¡Hoy —el 13 de Adar II— es el día de una oportunidad increíble! Tal y como escribió Rav Berg: “Purim es un acontecimiento cósmico especial que permite la revelación de la Luz”. En este día nos ofrecen una clave hacia lo que la Kabbalah llama “Conciencia de Unidad”: una forma de pensar que percibe a todos y a todo como parte de un todo unificado. Mira más allá de la ilusión de la separación y la división, y nos ayuda a reconocer nuestra interconexión, interdependencia y espíritu esencial compartido. A través de esta comprensión, comenzamos a darnos cuenta de que nuestra propia completitud y realización dependen de la completitud y realización de los que nos rodean, ya sea que estén aquí o en el otro extremo del mundo.
En Purim, la ilusión de nuestra desconexión se levanta como un gran velo; todo lo que tenemos que hacer es aceptar esta verdad. Al igual que con la mayoría de las grandes revelaciones, el primer paso comienza con la máxima “conócete a ti mismo”, y más allá de esto, atrévete a SER tú mismo. En la historia de Purim, el personaje de Ester arriesgó su propia vida al revelar su verdadera identidad; se enfrentó a quienes habrían destruido a su pueblo. Pocos de nosotros reconocemos nuestro propio poder o el hecho de que el verdadero cambio puede comenzar cuando elegimos actuar y exponer nuestra verdadera esencia, que está conectada a la Luz… que la única manera de desterrar al Hamán de Purim (un personaje que representa las inclinaciones más oscuras de la humanidad) es accediendo esta Luz.
¿Y cómo sabemos que estamos en el camino correcto? Lo sabemos porque nuestras decisiones se alinean cada vez más con lo que es mejor, no solo para mí, sino también para los demás. Hay muchas maneras de encontrar esta conexión: a través de pensamientos y acciones amables, a través de la caridad, y mediante la gratitud, la alegría y la comprensión. No podemos eliminar la negatividad del mundo con más negatividad. Más bien, la eliminamos del mismo modo que encender una vela elimina la oscuridad de una habitación.
En la historia de Purim, la minoría sobrevivió a la amenaza de la mayoría gracias a esta fuerza de Luz, esta Conciencia de Unidad. En la Kabbalah, la llamamos la Luz del Creador, que es capaz de impregnar metafóricamente cada rincón del universo. El Zóhar afirma que los seres humanos y el cosmos son aspectos inseparables y que se apoyan mutuamente en el todo unificado de la realidad. La noción de un elemento amoroso y unificador impregna casi todas las religiones y filosofías. Incluso la ciencia moderna apunta cada vez más a la idea de que todo lo que vemos (y lo que no vemos) está conectado de forma tan notable como misteriosa.
La física de partículas y profesora asociada Sera Cremonini ha estado estudiando la teoría de cuerdas, que postula que el universo está compuesto por minúsculas cuerdas vibrantes de energía. Estas cuerdas, comparadas con un quark, tienen el tamaño de un átomo en comparación con la Tierra. “Si miramos en el interior de cualquier partícula, veremos esta diminuta cuerda vibrante”, dice Cremonini. “Esta es la unidad fundamental que hemos estado buscando, la entidad fundamental que lo compone todo”. Este hallazgo coincide con aspectos del trabajo de Einstein, así como con el de Niels Bohr. Bohr, el fundador de la teoría cuántica, determinó “un campo vibratorio que conecta todo y a todos”. Estos descubrimientos suscitan la pregunta: ¿Por qué no podemos atravesar las paredes u otros sólidos, sobre todo porque ahora sabemos que la materia solo constituye el 4% del universo? Pero la naturaleza nos hace una jugarreta en el funcionamiento de nuestros átomos, haciéndonos percibir la materia como sólida y haciendo que tales acciones sean tristemente improbables (¡a no ser que seas un personaje de Harry Potter dirigiéndose al andén 9 ¾!).
Cuando miramos más allá del velo y nos damos cuenta de que la vida no ocurre a nuestro alrededor, sino que ocurre a través de nosotros y por nosotros, nos sentimos capacitados para tomar partido y aprovechar las mejores partes de nosotros mismos. Lo que hago afecta a todos y a todo lo demás, directa o indirectamente. Purim nos abre una increíble oportunidad para asimilar esto plenamente y así traer bendiciones a nosotros mismos y al mundo.
Así que en este alegre y revelador día de Purim, en lugar de buscar la división, encuentra nuevas formas de buscar la conexión. En lugar de hacer más por mí mismo hoy, haz algo inesperado (e incluso anónimo, que es la tradición de este día) por otra persona. ¡Haz que el objetivo de este día sea encontrar, expresar y compartir tu Luz para el beneficio de todos!
Tal y como escribió Leonardo da Vinci: “Aprende a ver. Reconoce que todo se conecta con todo lo demás”. Es a través de nuestra profunda comprensión de esta conexión universal omnímoda que la alegría de Adar puede ser maximizada. La sentiremos profundamente porque nos daremos cuenta de que, cuando nos unamos e invitemos a esa gran Luz al mundo, no habrá ningún lugar donde la oscuridad pueda esconderse.
¡Les deseo alegría y LUZ en Purim!