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Leo: Una espada de doble filo

Rav Berg
Julio 23, 2014
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El mes hebreo de Av, en conjunto con la influencia de Leo, tradicionalmente ha evocado miedo dentro de los corazones de los hombres. A la humanidad le han ocurrido muchas grandes tragedias durante este periodo, incluyendo la destrucción del Templo Uno y Dos, desencadenando periodos de disturbios y guerra a través del mundo conocido de esa época, seguido por el Oscurantismo.

Lo que parece curioso, por no decir extraño, es que el mes de Leo resalta con esta característica única. Considerando que la física del siglo XX nos ha enseñando que también lo inanimado posee conciencia, debemos preguntarnos cuál es el proceso de pensamientos que lleva a esa negatividad.

Antes de que podamos llegar a algunas de las causas originales que lo motivan, exploremos una pregunta: ¿Por qué los planetas giran alrededor del Sol? Es un hecho indiscutible observado por todos y sin embargo muy pocos se han atrevido a hacerse esa pregunta.

Sin embargo, hace mil años, el famoso kabbalista Shabbatai Donolo, también físico y astrónomo, de hecho se hizo esta pregunta y recibió la siguiente respuesta. La conciencia interna del Sol está gobernada por el paquete energético de la Sefirá Yesod, el que sustenta y provee la plenitud del universo. La inteligencia de Yesod está muy bien representada por el personaje bíblico Yosef, el hijo del Patriarca Yaakov. Como es contado en la Biblia, Yosef fue el proveedor de comida y sustento para el mundo entero.

En consecuencia, continúa Shabbatai Donolo, el proveedor de la energía y conciencia para el sistema solar entero es el Sol y por ende los planetas giran alrededor del Sol en una procesión continua recibiendo su sustento diario, una respuesta tan profunda que sólo un kabbalista puede compartir con nosotros, mientras que al mismo tiempo es tan simple que todos los laicos pueden entenderla. Este es en esencia el secreto de las enseñanzas kabbalísticas, simple y desprovista de todas las teorías y fórmulas complicadas.

Esta es precisamente la razón por la que el Sol no comparte su energía con los signos del zodíaco de las constelaciones como lo hacen todos los planetas importantes exceptuando a la luna. Su energía es canalizada a través del signo de Leo sin disiparse o dividirse. Esta es la razón por la que el Patriarca Avraham designó a Leo como la constelación predominante en este mes de Av. Así como Leo, el león es el rey de la jungla, también el Sol y Leo reinan en el universo.

Con la información ofrecida por Shabbatai Donolo, el misterio de por qué el mes de Av resalta tanto como un mes tan negativo está casi eliminado. Sin embargo, el mes de Leo no tiene porque convertirse en un mes negativo. Al contrario, también existen las oportunidades de Av para ser igualmente impresionantemente positivo. La pregunta de cómo se le puede sacar provecho a esta enorme dimensión de Luz y energía, y cómo puede ser utilizada de manera productiva, es de lo que se trata la Kabbalah.

Además de elevar nuestra conciencia con respecto a las posibilidades de la Ley de Murphy y el dominio de Satán sobre la humanidad, la Kabbalah y sus enseñanzas pueden ofrecer igualmente una oportunidad para cambiar una situación potencialmente negativa en una con consecuencias increíblemente beneficiosas. Esta fue precisamente la situación en Egipto cuando las aguas se convirtieron en sangre y luego los israelitas, con la metodología kabbalística, convirtieron las aguas a su estado normal, suministrándole al cuerpo sus atributos positivos.

El Zóhar va un paso más allá en la explicación del verdadero carácter de las propiedades del Sol, un área no tocada por ningún segmento de la ciencia. El escudo protector originalmente establecido por el nombre de Dios, Elokim, en Génesis, algo como la capa de ozono en el cielo, no opera durante el mes de Leo. Esta declaración en el Zóhar es evidencia adicional de que potencialmente, el mes de Leo puede convertirse en una pesadilla. En la terminología kabbalística, este escudo es denominado por su nombre en clave, Shejiná, la presencia manifestada de Dios en nuestro reino físico.

La designación de este mes como Av por el Patriarca Avraham debería ser otra pista de su carácter interno. La palabra Av significa padre. Ahora, ¿por qué Avraham decidiría elegir la palabra "padre" como un nombre apropiado para este mes de Leo? Shabbatai Donolo ya aludió a su razón cuando definió el lugar del Sol dentro de la galaxia como el proveedor o el que sustenta al universo.

Para ofrecer sustento a un universo entero ciertamente se requiere de una enorme capacidad para infundir los signos del zodíaco y en consecuencia toda la humanidad y el reino físico. El nombre "padre" concuerda con esta designación adecuada. En consecuencia, las personas nacidas bajo la influencia de Leo son tanto magnánimos como tocados por el carácter interno del Sol.

Además, para crear un escenario y un ambiente en el que la capacidad del Sol para su tarea monumental de nutrir al universo entero no sea inhibida o disminuida, Elokim en Génesis eliminó la Shejiná, el instrumento con el cual la capacidad del Sol puede reducirse.

Sin embargo, esta enorme ventaja funcionó como una espada de doble filo. Con la ventaja de que esta es una situación ideal para la habilidad del Sol de mantener su propósito designado dentro del esquema de operaciones celestiales, sin duda las personas o naciones que no están preparadas para conocer o lidiar con la abrumadora energía del Sol reaccionarán de manera negativa ante esta dispensación de energía. Esta situación es similar a un individuo insolándose en los fuertes rayos del sol sin usar un protector solar.

No aprovechar la exposición del sol por miedo a quemarse, es igual a rechazar el uso de electricidad por miedo a electrocutarse. Uno aprende cómo usar la corriente eléctrica para nuestro beneficio y al mismo tiempo evita sus efectos nocivos.

Este es precisamente el propósito del Ana Bejóaj, las letras hebreas apropiadas y otra información kabbalística que permite que la humanidad se conecte con el increíble poder de las regiones celestiales. El Sol, Av, y Leo ofrecen una oportunidad increíble para toda la humanidad para infundir todo el universo con energía positiva y por ende beneficiar y mejorar el estilo de vida y bienestar de aquellos que inician este proceso cósmico.

No somos una entidad aislada en el universo, somos una parte integral de todo lo que existe, una extensión de los sistemas de energía que van desde uno que hace que un átomo se junte con otros en la formación de la molécula, a los billones que alimentan a las estrellas e impulsan galaxias. Pero los sistemas de energía física también afectan nuestra vida, para mejor o para peor, y su estudio es de lo que se trata la Kabbalah.

El siglo XXI está comenzando con amenazas de otras guerras, actividades terroristas, maltrato de niños, madres que convierten a sus hijos en el vientre en drogadictos, y niños que surgen como asesinos despiadados antes de convertirse en adolescentes. Bajo estas circunstancias, les incumbe a hombres y mujeres de todas partes a aprender el sistema energético con el que pueden controlar sus vidas y cambiar el curso que sólo lleva a la extinción de la humanidad.

El kabbalista sabe cómo hacer esto porque el kabbalista sabe por qué están ocurriendo todas las cosas malas. El torrente de caos al azar manifestado en nuestro universo es el resultado directo de las acciones negativas de la horda viviente de la humanidad, sin mencionar el residuo dejado por generaciones pasadas. Estamos inundados como nunca antes, en negatividad, y sólo a través de la Kabbalah se puede revertir el torrente para traer orden al caos, y sacar música del ruido.

El Zóhar previó que un día en una época llamada "La Era de Acuario", que es en la que estamos actualmente, la humanidad tomaría el control de su destino al comenzar a entender los profundos misterios del cosmos y los muchos problemas que afronta la sociedad humana.

La meditación y la oración son enlaces metafísicos que combinan y conectan a la Tierra y al hombre con la fuerza de la Luz celestial de Dios. La oración es el sistema de comunicación con el cual el hombre cumple con la meta y propósito original de su existencia. El futuro practicante de esto debe estar dispuesto a trabajar por ello esforzando su mente, desarrollando técnicas de oración y meditación e incluso aprender el alfabeto hebreo, ya que las letras son literalmente los ladrillos del universo. No hay mejor momento para esta aventura que durante el mes de Leo. Mis mejores deseos para esta titánica empresa.


De la Revista de Kabbalah, Vol. 1 Tomo 5, Julio 1996


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