¿Alguna vez has analizado tu semana y te has preguntado cómo pasó el tiempo tan rápido? Tuviste muy buenas intenciones el lunes, pero, de pronto, es viernes y no has logrado ninguna de las cosas que planificaste al comienzo de la semana. Lo más probable es que no te hayas quedado sentado perdiendo el tiempo toda la semana, sino que estuviste ocupado invirtiendo tiempo y energía en otras cosas. Ya sea que esas otras cosas sean importantes o no, no deja de ser un hecho que son distracciones de tus metas generales.
No todas las distracciones son malas. A veces necesitamos distracciones que nos ayuden a lidiar con situaciones difíciles o dolorosas. Pero, muy a menudo, nuestras distracciones en realidad nos impiden lograr lo que debemos hacer. La sabiduría de la Kabbalah enseña que cada día tiene un propósito único que solo puede alcanzarse ese día. Si seguimos el camino espiritual, tenemos que asumir el control de nuestro tiempo y pensamientos a fin de lograr nuestro trabajo de vida.
He aquí tres manera de comenzar a concentrarse más en lo que es verdaderamente importante:
1. En lugar de dividir tu atención, concéntrate en una cosa a la vez. Es fácil caer en la trampa de intentar lograr demasiadas cosas a la vez. Nuestra vida está tan llena de cosas importantes —nuestra familia, nuestro trabajo, nuestro bienestar personal— que solemos dividir nuestra atención entre ellas. Quizá estemos cenando con nuestra familia pero estemos pensando en los correos electrónicos del trabajo que debemos enviar mañana. O tal vez estemos en una reunión de trabajo pero comencemos a planificar lo que prepararemos de cena esa noche. Con tantas áreas que demandan nuestro tiempo, el problema no siempre es que no les dedicamos suficiente tiempo, sino que no les dedicamos toda nuestra atención.
Concéntrate en escuchar y estar presente. Dondequiera que estés, está al 100 %. Piensa en el objetivo principal para este momento, esta hora, este día, y comprométete con él. Puedes dar tiempo y atención a todo lo importante en tu vida, ¡pero no a todo a la vez! Quizá necesites intercambiar prioridades a lo largo del día.
2. Haz tiempo para reflexionar en silencio. Uno de los principales daños de estar distraídos es que nos impide prestar suficiente atención a la gran sabiduría que hay en nuestro interior. Toda la sabiduría y las respuestas que necesitamos ya están dentro de nosotros, pero, a fin de acceder a ellas, debemos hacer silencio. El ruido y el caos de nuestra vida diara evita que escuchemos verdaderamente la voz de nuestra alma. Practicar la concentración es trabajar en la capacidad de escuchar a tu voz interna con más claridad.
¿Cuándo fue la última vez que aprovechaste la oportunidad de sentarte a solas y pensar en lo que es importante para ti? Nuestra vida está tan ocupada que escasamente damos prioridad a esta práctica necesaria. Somos mejores y más creativos cuando nos damos el espacio para desconectarnos, y esto nos da el espacio para conectarnos con nuestra alma. Ya sea meditación, oración o simplemente un momento tranquilo a solas, dedica tiempo para entrar en contacto con tu propio ser y la maravillosa sabiduría que posees.
3. Evalúa en qué estás invirtiendo tu tiempo. Todos hemos tenido momentos en los que tomamos nuestro teléfono para buscar algo, nos distraemos con un mensaje de texto y, de alguna manera, pasamos una hora revisando las redes sociales, perdiendo el tiempo con algo que en principio no teníamos la intención de hacer.
Si hiciéras un gráfico de las cosas que son importantes para ti, ¿qué porcentaje de tu tiempo dedicas en cada área? ¿Cuánto tiempo dedicas preocupándote por cosas que no son importantes realmente?
Cada mañana, pregúntate: “¿Qué es importante para mí?”. Tan solo hacer la pregunta te hace detenerte y pensar en cómo usarás tu tiempo ese día. Después, en la noche, evalúa cómo te fue. ¿Cuánto tiempo pasaste efectivamente en cosas que dijiste que eran importantes? ¿Qué tuviste que sacrificar o negociar esta semana?
La vida es demasiado corta y demasiado importante como para dedicar tiempo y energía en distraerse. La sabiduría de la Kabbalah enseña que nuestro trabajo de vida debe hacerse con intensidad y concentración. Sin esos dos elementos, podemos darle vueltas a nuestro trabajo pero sin cumplirlo nunca. Al concentrarte en una cosa a la vez, la reflexión silenciosa y la autoevaluación, puedes entrenarte para estar más concentrado, más presente y tener una mayor intención. Termina con las distracciones y ve las bendiciones que una vida concentrada puede ofrecer.