Dentro de la energía de la porción de esta semana de Ekev se encuentra una increíble afirmación: Se dice que las vestiduras de los antiguos israelitas que se encontraban en el desierto ¡nunca se desgastaron!
Por contraste, la mayoría de nosotros nos encontramos en un mundo en el que literalmente todo tiene una “fecha de vencimiento”. Nuestros tomates orgánicos, nuestras sábanas, nuestras plantas bien cuidadas, lamentablemente todo tiene una vida de anaquel. Ciertamente hasta el matrimonio, el éxito y el mismo cuerpo en sí pueden gritar “tiempo fuera” o incluso “fin del juego”.
Así que ¿Cómo es posible que las vestiduras de los israelitas NO se desgastaran?
Uno de mis estudiantes de Londres dirige una marca de crema reconocida a nivel mundial y una conversación que sostuvimos recientemente responde esta interrogante, ilustrando sus intentos para rejuvenecer la piel y cómo la Kabbalah cambia la vida.
La respuesta gira alrededor de vencer un concepto llamado oxidación (quizás necesites leer esta parte unas cuantas veces, ¡yo lo hice!).
Mi estudiante me explicó que durante todo el día, mientras interactuamos con otros y con nuestro ambiente, nuestras células están interactuando con otras células. Mientras esas células se relacionan, comparten parte de ellas mismas, particularmente electrones. En estas innumerables interacciones, algunas células se dañan y crean electrones sin pares y de separación llamados RADICALES LIBRES. Los radicales libres son definidos como:
· Inestables.
· Desbalanceados.
· Deficientes en energía.
· Con una conducta violenta por saciar su sed, reaccionando con cualquier cosa local para robar otro electrón y satisfacer sus propias necesidades de balance.
· Causan envejecimiento, deterioro y muerte.
Esta es la razón por la cual tu rebanada de manzana o de aguacate repentinamente se vuelven marrones. Sí ¡El aire está, en esencia, robando electrones de tus manzanas!
Al escuchar esto exclame: “¡Guau! así exactamente es como el Rav ha explicado el trabajo del ego”.
Verás, cada vez que reaccionamos con rabia, intolerancia, celos, culpa, remordimiento, temor, inseguridad (y la lista continúa) una parte de nosotros se vuelve:
· Inestable.
· Desbalanceada.
· Deficiente en energía.
· Con una conducta violenta por saciar nuestra sed, reaccionando con cualquier cosa local para robar energía y satisfacer las propias necesidades de balance.
· Causa envejecimiento, deterioro y muerte.
Nuestros pensamientos negativos, palabras desagradables y acciones basadas en ego literalmente cortan los electrones del cuerpo, creando RADICALES LIBRES. Mientras utilizamos nuestros deseos de maneras negativas, cortamos nuestro “deseo de recibir” del alma (Alma= deseo de recibir para dar y compartir) y muta convirtiéndose en un gen egoísta y destructivo llamado deseo de recibir para sí mismo (la raíz de todo caos).
Entonces el ego rampante nos obliga a repentinamente necesitar las cosas equivocadas y a buscar personas necesitadas de las cuales robamos más energía. Crea desbalance en nuestra toma de decisiones, nos da la ilusión de sentirnos deficientes, desestabiliza nuestra felicidad y nos ata a las personas equivocadas. En poco tiempo, atraemos caos general, descomposición y envejecimiento.
Mi estudiante entonces me explicó que esa es la razón por la cual las cremas corporales utilizan sus atributos antioxidantes en las publicidades; porque sus cremas tienen fórmulas para agregar electrones, dando balance a las células inestables, dañadas y sedientas de la piel. Este es el motivo por el cual aseguran que pueden rejuvenecer la piel y revertir el proceso de envejecimiento.
Pero ¿qué hay detrás del por qué nuestros tejidos y nuestra piel envejecen en primer lugar? La oxidación, ¡nuestro EGO!
Oxidación= ¡envejecimiento, descomposición y caos!
Anti oxidación= ¡rejuvenecimiento, antimateria, inmortalidad!
Aplicar dosis diarias de Kabbalah es por ende el antioxidante por excelencia. Cada vez que eres proactivo anti oxidas tu piel. Cada vez que compartes a pesar de la incomodidad, anti oxidas tus relaciones. Cada vez que vences una parte de tu ego, anti oxidas tu negocio. Cada vez que te motivas a hacer cosas que no quieres hacer, anti oxidas tu salud.
Los israelitas experimentaron este estado de conciencia en el cual el envejecimiento y la enfermedad eran imposibles, como individuos y como comunidad. Depende de nosotros replicar esta conciencia cada día.
Lo anterior, irónicamente, podría sacar a mi estudiante del mercado, ¡pero esto demuestra por qué la Kabbalah es la crema facial por excelencia!