Los kabbalistas enseñan que toda la humanidad es un alma unificada. Por lo tanto, es fundamental para la Kabbalah y nuestra comunidad que cada chispa de dicha alma sea tratada con igualdad, bondad, amor y respeto. Todavía hay mucho trabajo por hacer. En el Centro de Kabbalah continuamos dedicados a crear una comunidad poderosamente diversa e inclusiva.
Hay un mundo en el que el racismo, el odio y la desigualdad no existen. Depende de nosotros crear este mundo. Depende de nosotros elevar nuestra conciencia y hacerle frente a la injusticia. Quizá más importante aún, depende de nosotros escudriñar nuestros propios corazones y reemplazar con amor el prejuicio que allí encontremos.
Rav Berg, solía decir: “No podemos tener un mundo mejor sin personas mejores en él”. Así es como lograremos crear ese mundo, y el momento en el que nos piden crearlo es ahora.
Todos en nuestra comunidad despertaremos para hacer todo lo que podamos para poner fin a este sufrimiento innecesario, a fin de que podamos construir un mundo mejor y ver el final de la injusticia y los prejuicios raciales en nuestros días.