Muchas veces, cuando pasamos por dificultades en nuestra vida, tal experiencia suele hacernos sentir como si fuésemos castigados por el Creador. Esto, como aprenderemos, no podría estar más alejado de la verdad.
Una de las verdades profundas reveladas por Rav Áshlag en su comentario sobre Las Diez Emanaciones Luminosas es que es imposible que nos sintamos mal cuando estamos verdaderamente conectados con la Luz del Creador. Si sabemos que el Creador es una fuente infinita de bendiciones y también la fuente de todo en el universo, entonces todo en el universo es, de hecho, una bendición a su manera. Sólo nuestra percepción del mundo ve las cosas como negativas, y al cambiar nuestra percepción tenemos una oportunidad increíble para transformarnos y transformar nuestra vida.
"No podemos controlar lo que nos ocurre, pero podemos controlar el modo en el que percibimos nuestra vida."
Usualmente percibimos el mundo y nuestras experiencias en él como buenas o malas, recompensa o castigo, blanco o negro. Cuando las cosas se dan como queremos tendemos a pensar que es algo bueno, y cuando algo va mal en nuestra vida lo vemos como algo malo. Pero cuando sentimos tristeza, dolor u oscuridad ante las dificultades, lo que en esencia hacemos es cuestionar al Creador. Tenemos dudas y miedos, perdemos la certeza de que lo que sea que ocurra es por nuestro bien. Tal y como Rav Áshlag explica, el Creador se nos oculta en esos momentos. A decir verdad, el Creador no nos está castigando. Nosotros mismos nos desconectamos del Creador, ese es el verdadero castigo, porque cuando hacemos esto no podemos tener acceso total a las bendiciones del Creador.
Según Rav Áshlag, una ley espiritual es que la cantidad de negatividad que sentimos es igual a cuánto hemos disminuido nuestra certeza en el Creador. Por lo tanto, es imposible estar tristes y tener certeza absoluta al mismo tiempo. Si tuviésemos certeza absoluta, no nos llegaríamos a sentir tristes porque sabríamos que hay gran Luz en cada situación. El desafío que enfrentamos es tener certeza en el Creador, a pesar de los tiempos difíciles, y percibir tales desafíos como bendiciones en lugar de castigos.
Se requiere mucho esfuerzo para ser felices cuando pasamos por algo difícil, pero ese proceso es lo que fortalece nuestra conexión con el Creador. Si percibimos las cosas en el mundo sólo como buenas, podemos mantener una conexión constante con el Creador. Esto no significa que todo en nuestra vida sea fácil. Al contrario, puede significar que nuestra vida sea muy difícil, pero aun así podemos sentir dicha cuando enfrentamos dificultades, y eso sólo se logra al tener certeza en el Creador.
"Tenemos la opción de vivir en el mundo de lo bueno y lo malo o comenzar a vivir en la perfección del Creador, quien es misericordioso y constantemente generoso."
Hay una famosa historia sobre Rav Zusha, uno de los grandes kabbalistas que fueron estudiantes del Maguid de Metzritch, que ilustra este concepto. Un día, un estudiante del Maguid se dirigió a su maestro y le dijo: “Quisiera aprender más sobre este concepto. Dígame, ¿cómo puedo bendecir las dificultades en mi vida tan alegremente como bendigo las cosas buenas?”. El Maguid le dijo que hablara con su otro estudiante, Rav Zusha, quien había tenido una vida extremadamente dolorosa y difícil. El estudiante estaba emocionado. Seguramente alguien que había pasado por tanto dolor y adversidades podía enseñarle algo más sobre esto.
Así pues, el estudiante se dirigió a Rav Zusha y le dijo que el Maguid lo había enviado para que aprendiera a ver las situaciones negativas como positivas. Zusha lo miró confundido y dijo: “No entiendo. El Maguid debió haberte enviado a hablar con alguien que tuvo malas experiencias en su vida. ¿Cómo podría yo enseñarte a experimentar una mala situación como una positiva? A mí nunca me ha ocurrido nada malo”.
Rav Zusha había llegado al nivel en el que no veía las dificultades como algo malo. A pesar de haber tenido una vida increíblemente difícil, siempre estuvo conectado con la Luz del Creador. Durante todos sus desafíos, pudo verlos como regalos increíbles.
Cuando pasamos por momentos difíciles es importante recordar que los obstáculos no son castigos. Son oportunidades. No podemos controlar lo que nos ocurre, pero podemos controlar el modo en el que percibimos nuestra vida. Tenemos la opción de vivir en el mundo de lo bueno y lo malo o comenzar a vivir en la perfección del Creador, quien es misericordioso y constantemente generoso. Tenemos la capacidad de transformarnos al cambiar nuestra percepción del mundo. Mientras más trabajemos en esto, más podremos superar nuestro dolor, tristeza y sufrimiento, y revelar la Luz del Creador.