Cuando Avraham subió al monte, lo hizo acompañado únicamente de Yitsjak. Pero está escrito que cuando emprendió el viaje de tres días, llevó consigo a otras personas llamadas nearav, los siervos jóvenes. ¿Por qué?
Por una parte, Avraham había alcanzado el nivel más elevado de desapego del ego. Avraham logró una de las hazañas espirituales más grandes de la humanidad, pero no sólo su ego no creció debido a dicha proeza, sino que de hecho disminuyó. Aprendemos de esto que sólo si una persona se ve a sí misma como peor o inferior a los demás (aun si no es cierto, aun si la persona proviene en realidad de un plano espiritual elevado) la Luz del Creador puede fluir a través de él y hacia otras personas.
Si una persona se ve a sí misma como superior a alguien más, bajo cualquier concepto, entonces la Luz del Creador no puede fluir a través de ella hacia otra persona; únicamente cuando un individuo se ve a sí mismo como inferior, la Luz del Creador puede fluir a través de él y llegar a otras personas. Aunque sabemos objetivamente que todo el proceso de Akedá, la Atadura de Yitsjak, fue una de las acciones espirituales más poderosas que Avraham recibió, su ego no se elevó ni un centímetro debido a ello. Avraham en realidad se veía a sí mismo como una persona inferior; su ego disminuyó mediante la acción de Akedá. Esto es algo increíble y es, como el Jozé (o Vidente) de Lublin dice, uno de los signos de que una acción que hemos hecho está conectada con la Luz del Creador. Si llevamos a cabo una acción y sentimos que nuestro ego creció a raíz de ello, entonces esa acción no reveló Luz, mientras que si realizamos una acción y nuestro ego se reduce debido a ella, entonces la acción ha revelado Luz.
Después de la Akedá, Avraham no sólo no se vio a sí mismo como superior a otras personas debido a este gran logro, sino que de hecho se veía a sí mismo en un nivel más bajo que antes. Cuando una persona realiza una acción que no enaltece su ego, sino que en lugar de ello lo disminuye, entonces primero es una indicación de que la acción ha revelado Luz, y segundo la persona se convierte en un conducto más grande para que la Luz del Creador fluya a través de él hacia otras personas. Y por lo tanto, está escrita la palabra nearav luego de Akedá, lo cual se traduce literalmente como “los hombres jóvenes”, pero también representa a alguien que está completamente desligado del trabajo espiritual y de la Luz del Creador.
Entonces, ¿qué significa cuando dice que Avraham acudió a esas personas? Significa que luego de la Akedá, Avraham llegó al nivel de entendimiento, al nivel de conciencia, de que él era tan inferior como los más inferiores. Porque cuando Avraham regresó a esos jóvenes, no se vio a sí mismo por encima de ellos. Más bien se vio a sí mismo como inferior a ellos y así pudo despertar una gran santidad y una gran Luz dentro de ellos y él se elevó. Esa es la razón por la que después dice que fueron juntos a Beersheva; porque el Zóhar explica queBeersheva representa el Mundo Celestial de Maljut, el plano espiritual celestial. Por tanto, debido a que Avraham se vio a sí mismo como una persona tan inferior como ellos y tan desligada de la Luz del Creador como ellos lo estaban, él pudo elevarlos al nivel de lo que se llama Beersheva, o el ámbito de Maljut espiritual.
De esto aprendemos dos cosas muy importantes. Primero, estamos hablando acerca de Avraham después de que realizó una de las acciones espirituales más grandes de la historia. Y uno de los signos más importantes de que él reveló una gran Luz fue el hecho de que, cuando terminó, no se vio a sí mismo como mejor que alguien más. En realidad, su ego disminuyó aun más y Avraham se vio a sí mismo en un estado aun más bajo que antes, lo cual es algo que creo que para la mayoría de nosotros es incomprensible. Cuando alguno de nosotros realiza una pequeña acción de compartir, una pequeña acción espiritual, de alguna manera nuestro ego crece un poco. Pero esto en verdad es una indicación de que esa acción no reveló Luz realmente, porque si de verdad estás haciendo una acción que revela Luz, cuando terminas tu ego disminuye, y te ves en un nivel inferior al de las demás personas.
Y el segundo gran secreto es que la única forma en la que puedes ayudar a alguien es si no te ves a ti mismo como superior a esa persona. La Luz del Creador no puede fluir a través de ti hacia ellos y no puedes elevar a alguien más si consideras que eres más elevado que ellos.
¿Cómo lo haces entonces? No significa que tienes que mentir. Si alguien es un ladrón y tú no lo eres, no quiere decir que debas pensar que eres un ladrón. Pero lo que sí debes hacer es darte cuenta del nivel de tu carencia y decir: “Sí, esa persona tiene carencia, pero yo también la tengo enormemente”. No se trata de mentirte a ti mismo y decir “Soy un ladrón al igual que él es un ladrón” o lo que sea que esa persona es. Se trata de saber que respecto al trabajo espiritual que necesitas hacer y a la elevación del alma que necesitas alcanzar, te falta muchísimo. Y como tal, no puedes verte de ninguna forma en un nivel más elevado que alguien más.
Sólo cuando no consideramos que los demás son inferiores a nosotros, o cuando nos vemos aunque sea ligeramente inferiores o al mismo nivel en el que ellos están, la Luz del Creador puede fluir a través de nosotros y nosotros podemos elevar a los demás. Sí, puedes compartir y puedes enseñar, pero mientras lo hagas desde una posición elevada o por encima de los demás, la Luz del Creador no podrá fluir a través de ti y llegar a otras personas. Por lo tanto, lo que aprendemos de Avraham es un concepto hermoso. Avraham regresa nearav, luego de su gran logro de la Akedá, y se ve a sí mismo entre las personas inferiores, entre aquellos desconectados de la Luz del Creador. Y debido a esa conciencia, lo siguieron. Dice que fueron juntos a Beersheva, es decir: Avraham pudo elevarlos a la realidad llamada Beersheva, el plano de la Shejiná, o el Plano Espiritual.
Si Avraham hubiera regresado con toda la gran Luz de Akedá y hubiera considerado que estaba por encima de ellos, entonces todas las enseñanzas y todo el tiempo que pasó con ellos no habrían podido elevarlos. Sólo cuando una persona se ve a sí misma ya sea en el mismo nivel o en un nivel inferior al de los demás, la Luz del Creador puede fluir a través de ella y elevar a otras personas, gracias a la gran carencia que tiene en su trabajo espiritual y en su conexión.
Lo sorprendente es que casi no le tomó tiempo a Avraham para elevar a quienes estaban a su alrededor y en un nivel muy bajo, porque él consideró que estaba en el mismo nivel. Este es un concepto hermoso pero también uno muy importante. Nunca podrás asistir a otra persona mientras consideres que estás por encima de ella. Y puedes pasar años enseñándole y ayudándole, pero no puede ser duradero, no puede ser real. Si puedes verte en un nivel inferior y ayudar desde ese nivel, entonces tú, al igual que Avraham quien regresó a quienes estaban desconectados y se vio a sí mismo como uno de ellos, podrás elevar a otras personas en un instante.
Esta es una enseñanza importante; si cualquier acción espiritual que realicemos nos hace sentir mejores que alguien más después de hacerla, la acción no reveló Luz. Una acción que reveló Luz y que nos conecta con el Creador, por naturaleza, nos hará sentir inferiores después de hacerla.
Eso es lo primero. Y lo segundo es que si quieres asistir a otras personas y quieres ayudarlos, sólo hay una manera de hacerlo: al ser y sentirte inferior que ellos, al verte a ti mismo y tu carencia. Si te ves a ti mismo por encima de otra persona, sin importar cuánto quieras ayudar y compartir, no podrás hacerlo. Pero si consideras que estás en un nivel inferior, entonces en un instante la Luz del Creador puede fluir a través de ti y puedes elevar a las personas a Beersheva, al ámbito del mundo espiritual, a la Shejiná.