Mientras se intensifica la situación en Israel, como ocurre en muchos lugares del mundo, recordamos lo frágil que es la vida y lo difícil que es ser un ser humano. A veces nos sorprendemos sintiendo valentía cuando sentimos un miedo incontrolable, y otras veces estamos impactados y consternados por nuestra capacidad de infligir miseria.
La dualidad de nuestra especie no es algo nuevo, y hoy, como nuestros ancestros, vemos cuan a menudo las peores situaciones pueden sacar lo mejor de nosotros. Hay muchos héroes anónimos entre nosotros que son velas titilando e iluminando el camino en la noche más oscura, comportándose con fuerza, gracia, piedad y dignidad, elevándose por encima de todo.
Muchas veces la economía es mencionada como la razón del conflicto. Muchas veces la política se interpone, pero inevitablemente la religión se convierte en nuestra excusa. "Todo en el Nombre de Dios". ¡Vaya! Las cosas que hemos hecho en el Nombre de Dios. ¿De verdad creemos que esto es lo que Él quiere de nosotros?
Durante siglos los kabbalistas han dicho que el único trabajo que tiene la humanidad es volvernos a unir, para volver a alcanzar esa Unidad que una vez fuimos. No vemos que usamos nuestra propia mano para cortar nuestra pierna. Todos somos hechos diferentes los unos de los otros para que podamos trabajar arduamente en ver más allá de la fragmentación y reconocer la chispa de Dios en todos. No es un trabajo fácil, pero es nuestro trabajo y allí yace nuestro poder.
No estamos separados de lo que está ocurriendo en Israel, Nigeria o Ucrania, o del dolor que siente nuestro vecino al otro lado de la calle. Podemos hacer la diferencia al no mostrar indiferencia o peor, intolerancia o venganza.
La lectura de la Biblia de esta semana es la historia de Pinjás. El Zóhar nos dice que, más que una simple historia, lo que está disponible para nosotros cada año durante la semana de Pinjás es la energía de sanación. Así que en este momento, cuando reces o medites o hagas lo que haces para conectarte con tu poder superior, por favor envía energía al mundo, que la necesita desesperadamente. Y cuando no estemos en oración, debemos estar conscientes y alertas a cada oportunidad que tengamos en participar en decisiones y acciones que harán que los ángeles sientan envidia de la grandeza de nuestro espíritu humano.