“La sabiduría es igual a conocimientos más valentía. No sólo tienes que saber qué hacer y cuándo hacerlo, sino que tienes que ser también lo suficientemente valiente como para ejecutarlo”. —Jarod Kintz
Se dice que los géminis son “aprendices de mucho, maestros de nada”. Concentrarse no es fácil para ellos. Así pues, ese también será nuestro desafío este mes. Profundizar en un tema o comprometerse con una sola cosa a la vez va contra la naturaleza de los géminis. A ellos les encanta la variedad y el cambio, van rápido de una cosa a la otra. Sin embargo, sabemos que nuestro mayor poder en la vida está en nuestra capacidad de ir contra nuestra propia naturaleza.
Debido a que la influencia de Géminis estará sobre nosotros durante los próximos treinta días, nuestra meta espiritual del mes será: concentración y perseverancia. Elijamos un aspecto a cambiar y luego comprometámonos con un sólido esfuerzo que podamos hacer para lograr ese cambio. Por ejemplo, podemos decidir: “No gritaré” o “Pasaré más tiempo con mi familia”. ¡La idea es elegir algo que en realidad podamos hacer! Cuando queremos abarcar más de lo que podemos sostener, solemos terminar soltándolo todo.
A todos nos gusta comenzar cosas nuevas, pero la idea de este mes es que nos concentremos en la meta y perseveremos hasta el final.
Afortunadamente, tendremos mucho apoyo del cosmos para hacerlo. Estamos llegando al final del período energéticamente pesado conocido como el Ómer y, al mismo tiempo, estamos llegando a la festividad más maravillosa, Shavuot, en la que podemos recibir una infusión de positividad que nos ayudará enormemente.
Ah, una cosa más. Algo que también puede ayudarnos durante este mes es entender que cada acción que realizamos crea energía. El tiempo entre nuestras acciones, negativas o positivas, y sus efectos se hace cada vez más corto. Hay menos espacio entre causa y efecto. Estamos en un momento en el que la gente comienza a entender que lo que está ocurriendo a nivel mundial no es responsabilidad del planeta, sino nuestra. Cada vez que nos comprometemos a ser mejores hoy de lo que fuimos ayer, cada momento en el que nos decimos: “Sí, hice eso ayer, pero no lo haré hoy”, es como encender otra vela para el beneficio de todos. Nuestro trabajo interno no está separado del bienestar colectivo.
Al comprometernos con ese cambio positivo en este mes y, si Dios quiere, perseverar, en efecto estamos ayudando a hacer del mundo un lugar mejor.
Que tengan un maravilloso mes,
Karen