Este artículo fue publicado originalmente en 2015.
En la porción de Qui Tetsé se habla acerca de lo que ocurre si encuentras un objeto que alguien haya extraviado. Obviamente, lo correcto es buscar a quien le pertenece lo que encontraste y devolverlo. Pero ¿qué ocurre si no lo haces? El Arí dice que cualquier persona que encuentra un objeto perdido o que le pertenecía a alguien más, y no devuelve lo que encontró a su dueño —por cualquier razón, como: estaba muy ocupado, no tuvo tiempo o no se interesó mucho en el asunto—, esa persona ha desviado su mirada del asunto. Y la consecuencia para esa persona que apartó su mirada será siempre la misma: si el alma de la persona que tuvo la oportunidad de devolver algo que estaba perdido, pero que no lo hizo, no ha alcanzado su corrección cuando parte de este mundo, entonces esa alma no puede ir al lugar que le corresponde en los Mundos Superiores.
En el Shaar HaGuilgulim (La puerta de las reencarnaciones) el Arí explica que existen dos formas de corrección para el alma. Una es cuando el alma de una persona justa regresa en lo que se conoce como Ibur y entra temporalmente al cuerpo de otra persona, incluso sin que esta lo sepa, y ayuda a esa alma en su corrección. Una vez que el alma ha realizado su corrección, puede dejar el cuerpo. El concepto de Ibur es muy sencillo y rápido para el alma: entra y sale, obtiene lo que necesita y se marcha. La segunda forma de corrección posible para el alma es a través de guilgul o reencarnación, el cual es un proceso mucho más complicado según lo explica el Arí. El alma tiene que pasar por un proceso de purificación que es muy incómodo, al igual que todo el proceso de llevar una vida entera de corrección. Si comparas los dos procesos de corrección, Ibur es un proceso mucho más rápido, puro y favorable para el alma.
Pero el Arí pregunta: ¿Qué ocurre si una persona tuvo una oportunidad en su vida para devolver algo a su dueño y no lo hizo? Esa alma no merece la asistencia del proceso de Ibur y, por ende, estará perdida; si una persona vio el objeto perdido de alguien y no regresó dicho objeto a su dueño, entonces cuando su alma esté perdida, la Luz del Creador no podrá a asistirla. Esa alma no recibirá la asistencia del alma de la persona justa necesaria para ayudarla en su corrección, lo cual, de acuerdo con el Arí, es el secreto de Ibur.
Así que el Arí nos dice este aspecto increíble, específicamente acerca de los objetos perdidos, pero también acerca de cualquier ayuda que escojamos dar o no a alguien. El Arí dice que si tuviste la oportunidad de regresar un objeto perdido a alguien y no lo hiciste, luego cuando tu alma parta de este mundo y necesite una corrección a través de Ibur, no recibirá tal asistencia. Esto parece un poco desmesurado… ¡¿No regresé un suéter y ahora mi alma estará perdida por unos cuantos cientos de años?! Eso no tiene sentido. Pero espero que este concepto nos dé realmente una apreciación por nuestra vida y nuestras acciones. Nuestra vida en este mundo está mucho más amplificada de lo que vemos y no existen las coincidencias. ¿Por qué una persona en específico se encuentra un suéter o una billetera que alguien perdió? Porque el alma de esa persona necesita un Ibur, una asistencia por parte de otra alma para que lo ayude a encontrar su camino.
Algunas veces, cuando encontramos un objeto perdido o escuchamos acerca de este concepto, pensamos: ¿Por qué tanto problema? La gente pierde un suéter en algún momento de su vida… quizá una billetera o un teléfono celular sean objetos más importantes, pero igual seguimos sin pensar que se trata de algo significativo. Sin embargo, alguien más puede pensar que sí lo es. Y recuerda que la razón por la cual te encuentras un suéter, una billetera o un teléfono celular es porque tu alma (ya sea en ese momento o en el futuro) necesitará la asistencia de alguien más cuando ella se pierda.
Cuando de verdad entiendes que realizar una acción física relativamente sencilla te lleva a recibir esta increíble asistencia celestial, te das cuenta de la importancia de cada acción. Porque no es una coincidencia que el suéter, el teléfono celular o la billetera estuvieran en tu camino. Si aprovechas la oportunidad en ese momento, entonces recibirás la asistencia que necesites en una situación que es claramente mucho más importante. Pero si dejas pasar la oportunidad porque estás muy ocupado o no tienes tiempo, entonces cuando necesites asistencia celestial, no la encontrarás.
Cada acción potencial que llega a nuestra vida lo hace porque necesitamos su efecto, ya sea justo ahora o en el futuro. No existen las coincidencias, cada situación que llega a tu vida lo hace porque el Creador sabe que con esa pequeña acción puedes despertar ciertos niveles de asistencia (en este caso, el concepto de Ibur) que necesitarás ahora o más tarde. Si no aprovechas esa oportunidad, el Creador no podrá ayudarte.
Así que, en este mes de Elul, debemos abrir los ojos ante la manera casual en la que nos permitimos actuar o no actuar. Por ejemplo: cuando te das cuenta de que devolverle a su dueño un suéter que encontraste es la forma en la que aseguras la asistencia que tu alma necesita por parte del alma de una persona justa para ayudarla en su corrección, obtienes un nivel de entendimiento completamente diferente.