Nuestros pensamientos son poderosos. No obstante, solemos subestimar cuán importantes son en definir nuestra experiencia de vida. Nuestros pensamientos se convierten en nuestras creencias, y nuestras creencias determinan las decisiones que tomamos.
Sabemos cuando algo anda mal con nuestro cuerpo: nos duele una muela o un desgarro muscular requiere atención. Pero cuando se trata de nuestra mente, a menudo elegimos sufrir en silencio. ¡Quizá ni siquiera reconozcamos que estamos sufriendo! Los pensamientos negativos son sigilosos y pueden adentrarse sin que lo notemos. Pueden tener efectos nocivos para nosotros y las personas que nos rodean.
Es fácil decir que todos deberíamos pensar positivo todo el tiempo, pero es uno de los desafíos más grandes que enfrentamos en nuestra vida cotidiana. He aquí cinco pasos para hacer que pensar positivo sea un poco más fácil.
1. Reconoce que puedes hacer cualquier cosa con la ayuda del Creador. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de conectarse con el Creador. Esto significa que no hay nada que no podamos hacer o manifestar. Cuando se presente un desafío, reconoce que tienes toda la fuerza de la Creación respaldándote, ayudándote y guiándote.
La próxima vez que pienses: “¿Es posible que logre esto? ¿Tengo la fuerza, la sabiduría o las habilidades?”, recuerda que no eres solo tú, son la Luz del Creador y tú juntos. Nada es imposible siempre y cuando lo creas.
2. Entiende que eres digno y poderoso. Muchos de nuestros pensamientos negativos son sobre nosotros mismos. Solemos ser nuestros críticos más severos. Algunos de estos pensamientos comienzan en nuestra infancia y continuamos dándoles energía a medida que crecemos. Cuanta más energía damos a estos pensamientos, más comenzamos a aceptarlos como una realidad y creer que son características nuestras que no podemos cambiar.
Todos tenemos áreas que necesitamos mejorar y desarrollar, pero nada que digamos o hagamos puede arrebatarnos la perfección de nuestra alma. Recuerda que tienes una chispa del Creador en tu interior. El Creador sabe que eres digno y quiere que tengas todas las bendiciones que deseas. Reconoce que estás destinado a tener plenitud absoluta en la vida solo por el hecho de ser tú. Ábrete a las bendiciones abundantes que están esperando entrar en tu vida.
3. Corta de raíz los pensamientos negativos. ¿Cuántos pensamientos negativos tienes a lo largo del día? ¡La mayoría del tiempo ni siquiera los notamos! Estos “prepensamientos” pequeños se acumulan y se convierten en pensamientos más grandes y dominantes con el paso del tiempo. Cuando reiteradas veces pensamos cosas como: “No me gusta cómo me quedan estos pantalones, no me agrada cómo me veo en esta foto, no me veo tan bien como fulano”, estos pensamientos tarde o temprano se convierten en: “Soy gordo. Soy feo. La gente no me encuentra atractivo. No soy digno de amor”.
Es válido querer perder un poco de peso o reconocer áreas en tu vida en las que puedes mejorar. Después de todo, estamos destinados a crecer y cambiar. Pero no permitas que tu autoevaluación se convierta en odio propio. Observa cuando estos pensamientos surjan, sin importar cuán pequeños parezcan, y elije activamente combatirlos. Cuanto antes los reconozcas y los rechaces, menos pueden dejar su semilla y germinar.
4. Encuentra la oportunidad en el obstáculo. El pensamiento positivo no elimina los obstáculos de nuestra vida, pero sí cambia la manera en que nos sentimos cuando los transitamos. Nuestra experiencia de vida es definida por nuestra perspectiva; lo que destruiría a una persona podría ni siquiera molestar a otra, tan solo basándose en la forma en que piensan.
La mayoría de nosotros podemos recordar desafíos anteriores y ver cómo nos moldearon en personas más fuertes y capaces, pero tenemos dificultades en verlo en el momento. Absolutamente todo lo que nos sucede, desde un mesero que es grosero con nosotros en una cena hasta la muerte de un ser querido, proviene del Creador y tiene un propósito en nuestro crecimiento espiritual.
Confía en que el Creador quiere que crezcas, aun si ahora mismo no puedes ver cómo. Busca la lección y la oportunidad en cada desafío. Comienza a practicar esto y verás una diferencia en tu experiencia de vida.
5. ¡Practica, practica, practica! Cambiar tu proceso de pensamiento no es tarea fácil. Se requiere compromiso y un deseo de cambio. Ser espiritualmente evolucionado no significa que al instante veas cada obstáculo como positivo, pero comenzarás a notar que las cosas que solían alterarte ya no te alteran tanto ahora. Este es un importante sistema de medición de nuestro crecimiento. Pensar positivo implica esfuerzo y práctica hasta que comience a sentirse natural, pero es una de las influencias más importantes de nuestra experiencia de vida.
Pensar positivo no significa ser ingenuo o delirante, y no significa que no experimentarás verdaderas dificultades en la vida. Se trata de reconocer los desafíos que enfrentas y elegir activamente usarlos como un medio para revelar Luz en el mundo. Tu capacidad de cambiar la forma en que piensas es tu mejor superpoder. Aduéñate de él, hazte cargo de tu vida y experimenta los milagros que ocurren.