Artículo publicado originalmente en 2016.
Bienvenidos al mes de Leo. ¡Este puede ser un mes poderoso para todos nosotros! Aunque la mayoría de los signos astrológicos son regidos por las estrellas, el mes de Leo (o Av) es regido por el mismísimo Sol, la fuente de Luz de la Tierra. Esto tiende a hacerlo el mes más intenso del año y, debido a eso, es precisamente un buen momento para invertir en nuestra espiritualidad. Tal y como no saldríamos al sol sin protector solar, deberíamos crear para nosotros algún tipo de protección espiritual para no quemarnos con la intensidad de la Luz presente en este momento. El 9 de Av es conocido como el día más difícil del calendario kabbalístico. En este día fueron destruidos el Primer y Segundo Templo y, más cerca de nuestro tiempo, se firmó la Solución Final en Alemania en el año 1942. Ocurrieron sucesos terribles en este día y, aún así, está escrito que este día nacerá el Mesías. ¿Cómo un día tan negativo puede llegar a ser algo tan positivo? Esta polaridad de energías es un aspecto importante del mes de Av. Porque como sabemos, donde hay la mayor cantidad de influencia negativa, también existe el mayor potencial para positividad y Luz.
En realidad, no hay negatividad que no ofrezca crecimiento o limpieza. Como el ejercicio, sin una cierta cantidad de esfuerzo y levantamiento, el cuerpo no se fortalece. Espiritualmente, se aplica el mismo concepto. A través de los desafíos, que el Creador nos envía del Cielo para fortalecernos, podemos alcanzar nuevas alturas.
La belleza de este mes es que donde hay caos, también hay potencial para que el corazón humano se eleve e ilumine al mundo con su poder. Para ello, me gustaría compartir una historia personal con ustedes, una historia que creo aclarará un poco qué tipo de energía impregna al cosmos en este mes.
Yo sé mucho sobre el signo de Leo porque estuve casada con uno por más de 45 años. ¿Has visto el musical “El Rey y yo”? El Rey es una representación perfecta de un Leo: son magnánimos por naturaleza, abiertos y muy divertidos. Al igual que el Sol que lo rige, Leo es fuerte y generoso con su energía. Necesita ser admirado y respetado. Necesita ser excepcional, al igual que la influencia del Sol en este mes es excepcional.
Tal y como el rey o la reina de la selva, los leo pueden tener un fuerte rugido pero, aun así, son capaces de cambiar y, en ese cambio, revelan gran Luz. Pensemos por ejemplo en Rav Berg: cuando conocí al Rav, éramos como agua y aceite. El Rav era un hombre muy claro; tenía su propósito y sus maneras. Él nació en una familia muy rígida y era firme en sus ideas. Esto es muy típico en los leo, debido a que son un signo fijo. Luego me conoció. Yo vengo de un mundo totalmente diferente y no tenía idea del mundo religioso o de dónde venía la manera de pensar del Rav. En mi mundo participamos en círculos de sanación y grupos de meditación. Yo era muy leída y disfrutaba aprender de distintos tipos de disciplinas espirituales. Cuando vi por primera vez al hombre que ahora llamamos Rav, a él no le gustaban para nada estas ideas.
Pero un día, después de habernos casado, fui a casa con nuevos libros sobre astrología y reencarnación. El Rav intentó sacarlos de la casa, de la misma manera en la que intentó tirar otras cosas modernas, como el televisor. Le dije: “Escucha, si la Kabbalah es verdadera, entonces estos conceptos deben estar también en tus libros porque la verdad absoluta significa que todo está incorporado”.
Esa conversación abrió una puerta y, poco tiempo después, el Rav comenzó a explorar con más profundidad los escritos que incluían la astrología y la reencarnación. Por ejemplo, La puerta de las reencarnaciones y, luego, La puerta de la meditación del estimado Kabbalista del siglo XVI Rav Yitsjak Luria, quién formó parte del linaje del maestro del Rav, Rav Brandwein. Nuestras conversaciones ayudaron al Rav a abrirse y buscar nuevas maneras de ver esta sabiduría antigua. Entender de dónde vino el Rav y el cambio que pudo hacer como para siquiera considerar mi idea (enseñar Kabbalah a hombres y mujeres, y luego extenderla al mundo como lo hacemos hoy en día) fue una revolución interna. Fue una increíble transformación.
Esta es la posibilidad del signo y del mes de Leo. Podemos usar la fuerza formidable de este mes, la fuerza espiritual del Sol, para bloquearnos en manera de pensar rígidas: “¡Es como yo digo y punto!”, o podemos usar su poder para derribar las puertas bloqueadas, abrir todas las puertas y permitir que la Luz venga en torrentes y transforme drásticamente nuestra naturaleza, que nos vuelva más sensibles con los demás.
Nuestra historia, la historia entre el Rav y yo, es una prueba positiva de que en el mes de Leo todos podemos cambiar radicalmente nuestra configuración interna. Incluso nuestros aspectos más rígidos y complicados. Al abrir nuestro corazón en los aspectos que estaban cerrados y aprender a hacer flexible lo que antes era inflexible, podemos realizar un cambio en este mes que revelará una cantidad enorme de Luz para nuestro beneficio, el de quienes nos rodean y del mundo.