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Centro de Kabbalah
Junio 9, 2014
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Fortalecer nuestra conexión espiritual con el Creador no siempre es un camino fácil. Algunas personas lo hacen como si se tratara de una lista de tareas, intentan cumplir cada una de éstas porque creen que los acercará al Creador. Dar una donación a una asociación benéfica, listo; ayudar al vecino a limpiar su garaje, listo; estudiar textos espirituales, listo.

Otros lo hacen en oleadas, por ejemplo, organizan una recolección de comida cada año durante el día de acción de gracias o las festividades de fin de año. Estas personas dedican una gran cantidad de tiempo al voluntariado con la esperanza de que un gran acto de compartir sea suficiente por un largo periodo de tiempo.

Sin embargo, nuestra conexión espiritual no se define por lo que hacemos, sino en el hecho de si estamos haciendo más o menos que antes. Por eso, en lugar de preguntarnos “¿Qué estoy haciendo?”, la pregunta más apropiada que nos podemos hacer es “¿Estoy haciendo más?”. Evaluar nuestra posición espiritual significa estar continuamente conscientes de lo que hacemos día a día, semana tras semana y año tras año. Pregúntate, ¿estoy haciendo más de lo que hacía el mes pasado? ¿Estoy empujándome a compartir y a conectarme más? Cuando de verdad podamos responder sí, estaremos en el camino correcto.

Piensa en un activista por los derechos humanos, alguien con una conciencia elevada que ha hecho grandes cambios en el mundo. Cada día esta persona realiza 50 actos bondadosos. Pero un día comienza a aflojar el ritmo, a alejarse de sus compromisos y responsabilidades. Aunque esté haciendo menos que antes, aún realiza 25 actos bondadosos diarios.

Ahora piensa en un preso que acaba de salir de la cárcel y que decidió cambiar su actitud. Él comienza haciendo pequeños cambios en su vida diaria, como ingresar a un grupo de estudio espiritual, por ejemplo. Luego, poco a poco, hace más cambios significativos, cada uno más difícil de hacer que el anterior, cada uno le exige ir cada vez más allá de su zona de confort. Realiza tres actos bondadosos un día, otro día hace cuatro y al día siguiente hace cinco.

Se podría pensar que el activista por los derechos humanos aún tiene una conexión fuerte con el Creador debido a que 25 actos bondadosos y de compartir en un día son mucho mejor que cinco, pero no es así. Sólo nos podemos conectar con la Luz del Creador a través del crecimiento. Cuando nuestro crecimiento se estanca o comienza a decaer, nos desconectamos del Creador. Hacer más se compara con lo que hacías antes y no con lo que los demás hacen.

Michael Berg dice, “Nuestro trabajo en este mundo no es ser una buena persona o una persona sabia o espiritual. No es dar una contribución caritativa o ser bueno con los demás. Nuestro trabajo es cumplir con lo que vinimos a hacer en este mundo. Y, aunque no sepamos exactamente lo que vinimos a hacer en este mundo, sabemos que si no hacemos un esfuerzo constante por crecer espiritualmente, nunca podremos alcanzar nuestro potencial".

Cuando crecemos y luchamos por alcanzar nuestro potencial, nos conectamos con la Luz del Creador. Mientras haya movimiento y crecimiento, también habrá conexión. Para continuar ese crecimiento, debemos esforzarnos por ir más allá de lo que hemos hecho antes, algo que puede resultar ser más de lo que creemos que somos capaces de lograr.

Eso necesita una gran cantidad de conciencia e introspección. Pero cuando somos honestos con nosotros mismos y nos tomamos el tiempo para examinar realmente nuestras acciones, podemos encontrar aspectos de nuestra vida en los que estamos espiritualmente bloqueados y comenzar a empujarnos a ir más allá de lo que creíamos posible. Así es como alcanzamos nuestro potencial. Comprométete a hacer más hoy de lo que hiciste ayer. A veces el paso más pequeño es el más poderoso.


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