¿Es posible conseguir un barómetro espiritual con el cual medir el crecimiento de nuestra alma? ¿Cómo podemos siquiera comenzar a definir el nivel espiritual de alguien?
"En la Realidad Infinita de la Luz ilimitada la carencia no puede existir.
Para muchas cosas en la vida hay indicadores de cambio, crecimiento y mejora. Ya sea adoptar un estilo de vida más sano, acercarnos al logro de nuestras metas en el trabajo o reconocer si un proyecto tendrá éxito o fracasará, hay señales en nuestro camino para mostrarnos que sí, este cambio está ocurriendo gradualmente y sí, estamos mejorando.
Pero debido a que el trabajo espiritual de nuestra alma es tan diferente al de los demás, determinar el crecimiento y el cambio positivo puede volverse casi un acertijo.
El Arí escribe una frase en su declaración introductoria al estudio de Las Diez Emanaciones Luminosas que esclarece nuestra duda:
““Debes saber […] una Luz Celestial simple permeaba toda la existencia; y no existía el espacio en la forma de aire vacío”. – Las Diez Emanaciones Luminosas (Capítulo 1, sección 1, párrafo 1)
Previamente estudiamos que la carencia no puede existir en la Realidad Infinita de la Luz ilimitada. El hecho de que el Arí usara una palabra para reflejar vacío debe tener un significado profundo, uno que esperamos que cambie la manera en la que vemos nuestro estudio de la sabiduría de la Kabbalah.
Rav Áshlag explica en su comentario que todo en nuestro mundo tiene dos aspectos: la esencia del objeto y la vasija que le permite ser revelado. En términos espirituales, la esencia se refiere a la Luz de la Sabiduría (Or DeJojmá) y la vasija a la Luz de la Misericordia/Compartir (Or DeJasadim). La esencia o la Luz de cualquier cosa no puede ser revelada sin una vasija que la contenga.
Esto es algo que conocemos bien en nuestra vida diaria. Hardware sin software es sólo un caparazón vacío. Una casa es sólo una edificación, y sin importar la belleza de su diseño, la gente que vive en ella es lo que la hace sentir como un hogar.
En el mundo de la espiritualidad esto funciona del mismo modo. La Luz verdadera (plenitud duradera, alegría y éxito) nunca se podrá experimentar sin realizar primero acciones positivas de compartir, misericordia y bondad. Esas son las vasijas que permiten que la esencia de Luz entre y se quede en nuestra vida. Para la mayoría de nosotros esto no es información nueva. Generosidad, misericordia, amor y bondad son la moneda espiritual de nuestra vida.
Sin embargo, Rav Áshlag revela un sorprendente secreto sobre la otra mitad de esta ecuación.
Él explica que a pesar de que las acciones positivas son importantes porque se convierten en el contenedor de la plenitud de nuestra vida, sin una constante profundización de nuestro estudio espiritual esas acciones no pueden traer más positividad a nuestra propia vida. Porque el estudio espiritual, la “esencia” a la que el Arí se refiere como Luz de la Sabiduría es, a fin de cuentas, el espíritu de todo. Imagina la cubierta de un libro con todas las páginas arrancadas. Quizá puedas armar una parte de la trama a partir de la cubierta y las reseñas, pero la vida y el corazón de la historia ya no está allí.
"Plenitud duradera nunca se podrá experimentar sin realizar primero acciones positivas..."
Esta es la razón por la que el Arí se refiere a la fuerza de Misericordia y Compartir como “aire vacío”, porque está desprovista de la esencia de la Luz. Está esperando que la Luz de la Sabiduría entre. Nuestras acciones de compartir, que a veces erróneamente nos dan la sensación de que nos estamos conectando con la Luz del Creador, no pueden acercarnos al verdadero trabajo de nuestra alma si no profundizamos nuestra conciencia, sin un estudio constante. Por supuesto, lo mismo ocurre a la inversa. Sólo estudiar la sabiduría de la Kabbalah todo el día no nos llevará a cumplir el verdadero trabajo de nuestra alma si no realizamos acciones de compartir y no restringimos nuestro ego y deseos egoístas. Jamás podremos crecer si no ponemos en práctica lo que estudiamos.
Uno sin el otro es aire vacío, como un globo desinflado.
Pero a fin de cuentas debemos recordar que la esencia de eso es el estudio de la sabiduría espiritual. Mientras más estudiemos, más profundizaremos nuestro entendimiento del estudio y más se verá reflejado en nuestro crecimiento espiritual. Así es cómo medimos nuestro crecimiento espiritual. Ver algo que estudiamos hace un mes o hace un año y mirarlo con una nueva perspectiva, ser inspirados nuevamente o emocionarnos con la misma enseñanza como si fuera la primera vez; todo eso es un indicador del acercamiento a la perfección y el propósito de nuestra alma.
Esta es la esencia de lo que quería decir Rav Áshlag. Las acciones positivas son importantes, pero al profundizar constantemente nuestro estudio espiritual crece nuestra capacidad para traer más Luz al mundo.