Piensa en la cantidad de tiempo que la gente dedica a conseguir el cuerpo perfecto: hacer dieta, ejercitarse, cuidar la piel y el cabello. Si bien esto, por supuesto, es importante para nuestra salud y bienestar, en definitiva, sabemos que nuestro cuerpo es impermanente. Una vez que dejamos este mundo, no podemos llevárnoslo con nosotros. Sin embargo, lo que es permanente es el alma; algo a cuyo desarrollo dedicamos mucho menos tiempo y atención.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que nuestras almas pasan por un proceso de reencarnación: un ciclo de nacimiento, evolución, muerte y renacimiento. La Luz que revelamos en cada vida es eterna, lo que significa que nunca desaparece. Se convierte en parte de lo que somos. Nuestro trabajo es redescubrir lo que ya hemos aprendido en vidas pasadas y construir sobre ello al encontrar y transformar las partes de nosotros que necesitan más trabajo. Este es el propósito de cada uno de nosotros en este mundo, pero es mucho más fácil decirlo que hacerlo.
He aquí tres consejos que pueden ayudar a perseguir tu propósito de vida:
1. Inclínate hacia las áreas que más te cuestan. Son un indicador de lo que estás destinado a transformar.
No nacemos como lienzos en blanco. Llevamos con nosotros nuestro progreso y nuestro trabajo incompleto de vida en vida. El propósito de la reencarnación es aprender todo lo que ya sabemos, volver a elegir, volver a aprender e incluso desaprender algunas cosas de vidas pasadas. Si miramos nuestras vidas a través del marco de la reencarnación, podemos tener una perspectiva diferente del trabajo que tenemos que hacer.
Ser simplemente buenas personas no es el objetivo de nuestro trabajo de vida. Todos deberíamos esforzarnos por ser buenas personas, pero nuestro trabajo va más allá. Hay áreas específicas en las que cada uno debe enfocarse y que son únicas para nosotros. Las áreas que nos resultan más difíciles suelen ser las partes de nosotros que necesitan más atención. Por ejemplo, si te cuesta defenderte porque le temes a la confrontación, esto es un indicador de que es un área que necesita corrección.
Las cosas que son naturales para una persona pueden ser muy difíciles para otra. Esto se debe a que cada uno de nosotros tiene un papel único en el mundo que solo nosotros podemos completar. No huyas de las cosas que te son complejas. Acógelas y enfréntalas directamente.
2. Cuando llegue a tu vida la oportunidad de hacer algo bueno, ¡aprovéchala! No sabes si esa oportunidad volverá a presentarse.
Tenemos la tendencia a pensar que las personas llegan a nuestra vida por casualidad y que podemos elegir ayudarlas o no. Pensamos: "Si no ayudo a esta persona, ayudaré a otra". En realidad, cada persona que llega a nuestra vida no llega por casualidad, sino que probablemente sea la continuación de una relación (profunda o no) de una vida anterior. Esta persona no necesita tu ayuda por casualidad: puede que tengas una deuda espiritual con ella.
Toda situación que vivimos y cada persona que conocemos está destinada a ayudarnos en nuestro camino para elevar nuestra alma. Corre a aprovechar la oportunidad de ayudar a otras personas, porque nunca se sabe cómo un alma está conectada a ti desde una encarnación pasada. Si pierdes esta oportunidad de ayudarla, puede que no vuelva de nuevo en esta vida.
3. Concéntrate en expandir tu capacidad de amar.
La mayoría de nosotros vivimos en un estado bajo de amor, lo que significa que nuestro potencial para amar es mucho mayor que el nivel que sentimos actualmente, incluso hacia los más allegados a nosotros. Tendemos a reservar nuestro amor y lo mejor de nosotros para unas pocas personas cercanas. A menudo no entendemos cuán importante es el trabajo de expandir nuestra capacidad de amar. Nos quedamos estancados si otros nos han hecho daño en el pasado y, en consecuencia, retenemos nuestro amor y lo retraemos en lugar de expandirlo.
Estamos destinados a desarrollar el amor en nuestra vida: por nosotros mismos, por nuestros más allegados y también por los demás. Nuestra visión de nosotros mismos debe ser más amplia y comprender que todos somos uno. Pregúntate: "¿Estoy estancado en el amor que siento o estoy desarrollando activamente mi capacidad de amar para incluir a más personas y amar con más profundidad?".
Nuestro trabajo de vida es precisamente eso: algo que lleva toda una vida completar. De hecho, a menudo lleva muchas vidas. No se supone que sea fácil para nosotros, pero es una misión importante que puede revelar una Luz y bendiciones gigantescas en el mundo. Para perseguir tu propósito, encuentra las áreas que sean un desafío para ti y trabaja en ellas, aprovecha las oportunidades para realizar buenas acciones y concéntrate en ampliar tu capacidad de amar.