La porción de Vaetjanán siempre se lee durante la semana del 9 de Av, el día de la destrucción de ambos templos.
El Shabat durante Vaetjanán también es llamado Shabat Najamú, por los versos que se leen a partir de los escritos del Profeta Isaías acerca de la consolación.
¿Qué es la consolación desde una perspectiva kabbalística? Es cuando te acercas a alguien que acaba de perder a un ser querido y dices… ¿Qué? Siento tu dolor, lo siento, pobre de ti, todo va a estar bien, etc.
¿Es esto verdadera consolación? Con suficiente amor y cuidado seguramente puede ayudar pero, ¿Es lo mejor que puedes ofrecer?
El Rav dice que la verdadera consolación (la que provoca que una persona no sufra más) es muy sencilla: ¡Sólo dale de regreso aquella cosa o aquella persona que ha perdido! Una vez que ha ganado nuevamente lo que ha perdido ¿Por qué habría de seguir sufriendo?
El “pequeño” problema es: ¿Cómo traes de nuevo a alguien que ha muerto?
El Rav explica que la muerte es de hecho algo que nos ocurre más a nosotros que a la persona que ha fallecido, esto quiere decir que una persona que fallece no está muerta como pensamos… Para las personas que estudian Kabbalah, la muerte es solo el fin de un capítulo de un libro mucho más grande. Toda la idea de la muerte es que llegamos a un punto en el que tenemos problemas comunicándonos con la persona al otro lado del proceso.
La palabra Vaetjanán tiene el valor numérico de 515, cantidad que se relaciona con el número de veces que Moisés le rogó al Creador por permiso para llevar a los israelitas a la tierra de Israel. A Moisés se le negó la entrada (El Rav explica que los israelitas no estaban listos para entrar así que si Moisés los hubiera llevado, la Luz los hubiera “quemado”).
No se trataba de Moisés, sino de los israelitas. De igual modo, cuando hablamos sobre muerte, el problema no es que la persona haya muerto, es la conciencia de la persona que vive que no le permite ver al difunto.
Lo mismo se aplica a los Templos; se dice que el tercer Templo no será construido sino revelado, lo que quiere decir que ya está allí, esperando a que nosotros alcancemos el estado mental en el cual podremos verlo.
El 9 de Av es el punto de partida de un proceso de siete semanas que nos guían a Rosh Hashaná. Para cuando lleguemos allí necesitamos haber alcanzado un estado de consuelo total, borrando el sufrimiento de otros y recuperando todo lo que hemos perdido, tanto en un nivel personal y todos juntos como un todo. Debemos reconectar con nuestros ser infinito e ilimitado, ésa es nuestra verdadera esencia y nuestro propósito.