En la porción Balak aprendemos que si la profecía está disponible para Bilaam, quien es considerado como un ser humano de un nivel muy bajo, entonces debe estar disponible para todos. Así pues, la Luz que está disponible en Shabat Balak es la de profecía, una Luz que nos permite vivir nuestra vida conectándonos con la Luz del Creador de tal manera que nuestro rumbo, decisiones y acciones sean tan claros que nunca tengamos dudas.
"Hay cuatro requisitos fundamentales para el máximo nivel de la profecía”.
Por eso, quiero compartir una enseñanza de Maimónides, el Rambam, en la que habla de la profecía. Él nos dice que hay cuatro requisitos fundamentales para el máximo nivel de la profecía. Los primeros tres son: ser una persona sabia, ser una persona fuerte y ser una persona que siempre pueda doblegar su inclinación negativa y que nunca sea persuadida por su Deseo de Recibir para Sí Mismo. El cuarto requisito, el que considero que quizá sea el más importante que debemos tener o continuar teniendo, es tener una conciencia amplia o expansiva.
Una persona que tiene estos cuatro requisitos a la perfección está en el máximo nivel de la profecía, como Moshé. Sin embargo, si trabajamos en los cuatro, aunque no los hayamos alcanzado a la perfección podemos recibir niveles de orientación y profecía; mientras más desarrollemos estos cuatro aspectos de nuestro ser, más alto llegaremos y recibiremos mejor orientación. Cuando intentamos obtener claridad sobre algo que debemos o no debemos hacer, a menudo pedimos ayuda y entonces se vuelve quizá un 60 % claro, y luego vamos en esa dirección. Pero el nivel final, el lugar por el que todos deberíamos esforzarnos en alcanzar, es tener claridad absoluta sobre todo, todo el tiempo. Pero, como dije, es importante recordar que esta no es una situación de “todo o nada”; no se trata de que si no somos profetas como Moshé, entonces no tenemos orientación alguna. En realidad, consiste en que todos nosotros estamos en algún nivel dentro del marco de la profecía y que somos dirigidos de acuerdo al nivel en el que nos encontramos.
Ese es el inicio del entendimiento del concepto de profecía. Estas son las cuatro cualidades que una persona necesita para tener una profecía suprema o para aumentar su capacidad para ser un profeta. Entonces, una persona que posea estas cuatro cualidades tiene la conciencia, la mente y la capacidad para entender… y cuando tenemos más profecía, es decir, cuando tenemos una dirección más clara en nuestra vida gracias a la Luz del Creador, nos elevamos constantemente. Y en Shabat Balak tenemos la oportunidad de preguntar cómo podemos mejorar en estas cuatro categorías para tener más claridad y certeza con respecto a las acciones que el Creador quiere que hagamos y el rumbo que quiere que tomemos.
"Podemos comenzar a vivir nuestra vida constantemente orientados por la Luz”.
Además de estos cuatro requisitos, para poder recibir más orientación necesitamos dejar de usar nuestra mente para pensar en cosas superfluas, irreales o relacionadas con el ego porque ese espacio mental limita la cantidad de espacio para la profecía. Por lo tanto, el Rambam nos dice que la mente tiene que estar preparada. ¿Cómo preparamos nuestra mente? Dejándoles menos libertad a los pensamientos falsos y motivados por el ego. Mientras menos pensamientos de este tipo tengamos, más espacio habrá para profecías reales, para la orientación real. Y cuando una persona desarrolla su mente para que esté más concentrada en la Luz del Creador, dicha persona se eleva. De hecho, cuando ese momento de profecía viene a nosotros, cuando “el espíritu reposa sobre nosotros”, nos volvemos una persona distinta y llegamos a un lugar en el que estamos más elevados, incluso más que quienes tienen sabiduría.
No obstante, puede ocurrir que alguien que tenga los cuatro requisitos y también haya preparado su mente aún no reciba profecía. ¿Por qué ocurre? Porque se nos dice que hay otra pieza necesaria en nuestra preparación para recibir la profecía. Los profetas no se despiertan en la mañana y dicen, por ejemplo: “Hoy a las 2:30 voy a pedir una profecía”. Así no es como funciona; los profetas reales no saben cuándo llegará la profecía o la claridad. Más bien se concentran en su deseo por el momento en el que el espíritu repose sobre ellos, su deseo de que llegue la claridad. Pero para recibirlo, tanto ellos como nosotros tenemos que encontrarnos en un estado de alegría. Eso significa que una persona puede tener las cuatro cualidades de las que hablamos o al menos intentar desarrollarlas y tener la mente preparada, pero si no se sitúa en un estado de alegría, la profecía no podrá llegar a ella. La profecía no puede llegar a nosotros cuando estamos tristes o no nos impulsamos a crecer.
Si trabajamos en nosotros a nivel espiritual para alcanzar estos cuatro requisitos: ser sabios, ser fuertes, no dejarnos influir por la inclinación negativa y tener conciencia expansiva, y además hacemos lo que podamos por preparar nuestra mente y situarnos en un estado de alegría, la profecía puede venir a nosotros y podemos comenzar a vivir nuestra vida constantemente orientados por la Luz y libres de dudas. Y la ayuda para prepararnos de modo tal que podamos recibir estos niveles supremos de profecía está disponible para nosotros en Shabat Balak.