Los kabbalistas enseñan que nuestra mente influye en nuestra realidad. Es un delicado baile de energía: piensa de manera positiva y atraerás energía positiva a tu vida. Piensa de manera negativa y, bueno, puedes hacerte una idea. De acuerdo con el Rav Berg: “Nuestras mentes son tan básicas para la estructura de la realidad como el tiempo, el espacio y la materia”.
Las investigaciones muestran que nuestras creencias acerca de nuestras enfermedades y padecimientos tienen una efecto directo sobre cómo nos recuperamos. La evidencia es tan convincente que los médicos han hecho parte de su práctica el dedicar más tiempo escuchando la manera de pensar de los pacientes acerca de sus enfermedades, lo que les da a los doctores la oportunidad para disipar ideas equivocadas, las cuales pueden de hecho dificultar el proceso de sanación. Los pacientes que no creen que un tratamiento funcionará se les hace más difícil lidiar con las enfermedades y son más propensos a experimentar recaídas y complicaciones. Si el concepto de mente sobre materia tiene el poder para influenciar positivamente algo tan importante como nuestra salud, es razonable que aplicar este concepto en otras áreas de nuestra vida tenga el potencial para generar milagros increíbles. Sin embargo, cuando la vida nos lanza un desafío inesperado, puede ser difícil permanecer con un pensamiento positivo. A continuación tres prácticas que pueden ayudarte a cambiar rápidamente tus pensamientos hacia la Luz.
Sé honesto
Los pensamientos negativos pueden residir en la conciencia diaria rápidamente. El origen de los pensamientos negativos puede parecer inofensivo al comienzo: accidentalmente dejas caer un plato y piensas “¡qué tonto soy!”. Pero un pensamiento negativo conduce a otro y antes de que te des cuenta, el horizonte se ha vuelto nublado y gris, y te dices a ti mismo que no puedes hacer nada bien. Ten cuidado con hiperbolizar tus debilidades; intenta verlas no como fallas sino como áreas que simplemente necesitan atención especial, o en el caso de la torpeza, velo como un aspecto encantador de tu personalidad. Date a ti mismo un momento para detenerte y reemplazar los pensamientos negativos por unos más positivos. No necesitas parecer un santo, más bien sé honesto contigo mismo al notar aquéllas áreas en las que eres sobresaliente, ¿a quién le importa si manejar platos no es una de ellas?
Enfoca tus pensamientos
En vez de gastar energía preocupándote por cosas sobre las cuales no tienes control, enfócate en lo que sí se encuentra bajo tu poder. El campo de la epigenética se desarrolló cuando los científicos empezaron a explorar las posibilidades que uno puede alterar su destino genético simplemente haciendo cambios en su ambiente y comportamiento. Puede que no podamos controlar los genes con los que nacemos pero puede ser que tengamos el poder de “apagar” ciertas predisposiciones genéticas al comportarnos de una manera en particular. Por ejemplo: podemos evitar ciertos tipos de cáncer a los cuales hemos sido programados al cambiar nuestra dieta y nuestro estilo de vida. De igual modo, al guiar nuestros pensamientos lejos de los “qué tal si…” de la vida y enfocar nuestra energía en las cosas que tenemos el poder de controlar (como estar preparados o tener una actitud positiva) podríamos influenciar de manera positiva nuestro futuro.
Atrévete a sentir incomodidad
Creer en cosas buenas no es suficiente. No podemos sólo sentarnos a esperar que el cambio ocurra. Haz que las cosas se muevan en la dirección correcta al actuar como la persona que deseas ser. Si deseas ser más extrovertido, empújate a ti mismo a tomar la iniciativa, sé quien inicia la conversación, o da un cumplido. Aunque esto puede sentirse un poco incómodo al principio, con el tiempo te convertirás en una persona más extrovertida.
El Zóhar nos enseña que podemos aplicar el principio de “mente sobre materia” a cualquier aspecto de nuestra vida, una idea que ahora es apoyada por la comunidad científica. El Rav Berg dice: “La conciencia puede influenciar, y hasta crear, el universo físico”. Así que, la responsabilidad para alterar aquello por lo que nos sentimos insatisfechos yace en nuestras manos. Al dirigir nuestros pensamientos y acciones hacia lo positivo, podemos invitar más Luz a nuestra vida y quizás cambiar nuestra realidad para mejor.