Todos hemos tenido momentos en los que nos damos cuenta de que las cosas no siempre salen como las habíamos planeado. Nos emocionamos con algo, pero después no está a la altura de nuestra visión, alguien en quien confiábamos nos desilusiona de forma hiriente o no alcanzamos las expectativas que tenemos de nosotros mismos.
La decepción es la emoción que surge cuando un resultado no coincide con nuestras expectativas. No se siente bien, pero en realidad tiene un importante papel espiritual en nuestra vida si sabemos verlo como una poderosa oportunidad para el cambio.
He aquí tres consejos para superar la decepción y encontrar la plenitud futura:
1. Reevalúa tus expectativas.
La decepción se origina en nuestras expectativas. Cuanto mayor sea la disparidad entre lo que esperamos y lo que realmente ocurre, mayor será el sentimiento de decepción. Planificar unas vacaciones a veces puede ser más agradable que el mismo viaje, porque la realidad rara vez se ajusta a nuestros grandes planes. Aun cuando las cosas salen como queremos, pueden ser decepcionantes. A menudo esperamos que una vez que logremos o adquiramos algo, encontraremos la felicidad y la plenitud infinitas. Puedes tener éxito y conseguir todo lo que quieras y aun así sentirte decepcionado por el resultado si tus expectativas no son realistas.
Las decepciones continuas son una señal de que algo debe cambiar internamente, ya sean nuestros deseos, expectativas o creencias. Cuando te sientas decepcionado, pregúntate: ¿Debería haber tenido esas expectativas en un principio? ¿Cómo tienen que cambiar mis expectativas para que pueda disfrutar de donde me encuentro en este momento? Considera que estabas demasiado apegado a un resultado en lugar de estar abierto a la dirección en que el universo quiere llevarte.
Solo las expectativas sanas deben escucharse, respetarse y tratarse con dignidad humana. Todo lo demás se puede descartar. No significa que tengamos que renunciar a nuestras metas, pero es una señal para replantearnos por qué las queremos y cuál es nuestro enfoque. No esperes nada y aprecia todo.
2. Considera cómo deberías crecer a partir de esta decepción.
Todo en la vida tiene un propósito, aun cada decepción, grande o pequeña. Los desvíos, los obstáculos y los contratiempos son oportunidades importantes para aprender y crecer. Cada decepción es un paso necesario en nuestro desarrollo. Sin ellas, nunca podríamos alcanzar nuestro potencial y experimentar la plenitud.
Cuando los planes se desmoronan y las situaciones cambian, nos sentimos abrumadoramente decepcionados, tristes o inseguros. Pero la verdad es que todo lo que nos sucede ocurre para nosotros. Algunas de las bendiciones más importantes de nuestra vida provienen de las lecciones que aprendemos de nuestras decepciones.
Este es un cambio importante en la forma de ver los percances que puede transformar por completo nuestra experiencia de la vida. Después de cada decepción, pregúntate: ¿Hay algo que pueda aprender de esta decepción? ¿Cómo puedo usar esta experiencia para crecer?
3. Confía en que las decepciones te conducen a tus bendiciones futuras.
Un error que cometemos muchos de nosotros es que vemos cada momento como algo separado de lo que vino antes y de lo que vendrá después. Pero estos momentos no existen en un vacío. Hay una causa y un efecto en todo lo que experimentamos en formas que no necesariamente vemos.
Una de las mayores fuentes de desilusión que experimentamos es mirar algo que ocurrió y desear que no forme parte de nuestra vida en lugar de reconocer que las decepciones están intrínsecamente conectadas con la alegría que experimentaremos en el futuro. No se puede eliminar a una sin la otra. Si eliminas la decepción, eliminas también los beneficios y las bendiciones.
Confía en que la decepción que estás experimentando está conectada con la increíble bendición que tendrás en un futuro cercano. No sabemos qué desilusión se correlaciona con qué bendición, pero sabemos que están entrelazadas.
La decepción tiene un papel importante en nuestra vida. Nos proporciona el espacio para reevaluar nuestras expectativas, nos da la oportunidad de transformarnos de manera positiva y abre paso a las bendiciones que llegan a nuestra vida. No obstante, nada de esto es posible si no ponemos nuestra conciencia en la dirección correcta. En lugar de pensar en los contratiempos de la vida y desear que no hayan sucedido, úsalos para impulsarte hacia adelante y confía en que el universo te está llevando hacia donde debes estar.