Las redes sociales nos han dado una ventana en la vida de las personas como nunca antes. En cualquier momento del día, podemos revisar entre cientos de fotografías personales de la gente: las vacaciones, los logros y las selfis con muchos filtros. Todos sabemos que no deberíamos sentir celos o envidia, pero es difícil mirar estas imágenes inmaculadas y no compararnos. Con un acceso tan fácil a la vida privada de los demás, esta podría ser la época más envidiosa de la historia.
Los celos pueden tener efectos devastadores en nuestra vida: pueden destruir nuestra autoestima, paralizarnos de miedo o causar que reaccionemos violentamente con las personas. Pero, a pesar de lo destructivos que puedan ser, también pueden ser una herramienta positiva para el cambio. Pueden conducirnos e inspirarnos de formas valiosas si aprendemos a redirigirlos.
He aquí tres formas en que los celos pueden ser transformados para que te ayuden a ser mejor persona:
1. Pueden revelar lo que es importante para ti. Cuando vemos que alguien logra o adquiere algo que no tenemos, en efecto puede despertar un deseo en nosotros. ¡A veces revela cosas que ni siquiera sabíamos que queríamos! Tener una conciencia de aquello que valoras es un paso vital en tu crecimiento. Cuando sientas celos, haz una pausa y pregúntate cómo quieres que sea tu vida. ¿Qué bendiciones quieres manifestar? ¿Dónde quieres invertir tu energía?
Tenemos más control sobre nuestros pensamientos, nuestras palabras y acciones del que usualmente creemos. Al cambiar tu perspectiva, puedes comenzar a manifestar estas bendiciones en tu vida a diario. Cuando estás enfocado en tu propio crecimiento, los celos te dejan de afligir. Usa tu poder, concentración y fuerza para crear lo que deseas.
2. Pueden inspirarte a emprender acciones. Los sentimientos de celos o envidia generalmente provienen de nuestro temor al fracaso. Vemos el éxito de alguien y tenemos miedo de que, si intentásemos lograr lo mismo, fracasaríamos. Ese miedo puede impedir que siquiera lo intentemos. Quizá incluso hablemos mal de esa persona con el fin de hacernos sentir mejor.
En lugar de sentirnos desmotivados o desprestigiar a los demás, podemos elegir transformar nuestros sentimientos de envidia en motivación. Después de todo, si alguien logró algo, ¿por qué nosotros no podríamos hacerlo?
La envidia es un indicador de que hay algo del cual debes crecer. Cuando ves el éxito de alguien más y sientes una carencia en tu vida, piensa en cómo puedes usar ese sentimiento para impulsarte a crecer espiritual y físicamente. Pregúntate qué puedes hacer para alcanzar más. ¡Y después sal y haz que ocurra!
3. Es una oportunidad para confiar en el Creador. Los celos también pueden provenir de un miedo a perder algo que ya tenemos. Quizá nos preocupemos por perder a nuestra pareja, por ejemplo, lo cual nos hace celosos ante cualquiera que les dé la más mínima atención o tal vez incluso nos inventemos historias de que nuestra pareja sigue enamorada de su ex. Los celos nos hace sentir como si estuviésemos en guardia, evitando que la pérdida nos tome por sorpresa.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que nadie puede quitarte lo que está destinado a ser tuyo. Por ejemplo, si perdiste 500 dólares, ese dinero en realidad no era tuyo; ¡estabas destinado a perderlo! Lo que es tuyo es tuyo para siempre, y lo que no lo es, nunca durará. Del mismo modo, si haces tu trabajo espiritual, todo lo que estás destinado a tener llegará a ti. En este sentido, nadie te puede robar jamás algo que te pertenece.
Cuando sientes que algo te puede ser arrebatado, es una oportunidad increíble para aprender a soltar y confiar en el Creador. Quizá perder los 500 dólares es la inspiración que necesitabas para comenzar tu propio negocio y transformar tu vida. Hay una razón divina para todo lo que nos ocurre, aun si no siempre la vemos.
Cuanto más transformemos nuestros celos en confianza en el Creador, más nos abriremos a recibir las bendiciones que están destinadas a llegar a nosotros. La próxima vez que sientas una punzada de celos, recuerda que el Creador no te quitará nada que esté hecho para ser tuyo.
Los celos pueden ser una emoción poderosa. No siempre puedes controlar cuándo o dónde los sientes, pero puedes elegir cómo usarlos. Puedes permitir que te derriben y te hagan sentir peor contigo mismo, o puedes usarlos como motivador para crear un cambio, desarrollar la certeza y manifestar bendiciones en tu vida. La única persona con la que debes compararte es la persona en la que tienes el potencial de convertirte.
