Este artículo en la porción de la semana ha sido previamente publicado en el 2020.
Rav Áshlag explica una de las enseñanzas más poderosas e importantes que se encuentran en el Zóhar, en una sección llamada “Cerrojos, puertas y grandes cámaras”. Él nos dice que las tres cosas forman parte de lo mismo; el cerrojo se convierte en una abertura y la abertura se convierte en un salón; no como en este mundo en el que tenemos un cerrojo, luego una abertura y, después de esta, una cámara.
Sabemos que el propósito y pensamiento de la Creación fue simplemente darnos a cada uno de nosotros, y a la humanidad como un todo, sólo bondad. Pero si el propósito de la Creación fue darnos gran Luz, entonces ¿por qué la experiencia de este mundo está llena de tanta oscuridad, dolor y sufrimiento? Rav Áshlag nos dice que podemos hacer que estas dos realidades opuestas tengan sentido al entender que la base de la creación del mundo físico es el Deseo de Recibir para Sí Mismo, el cual es totalmente opuesto a la naturaleza de la Luz del Creador, que es es Deseo de Compartir. Pero, aunque esa Luz esté dentro de cada uno de nosotros, vivimos dolor u oscuridad según la cantidad de Deseo de Recibir para Sí Mismo que esté en nuestro interior.
Y este es el secreto de los cerrojos. Cada uno de nosotros tiene bloqueado el acceso a la Luz del Creador, a la bondad que está en la esencia de la creación de este mundo. Aferrarnos al Deseo de Recibir para Sí Mismo es el cerrojo entre nosotros y el propósito final de la Creación, y la Luz suprema del Creador. Si combatiéramos los momentos de oscuridad y confusión para revelar la Luz del Creador en este mundo y no permitirle a la confusión ni a la oscuridad separarnos de la Luz del Creador, entonces cada cosa confusa, todo lo que no entendemos, todo lo que no tiene sentido para nosotros, se convertiría en una abertura a través de la cual podríamos obtener una mayor conexión con la Luz del Creador.
Creemos que la confusión significa que no estamos conectados. Pero lo que Rav Áshlag explica es que cada cosa que no entendemos, todo lo que ocurre que contradice la bondad de la Luz del Creador, tiene una chispa de gran Luz en su interior. Tanto así que cuando luchamos contra esa confusión y duda, y seguimos conectándonos, compartiendo y haciendo el trabajo espiritual, ese estado de confusión se convierte en una abertura para el entendimiento. Y en eso debemos concentrar nuestro trabajo en Shabat Nitsavim-Vayélej.
La mayoría de nosotros pasó por desafíos y cosas que no entendió en este año. Pero ¿cómo sabemos que nos estamos transformando? Rav Áshlag habla claramente de esto, debemos preguntarnos: ¿Podemos ver uno de los desafíos que ocurrieron y decir: “Vaya, qué gran abertura fue esa”? ¿Podemos decir que estamos muy felices con lo que sucedió porque nos damos cuenta de qué tipo de puerta de sabiduría y conexión se abrió para nosotros gracias a ello? Porque la teshuvá real es cuando somos capaces de revisar el año y decir: “Entiendo por qué ocurrió esa oscuridad y confusión: es una abertura, un gran salón de Luz y sabiduría para mí”.
Ese es el reto. Si herimos gravemente a alguien y hacemos teshuvá, entonces en un nivel esa acción negativa se convierte en positiva. Pero en un nivel más profundo, significa que podemos revisar nuestro año y darnos cuenta de que nada negativo nos ocurrió, de que realmente no había cerrojo, porque el cerrojo es una abertura y la abertura es una cámara. Por supuesto, eso está relacionado con el trabajo espiritual que hacemos, pero estoy seguro de que para todos nosotros aún hay cosas en este año que no tienen sentido, que no entendemos y que aún se sienten negativas. Esto significa que aún queda trabajo por hacer en ellas porque, al final, podemos percibir incluso las peores cosas que nos ocurren como una magnífica Luz.
Ese es el trabajo que tenemos que hacer en este Shabat. Ese es el trabajo que tenemos que hacer mientras nos preparamos para Rosh Hashaná. Tenemos que revisar nuestro año, encontrar los cerrojos, pensar en ellos y ver si podemos encontrar la abertura en ese cerrojo. Si no, tenemos que hacer más trabajo y comprometernos más con la eliminación de nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo. Porque una cosa es segura: si estuviésemos completamente elevados más allá de nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo, veríamos todo como Luz. No habría oscuridad ni confusión. Si aún hay algo de este año que revisamos, no entendemos y lo vemos como oscuridad, es porque no nos hemos transformado.
Ese es el trabajo de este Shabat. ¿Podemos revisar nuestro año y ver todo como Luz? ¿Podemos ver sólo la Luz dentro de toda la oscuridad y confusión? Si no es así, trabajemos más. Elevémonos más alto, porque cuando nos acercamos a ese estado de certeza completa que viene con la eliminación completa de nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo, sólo vemos la Luz y los cerrojos son sólo aberturas que nos llevan a cámaras de entendimiento y sabiduría más grandes.
Ahora entendemos lo que estamos pidiendo: mayor certeza para que podamos ver sólo la Luz en los cerrojos y la fortaleza para hacer el trabajo que activará esa certeza. Durante la semana hacemos ese trabajo, y en Shabat recibimos este regalo. De eso se trata este Shabat, tenemos que llegar a un estado en el que no veamos los cerrojos, ni siquiera las puertas, sólo las grandes cámaras de sabiduría y entendimiento, y la gran Luz y sabiduría de todo lo que nos ha ocurrido. Aún no hemos llegado a eso. Tenemos que hacer el trabajo espiritual de elevación más allá del Deseo de Recibir para Sí Mismo. De eso se trata el trabajo de Elul. De eso se trata la preparación para Rosh Hashaná.
Como ya hemos dicho, en este Shabat podemos recibir tanto la fuerza para mayor certeza como para hacer más trabajo espiritual, viendo esos cerrojos como aberturas y convirtiéndolos en grandes cámaras de entendimiento y sabiduría en todo lo que nos ha ocurrido en cada aspecto de nuestra vida.