Aprendemos de Rav Áshlag en Las Diez Emanaciones Luminosas que la manera en la que recibimos la Luz del Creador en nuestro mundo es muy diferente a la manera en la que la recibíamos en el Mundo Infinito. En el Mundo Infinito, la Luz del Creador brillaba ya sea que la mereciéramos o no; el Creador daba y nosotros recibíamos. Luego se creó nuestro mundo porque queríamos la oportunidad para perfeccionarnos a través de ganarnos la Luz. En nuestra realidad, nos ganamos la Luz a través de transformar nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo en Deseo de Recibir para dar placer al Creador.
“Or Makif o Luz Circundante es Luz que no nos hemos ganado”.
Después de la Creación, ahora hay una barrera entre nosotros y la Luz. Esta barrera es la base de cualquier sensación de carencia que tenemos en nuestra vida. Usualmente pensamos que una barrera es algo que nos impide obtener lo que queremos. Pero Rav Áshlag nos enseña que la barrera en realidad es nuestro Deseo egoísta, y que esa barrera solo se elimina en la medida que dejamos de desear para nosotros mismos. La barrera es una medida exacta de cuánto Deseo de Recibir para Sí Mismo tengamos. Cuanto más egoísta es nuestro Deseo, más fuerte es esa barrera. La única Luz que puede entrar en nuestra vida es la Luz que recibimos únicamente con la intención de dar placer al Creador.
A medida que estudiamos Las Diez Emanaciones Luminosas y comenzamos a entender estos conceptos, Rav Áshlag nos presenta una increíble excepción a la regla: el concepto de Or Makif o “Luz Circundante”. Esta es la Luz que no nos hemos ganado. Hay dos tipos de Or Makif. La primera es nuestro potencial, la Luz que podemos recibir si transformamos nuestro Deseo por completo. Por ejemplo, si disfruto recibir solo para dar placer al Creador el 10 % del tiempo, solo recibo 10 % de la Luz y el otro 90 % brilla como Or Makif.
La segunda forma de Or Makif es una forma todavía más profunda que nos demuestra el amor del Creador. Esta es la Luz que brilla sobre nosotros aunque no la merezcamos. Incluso en nuestro potencial no alcanzado o en el egoísmo total, la Luz de Or Makif sigue brillando sobre nosotros. ¿Cómo funciona este concepto? ¿Cómo recibimos si no lo merecemos? ¡No tiene sentido! O merecemos la Luz o no la merecemos. Esto no se adapta a ninguna de las leyes de las que hablan Rav Áshlag o el Arí.
Esto ilustra un hermoso secreto acerca de la naturaleza del Creador. El Creador no puede evitar compartir con nosotros, ¡Él nos ama demasiado! El Creador sabe que si nos diera todo, lo disfrutaríamos tanto que no elegiríamos ser altruistas. Por lo tanto, Él nos permitió ganarnos la Luz. Pero todavía nos da un regalo de la perfección del Mundo Infinito. Aunque ahora hay una barrera entre nosotros y la Luz en esta realidad, las reglas de nuestro mundo no se aplican a la Or Makif, esta es del mundo superior. La Or Makif es más que solo una increíble bendición, es una señal de la gran profundidad del amor del Creador por nosotros.
“Nos motiva a transfor- marnos”.
La Or Makif se manifiesta de muchas maneras en nuestra vida. De vez en cuando tenemos momentos de revelación. Sabemos cuando una enseñanza o sensación que tenemos no es algo que nos hemos ganado, sino algo del más allá. Esa es la Or Makif.
Un ejemplo de esto es la sensación de inspiración cuando comenzamos nuestro trabajo espiritual. Quizá observes que las personas están entusiasmadas cuando comienzan a estudiar espiritualidad. Después de un tiempo, cuando comienza el verdadero trabajo, pierden ese entusiasmo; comienzan a abandonar y dejan de crecer. Cuando una persona comienza su trabajo espiritual, el Creador le irradia Luz que no merece de la Or Makif. Es un anticipo poderoso del Mundo Infinito. Pero esa sensación de entusiasmo no puede durar. ¿Por qué? Porque no proviene de algo que nos hayamos ganado, está brillando de la Or Makif. Aún así, la Or Makif es tan necesaria para nuestro proceso que sin ella no tendríamos esperanza, especialmente al comienzo de nuestro trabajo. Es el conductor de nuestro cambio, nos motiva a transformarnos.
Es casi gracioso pensar que tuvimos esta gran idea en el Mundo Infinito en la que nos separaríamos por completo de la Luz del Creador para poder ganarnos la Luz. ¡Nunca habría funcionado sin la Or Makif! Sin la Or Makif que nos da una prueba del Mundo Infinito, nunca habríamos despertado nuestro deseo de recibir la Luz. El plan tenía tantas fallas que sin el abundante amor del Creador no habríamos podido transformarnos.
Esto debería darnos una increíble apreciación de la Or Makif. Cada vez que tengamos un entendimiento o una conexión que esté más allá de nosotros, debemos dar gracias al Creador por irradiar la Or Makif sobre nosotros, ¡porque no la merecemos! Es un regalo que el Creador incluyó en todo este proceso de transformación. Esta es la belleza de este concepto: nos demuestra el amor incondicional del Creador.
*Adaptado del curso de Michael Berg sobre Las Diez Emanaciones Luminosas, clase 34.