Imagina que estás en un supermercado. ¿Cuál fila tomarías: la fila más larga con un cajero recién contratado registrando el precio de cada producto de forma lenta y cuidadosa, o la fila más corta con el cajero veterano que atiende a cada comprador con rapidez? Sin importar de cuánto tiempo dispongas, probablemente escogerías la fila más corta. La mayoría de nosotros lo haríamos.
Forma parte de la naturaleza humana sopesar nuestras opciones y escoger la ruta más rápida para llegar de un punto “A” a un punto “B”. Nos gustan los atajos. Queremos hacer lo que es más fácil y nos sentimos engañados o como tontos si no podemos encontrar una salida rápida. Cuando avanzamos sin sobresaltos y con éxito al atravesar nuestros obstáculos, sentimos que estamos venciendo el sistema. Miramos atrás a aquellos que aún “están en la fila” y tenemos la sensación de que hemos triunfado en la vida.
Sin embargo, los kabbalistas enseñan que los obstáculos son imperativos en nuestro crecimiento espiritual. Al evitarlos, en realidad estamos evitando todo aquello que funcionaría como catalizador para la transformación o como un canal para traer más Luz al mundo.
La verdad es que, sin importar cuán hábil seas en encontrar la salida fácil y rápida de una situación, es cierto que de vez en cuando nos quedamos atascados. Y cuando esto ocurre, nos corresponde aceptar los obstáculos en lugar de evitarlos. Michael Berg dice que los obstáculos aparecen por una razón, y agrega: “No vinimos a este mundo sólo para evadir las trabas y los desafíos. Se supone que hagamos el esfuerzo cuando las cosas se vuelven difíciles. Y no habrá apertura a menos que afrontemos los desafíos”.
¿Qué pasaría si cada vez que encontramos un obstáculo en nuestro camino cambiáramos de dirección? Nunca llegaríamos a ningún lado en la vida. Simplemente divagaríamos sin nunca alcanzar nada realmente. Aunque la vida es impredecible, siempre podemos contar con que surgirán obstáculos. Los desafíos son el medio por el cual nos volvemos más fuertes y nos conectamos más que antes con la Luz. Se requiere de conciencia para no ver el statu quo como un triunfo, sino como un camino fácil hacia una vida sin crecimiento.
Michael Berg nos recuerda: “Cuando esquivamos el desafío de hoy, encontraremos uno diferente la siguiente semana, pero la oportunidad de esta semana ya se habrá perdido”. Podemos encontrar una cantidad enorme de Luz dentro de cada desafío. Mientras más grande sea el desafío, más grande será la Luz que podemos revelar de él. Asimismo, puede que a veces sintamos que para revelar Luz debemos superar el obstáculo; pero en realidad nos volvemos más fuertes, internalizamos las lecciones y encontramos claridad con simplemente escoger enfrentar el desafío en sí.
No siempre se trata acerca de vencer el desafío, sino de cuánto podemos crecer con sólo enfrentarlo. Es así como revelamos Luz mediante un desafío.
Los kabbalistas enseñan que cada obstáculo en la vida es un regalo del Creador. Detente y honra cada oportunidad para cambiar preguntando cuál es la lección que el Creador quiere que aprendas. A veces, el desafío más grande de todos es enfrentar los obstáculos con una actitud diferente, una que no vea un obstáculo en lo absoluto, sino que más bien vea una oportunidad.