Una de las razones por las que esta porción es famosa es el hecho de que es la única porción, desde la primera aparición de Moshé en la Torá, en la que no se menciona su nombre.
La explicación literal de esto es que, después del pecado del becerro de oro, el Creador le dijo a Moshé que quería destruir todo el pueblo de Israel y crear una nueva nación a partir de él. Moshé le rogó al Creador que no lo hiciera y de hecho lo amenazó con pedir ser borrado de la Torá si Él decidía continuar con Su plan. Por supuesto, el Creador no lo hizo, pero el nombre de Moshé sí fue borrado, no de toda la Torá pero sí de esta porción.
Bien, esa es la explicación literal, pero ¿qué ocurre allí a nivel espiritual?
Primero que nada, volvemos a ver el amor eterno e incondicional de Moshé por la gente que lo lleva a sacrificar todo por el bien de ellos hasta el punto de estar dispuesto a amenazar al Creador para salvarlos.
¿Te imaginas? ¿¡Amenazar al Creador!?
Pero lo que tanto el Rav como Michael Berg nos explican es que la razón real por la que Moshé no aparece en esta porción es porque logró anular por completo su Deseo de Recibir para Sí Mismo, su deseo de reconocimiento. A él no le importó que nadie supiera del trabajo que él había hecho, él estaba dispuesto a dejar ir eso y que su nombre fuese borrado del libro. Una vez que logró este nivel de humildad y auto sacrificio, alcanzó la perfección espiritual, es decir, la completa unión con el Creador. Estaba a tan alto nivel (un nivel de conciencia que el Rav llama Luz de Misericordia o “antimateria”) que estaba mucho más allá de las limitaciones de la realidad física. Él se había conectado completamente con la esencia del mundo infinito. Como la escritura es una forma de manifestación física y, por lo tanto, una limitación, la presencia de su nombre escrito restringiría esta elevada energía. Así pues, al esconder su nombre, podemos conectarnos con la ilimitada y perfecta Luz de Misericordia o “antimateria” por la que Moshé se convirtió en canal.
Obviamente, esto no es fácil de hacer. Puedo decirles que, personalmente, aunque sé que debo huir del deseo de recibir honor y reconocimiento, me aseguro de no alejarme mucho y siempre miro hacia atrás para ver si lo obtuve o no.
Pero por supuesto, en la medida en que aún estemos apegados a que nuestro “nombre sea reconocido”, a esa forma de ego y Deseo de Recibir para Sí Mismo, a ese mismo nivel nos mantendremos apegados a la limitada y material realidad de juicio, tiempo, espacio y movimiento.
Por lo tanto, esta semana tenemos el obsequio del apoyo de Moshé para ser verdaderamente capaces de dejar ir ese deseo egoísta. Quizá no nos volveremos como Moshé aún, pero al menos despertaremos ese deseo y daremos un pequeño paso hacia alcanzar esa conciencia de humildad. Así también activaremos nuestra posibilidad de ser un canal puro para el Creador y revelaremos toda nuestra Luz al mundo.
Un buen ejercicio para esta semana puede ser preguntarte diariamente, ¿cuánto dependo del reconocimiento y de los honores? ¿Qué tan dispuesto estoy a dejar ir este deseo para poder revelar mi verdadero potencial y convertirme en quien estoy destinado a ser?
¡Que tengas una gran semana!