamente los desafíos como oportunidades, recuperas el poder de dirigir tu vida. Dejas de ser una víctima de las circunstancias y comienzas a tomar las riendas de tu futuro. Esta es la mentalidad que, en defintiva, aporta plenitud y crecimiento duraderos.
5. No esperes a que la vida te suceda. ¡Créala tú mismo!
El cambio requiere acción, urgente e inmediata todos los días. Sabemos que a veces tenemos que planificar las cosas y crear estrategias, pero con frecuencia nos quedamos estancados en la planificación al punto de que nunca damos los pasos necesarios para alcanzar esos objetivos.
El cambio positivo comienza con un pensamiento, una creencia o una idea, pero requiere acción. Piensa en dónde estabas el año pasado. ¿Estás emprendiendo más acciones (pequeñas o grandes) este año de las que hiciste antes? Si es así, es un gran indicador de que estás haciendo un progreso positivo hacia una transformación significativa. Si no es así, busca formas de comenzar a emprender acciones, grandes o pequeñas, cada día.
Cualquier cambio que deseamos ver comienza con un cambio en nuestro interior. Entra en contacto con el aspecto más íntimo de tu ser y con tus verdaderas aspiraciones de la vida. Reconoce que hay mucha más plenitud, alegría y Luz que se puede obtener al salir de tu comodidad o de lo que es “suficientemente bueno” por ahora. Desde ese lugar, esfuérzate por aprender de tus errores, ve las oportunidades en tus desafíos y emprende medidas prácticas hacia el cambio. Esta es una fórmula ganadora para una vida próspera llena de transformación positiva.
