Este artículo fue publicado originalmente en 2018.
Durante los Shabatot dentro del marco que llamamos Bein HaMetsarim, las “tres semanas negativas”, leemos del libro del Profeta Yirmiyahu (Jeremías). El trabajo de Yirmiyahu era despertar a los israelitas para evitar que provocaran la destrucción; sin embargo, si conocemos las diferentes historias de los profetas, sabemos que no fue capaz de hacerlo. Así pues, si vemos la vida de Yirmiyahu y el trabajo que intentó hacer, parecería que fracasó. Pero, si fracasó, ¿por qué leemos sus textos en estas tres semanas consideradas como las más “negativas” o difíciles del año?
¿Por qué leemos sus textos en estas tres semanas?
Hay una hermosa enseñanza que nos da uno de los más grandes kabbalistas, Rav Tsadok HaCohén. Él dice que aunque nada de lo que Yirmiyahu reveló e intentó enseñar a lo largo de su vida tuvo el impacto que esperaba, esa Luz es en realidad la que al final permitirá la revelación de la Redención Final; por lo tanto, el trabajo y las revelaciones de Yirmiyahu no fueron en vano.
Aunque Yirmiyahu no lo haya visto cuando intentó animar a la gente a que cambiara, la Luz que reveló y lo que hizo con su profecía, trabajo y enseñanza en efecto fue más importante que cualquiera de las cosas que hicieron los otros profetas. ¿Por qué? Porque los kabbalistas nos dicen que la Luz revelada a través de la profecía de Yirmiyahu será la Luz que usaremos para manifestar la Redención Final.
Con esto en mente, ahora tiene sentido que leamos a Yirmiyahu en estas semanas. No debemos conectarnos con el fracaso de esas palabras de hace miles de años, más bien nos conviene conectarnos con la Luz que él reveló en ese momento, que es la misma Luz que recibimos ahora. La Luz que nos permitirá a nosotros y al mundo alcanzar verdaderamente el objetivo de esa Luz: la Redención Final.
Ninguna Luz que revelamos y ninguna acción positiva que realizamos es en vano.
Esperamos que esto despierte en cada uno de nosotros el importante entendimiento de que ninguna Luz que revelamos y ninguna acción positiva que realizamos es en vano. De hecho, los kabbalistas enseñan que cuando nuestras acciones positivas se manifiestan, esa revelación es sólo una pequeña parte de nuestro potencial, mientras que cuando invertimos energía en alguien o algo, y no se manifiesta en ese momento como queríamos o esperábamos, la verdad es que esa Luz que despertamos es más fuerte y, con el tiempo, revelará una Luz mayor… al igual que la de Yirmiyahu.
Sí, cada acción positiva, generosa o altruísta que vemos que se manifiesta y ayuda a los demás revela cierta cantidad de Luz. Sin embargo, cuando realizamos dichas acciones y parecieran no haberse manifestado o haber ayudado a los demás, esas acciones en realidad revelan una mayor cantidad de Luz. Ese es uno de los regalos que queremos obtener del trabajo de Yirmiyahu y de Shabat Matot-Maséi.
Además, podemos entrar al Shabat de Matot-Maséi, y a todos los demás Shabatot de Bein HaMetsarim, pidiendo atraer la Luz que necesitamos de las revelaciones y enseñanzas de Yirmiyahu para provocar la Redención Final. Este es un hermoso entendimiento.