Este artículo fue publicado originalmente en 2016.
La porción de Vayetsé dice que Yaakov tiene un sueño, y luego despierta. Conocemos el sueño: él ve una escalera y ángeles que ascienden y descienden por ella. Tanto la Torá como el Zóhar dicen que Yaakov despierta de su sueño y se recrimina a sí mismo: “¡El Creador está aquí también! ¿Cómo no lo supe? Dios estuvo aquí, la Luz del Creador estuvo aquí… ¿Por qué me permití dormir?”.
Así, el Zóhar nos dice que este lugar, tanto el espacio físico como el momento, por alguna razón estaba destinado a revelar una gran Luz. ¿Pero es sorprendente, incluso para Yaakov, que él no supiera que ese era el momento y el lugar donde ocurrirían grandes revelaciones? No tiene sentido que se molestara por ello, porque nosotros nunca sabemos cuál será el momento o el lugar donde una gran Luz será revelada.
Por ello, resulta sorprendente: ¿por qué Yaakov se recrimina el no saber que ese era un lugar y un momento tan poderosos? El Zóhar dice, y es importante entender esto, que hay un secreto aquí en cuanto a qué era lo que Yaakov se decía a sí mismo y qué nos está enseñando. Yaakov se despierta y dice: “No lo sabía. No logré conectar con lo que llaman el rostro del Creador”.
Rav Áshlag explica que cuando Yaakov dice “Yo no lo sabía”, es como si estuviera preguntando: “¿Cómo puede ser que todo esto me haya sido revelado a mí y yo no me esforcé por conocer más, por conectarme de una manera aun más poderosa con la Luz del Creador y perfeccionarme?”. Rav Berg siempre decía que las palabras “Saber/Conocer”, en hebreo yedia, representan unificación. Por lo tanto, Yaakov está diciendo: “Esto ocurrió aquí, y yo no estuve despierto para una conexión mayor con la Luz del Creador”. Él está hablando después de la revelación; ya había tenido el sueño y había despertado. Él dice: “Todo esto me ha sucedido y yo no me he esforzado lo suficiente por conectarme, o no tomé la iniciativa para estar debajo de las alas de la Shejiná para volverme perfecto”.
El Zóhar nos está diciendo que cuando Yaakov despierta y pregunta: “¿Cómo no lo supe?”, lo que realmente está diciendo es: “¿Cómo me permití no esforzarme al máximo para volverme perfecto, justo después de lo que acabo de vivir? Después de esta experiencia, ¿cómo puedo permitirme volver a ser la misma persona?”. Y he ahí el secreto. Lo que Yaakov se está diciendo es en realidad más para nosotros que para él mismo, es: “Esto acaba de ocurrir. ¿Cómo puedo seguir siendo la misma persona? ¿Cómo no estoy impulsándome hacia la perfección?”. Y lo que Yaakov se dijo a sí mismo es algo que debemos preguntarnos cada día, todo el tiempo. El Zóhar nos dice que lo que Yaakov nos entrega en este Shabat, y el secreto de las palabras que está diciendo, es una conciencia para analizar cómo pudimos haber vivido ciertas experiencias y no esforzarnos e impulsarnos de forma completamente distinta.
Esperamos tener el mérito, con la asistencia de Yaakov y entendiendo lo que el Zóhar nos dice, de no caer en el mismo patrón. Tenemos que preguntarnos: “Después de todo lo que ha ocurrido ¿cómo puedo permitirme volver a ser el mismo o tan sólo ser un poco mejor de lo que era?”. Yaakov nos dice que no puede ser que tengamos esa experiencia y no nos esforcemos por ir hacia la perfección de una manera completamente distinta y más poderosa.
Recomiendo enfáticamente leer esa sección del Zóhar una y otra vez, porque es el despertar que cada uno de nosotros necesita. No puede ser que hayamos tenido esa experiencia y regresemos a ser los mismos. No puede ser que vivamos algo así y no nos esforcemos en formas completamente distintas para volvernos perfectos. Es muy importante que lo entendamos.