Desde temprana edad nos enseñan a evitar nuestros sentimientos de tristeza. Hacemos callar a los bebés que lloran y les decimos a los niños que sollozan que se animen y dejen de llorar. El mensaje de que la tristeza debe evitarse a toda costa se nos transmite de niños y se interioriza a medida que crecemos. Sin embargo, la sabiduría de la Kabbalah nos enseña que cada emoción, incluida la tristeza, tiene un propósito único y necesario.
Como seres humanos, estamos hechos para experimentar grandes emociones. Tendemos a ignorar o evitar los sentimientos negativos porque no tenemos las herramientas para manejar las emociones incómodas para transformarlas en algo positivo. Pero podemos aprender cómo cada emoción nos aporta nueva información, nos ayuda a tomar decisiones y nos permite expresar la totalidad de nuestra personalidad. La tristeza no solo no es motivo para huir, sino que puede ser un poderoso maestro.
He aquí cuatro maneras de transformar la tristeza en algo positivo:
1. Cuando te sientas triste, presta atención. Es una señal de que hay algo que debes examinar con minuciosidad.
Cualquier emoción negativa existe como indicador de algo a lo que debemos prestar atención. La tristeza sirve para alertarnos de que algo nos preocupa y para ayudar a reorientarnos a fin de retomar el camino hacia la alegría. Cada vez que experimentamos tristeza, es un llamado de nuestra alma que nos dice que no estamos prestando suficiente atención a algo o que estamos haciendo algo que no deberíamos.
A veces, cuando no sentimos alegría, tenemos que hacer de detectives en nuestra vida para descubrir qué más podría darnos plenitud. Cuando sientas un cambio mental, físico o emocional, haz una pausa y pregúntate si hay algo que debas hacer distinto o que debas entender de esto. Cuando descubras lo que te entristece, haz algo al respecto de inmediato. No tengas miedo de modificar tu rutina o hacer un cambio drástico.
Da las gracias a la tristeza por dirigir tu atención a algo que podrías haber pasado por alto o que no lo hayas considerado suficientemente importante como para abordarlo de frente. Invitar a la tristeza a ser tu maestro es una forma segura de empezar a transformarla.
2. Acoge la tristeza el tiempo suficiente para aprender de ella. Luego, déjala ir.
Podemos aprender mucho de nuestra tristeza. Puede ayudarnos a ver las situaciones con más claridad, aprender de nuestros errores e incluso motivarnos a realizar cambios importantes en nuestra vida. La tristeza es una herramienta necesaria, pero a menudo extiende su estadía. Quedarse en el espacio de la tristeza es, en definitiva, contraproducente y crea una barrera que nos impide experimentar las bendiciones.
Trabaja para descubrir las lecciones que la tristeza te está enseñando, pero luego lucha para elevarte fuera de ese estado tan rápido como puedas. Cuanto más rápido aprendas de la tristeza, más rápido podrás superarla.
3. Invierte tiempo en el estudio y la práctica espiritual, aun cuando las cosas marchen bien, para ayudar a prepararte para los momentos difíciles.
Con frecuencia la gente recurre a la espiritualidad en tiempos de tristeza, pero cuando las cosas empiezan a cambiar, pueden relajarse en su práctica o dejar de estudiar por completo, olvidando que lo que los llevó a un lugar positivo es la sabiduría y los cambios realizados en su vida.
A largo plazo, estamos destinados a ser capaces de tener la fuerza interior y la sabiduría para atravesar cualquier tipo de tristeza y recibir beneficios de ella, pero llegar a ese punto requiere trabajo. La única manera de tener permanentemente las herramientas para entender la tristeza y crecer gracias a ella es a través de la práctica espiritual constante. Parte de eso es obtener más sabiduría y desarrollarnos como personas.
Asegúrate de que inviertes suficiente tiempo en el estudio, la práctica espiritual y la transformación interna. Si tomas este camino y verdaderamente inviertes y perseveras incluso cuando las cosas van bien, te sorprenderá cómo podrás ver las bendiciones en los momentos de tristeza.
4. Recuerda que tu alma es perfecta y está hecha de un potencial infinito. La tristeza no te define.
Muchas veces dejamos que nuestras emociones negativas nos definan. Podríamos empezar a considerarnos como una persona enojada, una persona celosa o una persona triste, por ejemplo, en lugar de alguien que ocasionalmente experimenta esas emociones como cualquier otra persona. Nos resulta difícil vernos a nosotros mismos como la hermosa perfección de nuestra alma.
Ten presente que tu alma es perfecta, llena de Luz y de potencial. Eso es lo que eres realmente, incluso si quizá te encuentras en un punto bajo pasando un desafío. Dedica tiempo para conectarte con la perfección de tu alma. Recuerda la gran Luz que hay dentro de ti. Puede que experimentes tristeza, pero debes saber que no es una parte fundamental de ti.
La tristeza es un regalo destinado a transformarnos para bien. Atravesar la tristeza con este cambio de conciencia puede ayudarnos a transitarla más felices y elevados. Escucha los mensajes que te envía tu alma cuando te sientas triste. Ponte en contacto con tu verdadero ser y desarrolla las herramientas que necesitas a través de la sabiduría y la práctica espiritual. Acepta la tristeza como un maestro y luego déjala ir, recordando que la tristeza es una emoción, no algo que te define. Tu alma es perfecta, poderosa e ilimitada.