La porción anterior a Rosh Hashaná, Nitsavim – Vayélej, es un momento poderoso para mirar tanto al interior como al exterior de nosotros mismos y preguntarnos: “¿Cómo queremos que sea nuestro siguiente año?”. En el Zóhar, existe la mención de dos posibles realidades que representan el fin de los días: el Oi y el Ashrei. Oi representa un futuro de caos, dolor, sufrimiento y muerte. Ashrei representa un futuro de armonía, conexión paz y belleza.
Si observamos lo que está ocurriendo en el mundo actualmente, existen muchas piezas que hacen que nuestro futuro sea muy parecido al Oi. La profecía en el Zóhar se está manifestando. Desastres a escala global, guerras, amenazas, caos y adversidades personales, muchas cosas parecen ser muy negativas en el mundo. Pero al aprender Kabbalah, sabemos que el Creador dice “no” sólo para que nosotros podamos decir “sí”; el Creador cierra una puerta sólo para permitirnos merecer el derecho de pasar a través de ella de cualquier modo. Todo depende de qué tan grande es el deseo que tenemos.
El grado en que tengamos la realidad de Oi, es el mismo en potencial para tener la realidad de Ashrei, el potencial de Luz que está disponible. El camino del Oi está justo frente a nosotros, pero el camino del Ashrei está oculto. El Creador nos ha dado las herramientas que necesitamos para hacer que Ashrei ocurra, sólo tenemos que desearlo. ¿Cómo podemos incrementar nuestro deseo? ¿Cómo podemos elevar nuestra conciencia?
En la Haftará de este Shabat, leemos acerca del Profeta Isaías y su mensaje sobre la redención final. La profecía de Isaías dice: “…y el año de la redención ha llegado”, una verdadera certeza de que en este Rosh Hashaná y en este año podemos poner fin al dolor y al sufrimiento en el mundo. Para conectar con el camino de Ashrei y tener la conciencia correcta en Rosh Hashaná, obtenemos en este Shabat el obsequio de Isaías de tener certeza en la llegada de la redención final.
Todos venimos a Rosh Hashaná pidiendo diferentes cosas: salud, sustento, familia, felicidad. Pero cualquier asistencia, cualquier Luz y cualquier bendición duradera y verdadera que deseemos atraer en Rosh Hashaná, provienen todas de un mismo lugar: provienen del mundo de la redención final, el lugar que llamamos mundo sin fin. Si no venimos con la conciencia de “este será el año de la redención final”, no existe forma de que cualquier cosa que hagamos en Rosh Hashaná pueda atraer esa Luz. La única forma de conectar con ése mundo es teniendo la conciencia de ése mundo. Si tienes un despertar de certeza en que este año es el año de la redención, entonces durante Rosh Hashaná tu conciencia puede estar conectada al mundo sin fin y podrás atraer las bendiciones y la Luz duraderas. Y con esa conciencia, ciertamente podremos plantar la semilla en Rosh Hashaná para atraer toda la Luz y las bendiciones que necesitamos y queremos para el año venidero.
Este Shabat no se trata sobre tener un poco más de certeza, se trata sobre tener certeza completa. El dolor, el sufrimiento y la muerte existen sólo por una razón: la falta de certeza. El dolor, el sufrimiento y la muerte existen sólo porque no hay certeza entre las personas de que estas entidades negativas pueden y llegarán a un fin. Podemos trabajar sobre nuestra conciencia en esta área al decirnos a nosotros mismos: “No hay manera de que esta conciencia que he tenido hasta ahora me llevará hacia adelante. Cualquier entendimiento que tuve sobre la habilidad de eliminar el dolor y el sufrimiento no puede llevarme más lejos. En este Shabat, quiero una nueva conciencia. Quiero el obsequio de Isaías, el año de la redención en el cual el dolor, el sufrimiento y la muerte serán eliminados del mundo por venir”.
En nuestro interior, necesitamos trabajar en elevar nuestra certeza y nuestra conciencia. También necesitamos visualizar la forma en la que vemos a otros en el exterior. Necesitamos ver a otros con ojos más bondadosos. Somos juzgados por las cosas que vemos y juzgamos en otros, especialmente durante la época de Rosh Hashaná. Este Shabat es el comienzo de un nuevo periodo en nuestra vida, uno en el que aceptamos a otras personas con “el vaso medio lleno”. Nuestra película no es la misma que la de otra persona. Amar a otros por la parte de ellos que es hermosa, porque no existe tal cosa como un ser humano sin una chispa del Creador dentro de sí.
¡Con la ayuda del obsequio de Isaías -tener certeza en la redención final y ver la belleza de la gente en lugar de juzgarlos-este año nos desconectaremos del camino de Oi y viviremos el camino de Ashrei!