Este artículo fue publicado originalmente en 2019
Al final de cada día, los kabbalistas recomiendan que analicemos el día y hagamos las paces espiritualmente con quien te haya herido o con quien tú hayas herido. De este modo evitamos irnos a dormir enojados, tristes o con impurezas. Estas energías pueden impedir que nuestra alma se eleve durante el sueño, un tiempo en el que obtenemos importante sabiduría espiritual. Mientras reflexionamos en la noche, somos motivados a recordar lo que es realmente importante en la vida. Recordamos que la vida no consiste en cuánto acumulamos o a quién derrotamos, sino de cuánto dimos y a quién amamos. Antes de cerrar los ojos cuando vamos a dormir, recordamos nuestro propósito en este mundo. Nos volvemos a enfocar y, con suerte, regresamos a nuestro camino espiritual. En nuestras meditaciones nos preguntamos: “Si este fuese nuestro último día en la tierra, ¿nos sentiríamos en paz? ¿Nos sentiríamos felices?”. Esta semana nos preparamos para lo que podríamos llamar la “noche del año”. Nos acercamos al último mes del año y al final del ciclo zodiacal. Llegamos al llamado Shabat Shekalim. Este Shabat siempre sigue al inicio del último mes del calendario astrológico. Es el momento de que analicemos, no solo nuestro día, sino todo el año, viendo en cuáles aspectos invertimos nuestra energía, a quién amamos y a quién nos costó amar. Recordamos nuestro propósito espiritual y lo que nuestra alma y corazón de verdad desean. Esta semana recibimos la oportunidad para restablecer nuestro camino y comprometernos de nuevo a seguir nuestra voz interior. El cosmos nos regala una hoja en blanco esta semana con el fin de prepararnos para el “nuevo día” y nuevo ciclo astrológico que tenemos por delante.
“El cosmos nos regala una hoja en blanco”.
Nuestra guía de la semana es la porción Vayakel. Es prácticamente una repetición de las últimas dos porciones, pero solo desde un punto de vista superficial. En Vayakehel tenemos una oportunidad para renovar y recordar nuestro proceso espiritual. Shabat Shekalim nos prepara para entrar en el último mes del año, Piscis II. Después de este mes comenzamos un nuevo ciclo astrológico, comenzamos otra vez con Aries. Es un tiempo para acoger de nuevo la vida, ya que pronto debemos repetir el ciclo del año una vez más. Llegamos al final del año y nos preguntamos: “¿Aún estamos en nuestro viaje espiritual? ¿Estamos siguiendo nuestra propia verdad?”. La porción Vayakehel viene para estimular nuestros propios sueños, deseos y propósito de vida. La porción narra la contribución de los israelitas para la construcción del Tabernáculo, así como la labor de construirlo. A nivel metafísico, se trata de la construcción de nuestra propia vasija espiritual interna y nuestro esfuerzo y contribución a dicho proceso. Leemos por segunda vez sobre la construcción del Tabernáculo, pero esta vez sin la contribución de quienes crearon el becerro de oro, el sustituto de Moshé. Previamente, algunos israelitas habían creado el becerro de oro para reemplazar a Moshé cuando pensaron que él los había abandonado. En Vayakehel reconstruimos el Tabernáculo para albergar la energía del Creador y construir nuestra propia vasija espiritual, pero sin la negatividad del becerro de oro. Somos bendecidos con la oportunidad para continuar nuestra elevación espiritual, pero con una conciencia nueva y mejorada. Esta semana podemos reconstruir y restablecer nuestras metas para alejarnos de las energías negativas y la distracción. Recibimos el gran regalo de comenzar de nuevo, solo que esta vez tenemos más concentración y pureza para nuestro proceso y el año entrante. Vayakehel reconstruye y restablece nuestra metas y sueños, pero con una conciencia más pura. Llegamos al final del año listos para avanzar y con un mayor entendimiento del llamado de nuestro corazón. Al repetir la construcción del Tabernáculo, somos capaces de recordar y honrar cada una de nuestras verdades personales.
“Recibimos la oportunidad para restablecer nuestro camino y comprometernos a seguir nuestra voz interior”.
Vinimos a este hermoso mundo para revelar la chispa del Creador que llevamos por dentro. Nuestro trabajo divino es construir nuestra propia estructura interior para albergar la Luz del Creador. Estamos en la tierra para crear una vida que manifieste nuestra alma, y esta expresión luce muy diferente para cada uno de nosotros. La expresión del alma de cada uno de nosotros se manifestará en su manera única y hermosa. Sin embargo, a menudo podemos olvidar el propósito de nuestra alma o puede ser opacado con nuestros miedos. Esta semana recibimos el gran regalo de comenzar de nuevo y recordar el llamado de nuestra alma. Podemos ser limpiados de la negatividad, la ansiedad, las dudas y los miedos que representaban aquellos que construyeron el becerro de oro. Somos más libres en nuestro proceso de unirnos con el Creador y cumplir el llamado de nuestra alma en esta vida. Llegamos al último mes del año y, como al final del día, dejamos ir lo que evita que nos elevemos y sintamos la emoción de la oportunidad que tenemos por delante. Como dijo Carl Jung: “Un anciano que no puede decir adiós a la vida parece tan débil y enfermo como un joven que no logra acogerla”.
Esta semana en tus meditaciones, enfrenta la vida en modo renovado, limpio y sin miedo. Estás dispuesto a aceptar los susurros de tu corazón. Mañana es un nuevo día y dejas atrás el pasado. Enfrentas el año astrológico entrante listo para renovarte en el camino espiritual sabiendo que es el camino hacia la alegría y la plenitud más grandes. Recuerdas lo que te hace feliz. Recuerdas lo que te trae alegría. Recuerdas a quiénes amas. Ya no existen las fuerzas que te pudieron haber detenido en el pasado. Te comprometes a iniciar el camino de la vida de nuevo con confianza y certeza. En el pasado quizá callaste la voz de tu corazón, pero ya no más. Estás listo para amar y para dar. Estás listo para mostrar la dignidad humana que este mundo necesita. Estás listo para recordar tus propias verdades sin ser alterado por la influencia de los demás. Estás listo para comenzar, nuevamente.