El Hilo Rojo
Menú principal

Eventos y clases


Hazte Miembro

Encuentra más sabiduría y ejercicios para elevarte, elevar tu vida y la de aquellos que te rodean. Desde artículos y videos semanales a clases trasmitidas en vivo, clases presenciales y eventos. Hay un plan de membresía para cada persona.

Ver planes de membresía
Membresía sugerida:

Comunidad Onehouse Premium

  • Sus beneficios incluyen:
  • Únete a webinarios interactivos cada semana
  • Ve cursos completos bajo demanda
  • Disfruta descuentos en eventos, sesiones de orientación y productos*
  • Y mucho más...
  • Inscríbete hoy
  • *En las sedes participantes. Hay restricciones.

Profundiza aún más en la sabiduría de la Kabbalah con una guía personalizada y lectura de carta astral.

Consulta gratuita

Nuestro equipo dedicado está aquí para ayudarte a transitar tu viaje espiritual.

Solicita la tuya

Lectura astrológica kabbalística

Aprender acerca de nuestra alma a través de una carta astral ayuda a dar más significado y un mayor entendimiento a las experiencias que enfrentamos, las personas que conocemos, el trabajo que hacemos y las bifurcaciones en el camino.

Solicita la lectura de tu carta

Guía personal - Servicios del Centro de Kabbalah

Sesiones personalizadas individuales con un instructor para profundizar en el área que te interesa o apoyarte donde más lo necesitas. Las reuniones abarcan temas desde las relaciones hasta el tikún o un estudio profundo del Zóhar, todas personalizadas especialmente para ti.

Reserva una sesión de guía

El Hilo Rojo

Centro de Kabbalah
Noviembre 24, 2020
Me gusta 63 Comentarios 9 Compartir

Para entender el propósito, la necesidad y el poder del Hilo Rojo, primero debemos entender la fuerza conocida como “mal de ojo”. Los kabbalistas se refieren a ella como ayin horé. En Italia, se llama malocchio. Los árabes lo pronuncian ayin harshá. Los escoceses lo conocen como droj shuil; los romanos lo denominaban oculus malus. Como quiera que elijamos llamarlo, el concepto del mal de ojo data de miles de años atrás. El mal de ojo es mencionado en la Biblia y es un fenómeno que reconocen musulmanes, judíos y cristianos. Los gigantes de la filosofía griega —Sócrates, Platón y Aristóteles— también hablaron de ello. Moshé escribió al respecto. Reyes, reinas y presidentes han preparado estrategias para cuidar a sus naciones de sus efectos. De hecho, el maquillaje de ojos se originó en India como una herramienta para proteger a las personas de la corriente visual negativa causada por el mal de ojo.

Los kabbalistas enseñan que los ojos son la ventana del alma; de todos los orificios del cuerpo, los ojos contienen la conexión más directa con nuestra esencia pura y divina. Por lo tanto, los ojos son el portal a través del cual podemos crear y extraer la mayor Luz o la mayor oscuridad. La decisión es nuestra. Hay muchas capas y matices sobre la conciencia del mal de ojo; no está representada por un único pensamiento o sentimiento. La forma más extrema del mal de ojo es el odio, que suele caracterizarse como la pérdida total de la dignidad humana. Cuando alguien mira a una persona con odio en su corazón, está llena de mal de ojo e indistintamente de si su odio es expresado en palabras o acciones, esa fuerza del mal de ojo tiene el poder de penetrar el escudo espiritual de la persona por quien alberga animosidad.

El mal de ojo se manifiesta en una variedad de otras formas que podrían parecer menos extremas que el odio, pero, en realidad, igual tienen el poder de influir en el bienestar físico y espiritual de otro ser humano. Cuando la mayoría de nosotros escuchamos el término mal de ojo, lo reconocemos como un código de la envidia; aquello que activa sentimientos de rabia y resentimiento en muchísimas personas cuando están frente al éxito o la buena fortuna de otro. El habla maliciosa, en particular el chisme, también es parte de la conciencia del mal de ojo, ya que la gente tiende a hablar mal de otras personas cuando sienten envidia.

El primer ejemplo de mal de ojo en la Torá está en Génesis, que profundiza en las sutilezas del mal de ojo. El Zóhar explica que la muerte se originó porque la serpiente sentía envidia de Adán y estaba celosa del hecho de no poder tomar a Eva como su esposa; recordemos que esta no era solo una serpiente que se arrastraba, sino que podía ponerse de pie y hablar. El Zóhar continúa, diciendo que el mal de ojo no siempre significa que le deseamos el mal explícitamente a alguien; también se refiere a las maneras en las que juzgamos y evaluamos lo que otros tienen en relación con nosotros. Cuando consideramos el sistema de creencias de que algún tipo de carencia que tengamos podría o debería ser satisfecha con tener lo que alguien más tiene, significa que el ego ha tomado control de nuestra conciencia y estamos en un estado de mal de ojo. Esto es tan discreto que toma mucho tiempo siquiera desarrollar la pericia para identificarlo. La verdad es que, cuando algo no llega a nosotros exactamente cuando lo deseamos, suele ser un indicio de que todavía no hemos creado la vasija para recibirlo; es decir, no hemos refinado nuestro deseo a fin de que esté más basado en compartir que en únicamente recibir. No recibir algo también puede ser señal de que hay algo todavía mejor que el Creador quiere darnos o que el tiempo del Creador simplemente es diferente al nuestro y tenemos que ejercer más paciencia y confianza. Tener certeza en estas cosas —que todo lo que debe ser, será; que lo que necesitemos llegará a nosotros en el momento perfecto— puede ayudarnos a asegurar de que nunca caigamos en la conciencia del mal de ojo.

El mal de ojo es una conciencia a la que todos somos vulnerables, y podemos caer en ella tanto consciente como inconscientemente. Sin importar cómo o porqué nos encontremos en este estado mental, es crucial que entendamos el daño y el poder de esta fuerza, ya que no se puede subestimar en absoluto. De acuerdo con el Zóhar, la mayoría de las aflicciones e infortunios comunes se atribuyen al mal de ojo, ya que: “cada persona que tiene el ojo del mal, tiene sobre sí el ojo del Ángel de la Destrucción, quien es llamado: el ‘Destructor del Mundo’…” (Zóhar, Nóaj p. 197). La próxima vez que te encuentres mirando a otra persona, comenzando a considerar pensamientos negativos, puedes preguntarte: ¿Quiero ser un destructor o quiero ser un creador? Cada momento en el que puedes resistir el impulso de consentir pensamientos de odio, envidia o juicio por otra persona y en su lugar eliges pensamientos de amor, gratitud y misericordia, creas nuevos canales de Luz para ti y el mundo.

“Ver lo bueno en todo a fin de que podamos experimentar al Creador en todo”. — Karen Berg

Otro aspecto importante del mal de ojo que los kabbalistas nos instan a considerar es que todo lo que percibimos en nuestro mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. Todo mal de ojo que sentimos que hemos recibido es un reflejo del mal de ojo que hemos proyectado a los demás. El mejor antídoto para la fuerza del mal de ojo es el esfuerzo consciente y constante de mirar el mundo con un ojo benévolo. Lo opuesto al mal de ojo es la capacidad de ver a todo y a todos con un deseo de encontrar la Luz interior, revelar la bondad inherente y ver la chispa de Dios que existe en toda la humanidad. Cuando te concentras en lo bueno de algo o alguien, te permites experimentar lo bueno. Por lo tanto, como descubrirás, el Hilo Rojo no es simplemente una herramienta de protección contra el mal de ojo, también es un recordatorio para nosotros, una revisión de conciencia, para transformar cualquier juicio en misericordia.

TECNICISMOS E INSTRUCCIONES DEL HILO ROJO

¿De dónde proviene el concepto del Hilo Rojo?

El Hilo Rojo es mencionado varias veces en la Torá como una herramienta clave; por ejemplo, cuando Yaakov le puso a sus hijos hilos rojos. Asimismo, en el libro de Yehoshúa [Josué] (capítulo 2:18,21), Calev y Pinjás inspeccionan la tierra de Israel por última vez y llegan a la casa de Rajav. Como muestra de agradecimiento, Calev y Pinjás le dicen a Rajav que ate un hilo rojo en sus ventanas y, cuando los israelitas tomen la tierra, omitirán esa casa y su familia se salvaría. La intención de los kabbalistas es decodificar y hacer uso de cualesquiera y todas las herramientas que prescribe la Torá, ya sea que se trate de herramientas que se nos instruye usar de forma explícita o implícita.

¿Cómo se crea el Hilo Rojo?

El procedimiento de imbuir el Hilo Rojo con conciencia, desarrollado por los sabios de la Kabbalah, comienza en Israel con atar el Hilo Rojo alrededor de la tumba de Rajel, una de las matriarcas de la Biblia. Como resultado de su trabajo espiritual y evolución a lo largo de su vida, Rajel ahora es considerada por los kabbalistas como la madre del mundo, la principal fuente de cuidado y protección para todas las almas. La tumba de Rajel es rodeada con el Hilo Rojo mientras se recita el Aná Bejóaj, que está imbuido de la energía original de la Creación, que nos permite ser cocreadores en manifestar la protección que buscamos.

Rajel, esposa de Yaakov, dio a luz a dos hijos después de haber sido estéril muchos años: Yosef y, posteriormente, Benjamín. Durante el parto de Benjamín, Rajel falleció y fue sepultada a un lado del camino entre Jerusalén y Belén en la tierra de Israel. El Zóhar explica que Rajel está sepultada sola porque, cuando nos encontramos solos, podemos sentir genuinamente a los demás. Cuando estás en compañía de otras personas constantemente, ¿cómo te puedes conectar a profundidad con algún individuo? Aquellos que están sepultados a un lado del camino, en una ubicación expuesta, permiten que los demás hagan contacto y busquen ayuda.

También está escrito que Rajel “…llora por sus hijos” (Jeremías 31:14), dado que ella es nuestro canal de cuidado y preocupación. Todos somos hijos de Rajel, y cuando sufrimos ella llora por cada uno de nosotros. Ahora es fácil entender por qué atamos el Hilo Rojo —que trae protección de la energía negativa— alrededor de la tumba de Rajel y ningún otro lugar. El amor protector natural de una madre es quizá la fuerza más poderosa en toda la existencia. Solo Rajel, con amor y cuidado genuinos e infinitos, tiene el poder de transmitirnos a todos protección total contra el mal de ojo y la influencia de las energías negativas.

¿Por qué rojo?

El rojo es mencionado con frecuencia en la Biblia, usualmente empleado con relación a la protección contra las fuerzas de la muerte y la destrucción. El rojo es un color significativo por varias razones. Tiene la frecuencia más baja en el espectro visible de colores, que implica el nivel más bajo de luz o negatividad extrema. Quizá te preguntes: ¿por qué usaríamos el color más negativo y la frecuencia más baja de energía espiritual para protegernos de las fuerzas de la negatividad?

Considera el caso de la vacuna contra la poliomielitis, o una vacuna contra la tos ferina, o cualquier otra enfermedad temida. Cuando recibes una inoculación contra una enfermedad en particular, una cepa debilitada de la misma enfermedad se integra en la vacuna. La inmunización espiritual funciona de una forma muy parecida. El color rojo integrado al hilo de lana es una cepa diluida de energía negativa. Por lo tanto, te vacuna contra las fuerzas negativas destructivas del mal de ojo.

¿Por qué lana?

De acuerdo con la Kabbalah, el mundo cuenta con la presencia de dos fuerzas opuestas: misericordia y juicio. En el Zóhar, el texto kabbalístico más antiguo, se describe la raíz energética de cualquier clase de material en el mundo físico; categorizando todo el mundo físico. El Hilo Rojo está hecho de lana, que posee la energía de misericordia o energía protectora. Al teñir la lana blanca (misericordia) de rojo (juicio), se crea físicamente un cableado que convierte el juicio en misericordia o la oscuridad en Luz. El color rojo también se usa para atraer y detener todas las fuerzas de juicio provenientes del mal de ojo, limitándolas al hilo físico a fin de que estas fuerzas no penetren tu cuerpo físico o tu aura metafísica. Cuando la lana blanca transformada convierte el juicio entrante en misericordia, crea un campo de protección para ti.

¿Por qué se usa el Hilo Rojo en la muñeca izquierda?

Todo en este mundo tiene una raíz de energía positiva o negativa, misericordia o juicio, compartir o recibir. De acuerdo con los sabios de la Kabbalah, cada parte del cuerpo físico es un portal de un tipo de energía específico. El brazo izquierdo y la mano izquierda están relacionados con el concepto de recibir, mientras que el brazo derecho y la mano derecha representan la fuerza dadora. En consecuencia, las fuerzas negativas entran a nuestro sistema corporal por el lado izquierdo. Al usar el Hilo Rojo en la muñeca izquierda, interceptamos, desactivamos y convertimos cualquier fuerza negativa en la puerta frontal, el mismísimo punto de entrada.

Desde una perspectiva kabbalística, la izquierda también representa el Deseo de Recibir, y la conciencia del mal de ojo está arraigada específicamente en el Deseo de Recibir para Sí Mismo. Por lo tanto, atamos el hilo en la muñeca izquierda a fin de que cuandoquiera que miremos y deseemos algo o alguien, el Hilo Rojo actúa como nuestro recordatorio para restringir nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo y convertirlo en Deseo de Recibir para Compartir. ¿Cómo se ve esto en términos prácticos? En lugar de ver algo que otra persona posee y concentrarnos en nuestra propia carencia, que usualmente desarrolla la envidia, el Hilo Rojo puede ayudarnos a simplemente identificar los deseos que antes desconocíamos y asistirnos en buscar conscientemente esos deseos con una intención de compartir aquello que recibamos.

¿Quién debe atarte el Hilo Rojo? ¿Puedes hacerlo tú mismo?

Es recomendable que le pidas que te ate el Hilo Rojo a alguien en quien confíes, que respetes y que, idealmente, quieras. Desde luego puedes atarte el Hilo Rojo tú mismo; simplemente es preferible que te ate el hilo alguien que te quiera, ya que esto inyecta la energía de amor y cuidado, reflejando así la mismísima función del hilo.

¿Por qué se cae el Hilo Rojo?

El Hilo Rojo ha cumplido con su trabajo cuando se cae al cabo de un tiempo, no hay razón para asustarse. Se recomienda atarse nuevamente el Hilo Rojo tan pronto como sea posible.

¿Cómo se ata el Hilo Rojo?

El Hilo Rojo se ata en una secuencia cuidadosamente prescrita de siete nudos, que representan tanto la luz blanca (misericordia), que contiene los siete colores del arcoíris, como los siete mundos espirituales. Al atar siete nudos, te estás conectando con la energía de totalidad, unión y completitud, lo que te da acceso a todo el espectro de energía de la Luz del Creador.

Oración Ben Porat (se recita antes de atar el hilo)

“El Hilo Rojo está para recordarnos la importancia de lo que pensamos y decimos de los demás; ser cuidadoso de nuestro prejuicio y sus efectos profundos”. — Karen Berg

Justo antes de atar el hilo, se recomienda cerrar los ojos o meditar en fijar tus intenciones para el uso de esta herramienta. Puedes pedirle al Creador, Dios, al Universo, como quiera que llames a la fuerza divina, que te dé la fortaleza y la conciencia para siempre irradiar compasión, bondad y perdón a toda persona que te encuentres, y siempre tener un profundo sentido de agradecimiento por todo lo que tienes en la vida, aquí y ahora, a fin de que nunca mires con envidia a otro ser humano.

בֵּן ben פֹּרָת porat יוֹסֵף yosef בֵּן ben פֹּרָת porat עֲלֵי aléi עָיִן ayin בָּנוֹת banot צָעֲדָה tsaadá עֲלֵי aléi שׁוּר shur:
הַמַּלְאָךְ hamalaj הַגֹּאֵל hagoel אֹתִי otí מִכָּל micol רָע ra יְבָרֵךְ yevarej אֶת et הַנְּעָרִים hanearim וְיִקָּרֵא veyikaré בָהֶם bahem שְׁמִי shemí וְשֵׁם veshem אֲבֹתַי avotái אַבְרָהָם Avraham וְיִצְחָק veYitsjak וְיִדְגּוּ veyidgú לָרֹב larov בְּקֶרֶב bekérev הָאָרֶץ haárets ׃
אָמֵן Amén

“Rama fecunda es Yosef, rama fecunda junto a un manantial (ayin, lit. ‘ojo’); sus vástagos se extienden sobre el muro” (Génesis 49:22). “El Ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos muchachos; y viva en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Avraham e Yitsjak; y crezcan para ser multitud en medio de la tierra” (Génesis 48:16).

La razón por la que decimos estos dos versículos es porque están relacionados con la protección contra el mal de ojo, como encontramos muchas veces en el Talmud.

Tratado Bava Metziá 84a

Los rabinos dijeron a Rabí Yojanán: ¿Acaso al Maestro no le preocupa lastimarse por el mal de ojo al mostrarse de esta manera? Rabí Yojanán les dijo: Vengo de la descendencia de Yosef, sobre quien el mal de ojo no tiene dominio, como está escrito: “Rama fecunda es Yosef, rama fecunda junto a un manantial [aléi ayin]” (Génesis 49:22); y Rabí Abahú dijo: No lea los versículos como queriendo decir: “junto a un manantial [aléi ayin]” sino, más bien, léalos como: quienes trascienden el mal de ojo [oléi ayin]. La descendencia de Yosef no es vulnerable a la influencia del mal de ojo.

Tratado Bava Batra 118b

Rabí Yoséi, hijo de Rabí Janiná, dijo que una evidencia de la idea de que el mal de ojo no tiene influencia sobre Yosef y su descendencia se encuentra aquí, en la bendición de Yaakov para los hijos de Yosef, Efraim y Menashé: “El Ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos muchachos; y viva en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Avraham e Yitsjak; y crezcan para ser multitud [veyigdú] en medio de la tierra” (Génesis 48:16). Veyigdú está relacionado etimológicamente con la palabra “pez” [heb. dag]. Así como a los peces en el mar el agua los cubre y el mal de ojo no tiene dominio sobre ellos, de la misma manera ocurre con la semilla de Yosef: el mal de ojo no tiene dominio sobre ellos.

Oración del Aná Bejóaj (se recita mientras se ata el hilo)

La persona que ata el hilo repite cada línea del Aná Bejóaj (comenzando con la línea 1) por cada uno de los siete nudos. Esto no es obligatorio, sino más bien es una herramienta para amplificar el poder del Hilo Rojo.


Comentarios 9