¿El vaso está medio lleno o medio vacío? Puede que suene simple, pero la manera en que vemos el mundo determina la forma en que experimentamos la vida. La sabiduría de la Kabbalah enseña que cuando nos sentimos felices o tristes, ese es el tipo de energía que continuamos atrayendo a nuestra vida, razón por la cual nuestra conciencia es tan importante.
Una de las principales maneras en que nos autosaboteamos es a través de los pensamientos pesimistas. Estudios demuestran que los pesimistas se rinden más fácilmente, se deprimen más a menudo y están destinados a una serie de dolencias físicas. Por otro lado, los optimistas tienen mejor desempeño en sus estudios y trabajo, y tienden a tener vidas más longevas y saludables.
Podríamos mirar a otras personas y pensar que naturalmente son más felices o tienen una mejor perspectiva de la vida pero, en realidad, es una decisión activa elegir los pensamientos positivos. Es posible que sea más difícil para algunas personas, pero es una habilidad que se puede desarrollar y perfeccionar con mucho esfuerzo.
He aquí tres maneras de disipar pensamientos negativos:
1. Discute con tus propios pensamientos negativos. A veces somos víctimas de los pensamientos negativos. Las cosas no marchan tal como se planearon, ocurre algo que se escapa de nuestro control o tomamos una mala decisión, y todo es fatalidad y oscuridad. Los pesimistas creen que los sucesos negativos son permanentes, que son su culpa y perjudicarán todo lo que hagan. Sin embargo, los optimistas piensan en el infortunio de una forma completamente opuesta. Ellos creen que la derrota es temporaria, que no es únicamente su culpa y que solo se limita a ese solo caso o situación. Están imperturbables ante la derrota y la ven como un desafío que los motiva a intentar con más esmero en lugar de ser una razón para rendirse.
Cuando enfrentas un desafío y crees que no hay nada que puedas hacer para cambiar la situación en lo más mínimo, entonces eso es exactamente lo que ocurrirá. Se convierte en una profecía autocumplida. Los pensamientos pesimistas pueden convertirse en tu sistema de creencias, influyendo en cómo percibes y experimentas la vida. Pero cuando estos pensamientos surgen, hay una oportunidad para luchar en contra de ellos.
A menudo hay una batalla en nuestra mente, una lucha entre “no lo haré” y “no debería” o “estoy a cargo” y “no puedo controlar esto”. Desafía tus creencias. Al hacerlo, el curso de acciones, y por lo tanto las consecuencias, serán diferentes. No tienes que aceptar como dogma cualquier pensamiento que tengas, en especial los negativos.
2. Reconoce que tus creencias no siempre se basan en la verdad. ¿Alguna vez has escuchado a alguien decir algo horrible de ti o te han acusado de algo que simplemente no era cierto? Cuando estos momentos surgen, tenemos dos opciones: creer estas cosas al pie de la letra o tomarnos el tiempo para examinarlas.
Si alguien te dijera que eres mal padre, por ejemplo, puedes aceptar eso y sentirte mal contigo mismo o puedes hacer una pausa y examinar la verdad de la situación. ¿Pasas tiempo con tus hijos? ¿Te relacionas bien con ellos? ¿Ellos te dicen que eres buen padre? Es más fácil distanciarnos de acusaciones infundadas cuando las evaluamos objetivamente. Recuerda que las creencias son solo creencias y que no necesariamente están basadas en la verdad.
La manera en que nos vemos a nosotros mismos es uno de los trabajos más importantes de la vida. Esto determina si disminuimos el autosabotaje que ejercemos, lo que nos permite tener una mejor experiencia y, como consecuencia, mayores bendiciones en nuestra vida.
3. No reprimas tus pensamientos, reconócelos y sigue adelante. Cada uno de nosotros tiene dos partes: el alma pura y perfecta, y el ego que solo piensa en sí mismo. El alma es quienes somos realmente en nuestra esencia, pero el ego existe para desafiarnos, ayudarnos a crecer y permitir que nos ganemos nuestras bendiciones. Todos nuestros pensamientos negativos y creencias negativas provienen del ego. Cuando escuchamos a nuestro ego, esto impide que accedamos a la verdad de nuestra alma. Nuestro trabajo en la vida es disminuir los pensamientos negativos, pero lo primero es entender que provienen de un lugar que no es nuestra verdadera esencia. En otras palabras, nuestros pensamientos negativos no son quienes somos realmente.
¿Cuántas veces has rehusado creer un pensamiento positivo sobre ti mismo? Es más fácil creer las cosas malas que escuchamos. Pero también puedes rehusar creer las negativas. No intentes combatir tus pensamientos o reprimirlos. En lugar de ello, reconoce los pensamientos negativos cuando surjan y decide no darles más energía o atención.
Nuestros pensamientos y creencias son más poderosos de lo que creemos. Una perspectiva positiva crea una vida más positiva y plena. Desafía tus creencias, examina tus pensamientos y elige dar energía solo a la positividad, y atraerás más bendiciones a tu vida.