La temporada festiva es un tiempo de alegría, celebración y relajación… pero también es un tiempo que puede ser increíblemente estresante, en especial cuando se trata de transitar la dinámica familiar. Algunos de nosotros incluso sentimos temor a la idea de las reuniones familiares. Reunirse con la familia puede significar acalorados debates políticos, discusiones sobre decisiones de vida y reabrir viejas heridas.
Todas las familias tienen sus desafíos. Las familias están formadas por personas, y las personas son seres complicados. Si bien no podemos cambiar o controlar a otros miembros de nuestra familia, podemos elegir determinar nuestra conciencia de una manera positiva y productiva que nos prepare para el éxito.
He aquí cinco consejos para transitar las fiestas junto a la familia:
1. Determina tus intenciones y expectativas con anticipación.
Gran parte de nuestro estrés en las fiestas se origina en querer que las cosas sean perfectas: la comida, la decoración, la alegría e incluso nuestras interacciones familiares. Queremos que todo sea como en una película de fiestas de fin de año. Pero cuando las cosas salen mal o no están a la altura de nuestras expectativas, es fácil sentirse frustrado, alterado o enojado. La clave es determinar tus intenciones de antemano. En lugar de querer que todo sea perfecto, lo cual es imposible, concéntrate en las cosas que más deseas obtener de la experiencia.
No puedes obligar a los demás a ser alegres, bondadosos, considerados o respetuosos, pero puedes elegir lo que obtienes de tu experiencia y dónde pones tu esfuerzo. Antes de las fiestas, haz una lista de las cosas que más te importan y una lista de las cosas que estás decidido a no dejar que te molesten. Entrar con esta conciencia te ayuda a determinar tus expectativas e intenciones para ayudar a evitar desilusiones o caer en un comportamiento reactivo del que podrías arrepentirte después.
2. Despierta el aprecio por tus seres queridos.
Cuando nuestros familiares nos alteran, es fácil perder de vista la gratitud que sentimos por su presencia en nuestra vida. Siempre tenemos la opción de adoptar una mentalidad de aprecio. Pasar tiempo en familia y con seres queridos es un regalo que no todos tienen.
El aprecio puede ser incómodo a veces. En ocasiones pareciera que los demás no lo merecen o no es correspondido. Pero el agradecimiento no significa que todo vaya bien o que estés de acuerdo con sus decisiones, significa que estás agradecido de que simplemente estén ahí para ti y te quieran.
Recuerda que el tiempo que compartimos con otros en el mundo físico es limitado. Haz todo lo que puedas por despertar el aprecio mientras las personas en tu vida aún están aquí. A través de despertar el aprecio, puedes transformar por completo tu experiencia y permitir que los milagros entren en tu vida.
3. Busca formas de compartir más desinteresadamente.
Las fiestas consisten en compartir con los demás, pero eso no solo significa encontrar el regalo perfecto para dar. Hay muchas maneras en las que podemos compartir: ayudar en la preparación de las comidas, ofrecer un hombro en el que apoyarse o hacer todo lo posible para hacer un favor, por ejemplo. Todos sabemos que es bueno hacer cosas por otras personas, pero es más fácil decirlo que hacerlo cuando se trata de parientes que pueden sacarnos de quicio o que no hacen lo mismo por nosotros. Ten presente que la forma más poderosa y transformadora de compartir es cuando la acción nos saca de nuestra comodidad y no esperamos nada a cambio.
Algunas relaciones siempre serán desafiantes, pero las dinámicas deben evolucionar a medida que crecemos. Un hijo puede convertirse en el proveedor de los padres, el hermano menor puede ofrecer sabiduría al mayor y los primos lejanos pueden convertirse en mejores amigos. Piensa en cómo puedes asumir el papel de una persona dadora dentro de tu familia.
4. Abordar los conflictos familiares como oportunidades para el crecimiento personal.
Tu familia es perfecta. No, eso no significa que todos se lleven bien o que no tengan problemas complejos. Significa que tu familia está perfectamente diseñada para tu crecimiento espiritual. La sabiduría de la Kabbalah enseña que nuestra alma elige a la familia en la que nacemos, sabiendo que los desafíos y las ventajas que trae son exactamente lo que necesitamos para convertirnos en la mejor versión de nosotros.
Tu alma quiere que crezcas y te transformes. Todos los traumas y dificultades que experimentas son parte de ese proceso, impulsándote a cambiar de maneras poderosas. Los conflictos familiares están destinados a ser oportunidades de crecimiento. Esto no excusa el mal comportamiento de las personas, pero si lo estás experimentando, hay algo para aprender. ¡Rara vez es un proceso cómodo!
5. Busca humor en la situación.
El humor es una herramienta poderosa. Cuando las personas actúan mal, es fácil enojarse, pero también es posible encontrar el humor en la situación. Piensa en las historias que cuentas sobre algo alocado que alguien dijo o hizo que parecía un gran problema en ese momento, pero que ahora parece divertido o tonto en retrospectiva.
Cuando un familiar diga o haga algo que te moleste, considera si hay una forma de hacer que la situación sea graciosa. Puedes elegir tu respuesta si no interiorizas lo que está diciendo. Puedes tomarte las cosas a pecho o hacer lo contrario y encontrar el humor en ello.
Las fiestas presentan oportunidades para que intentemos ser la mejor versión de nosotros entre las personas que más nos provocan. Ten la certeza de que tu familia está diseñada para tu crecimiento y que cada desafío que presenta es una oportunidad para que aprendas y crezcas. Cuanto mayor sea el aprecio que despiertes por tus parientes, no solo tu dinámica familiar será más positiva para ti, sino que realmente te beneficiarás de las bendiciones a las que te abras.