Hemos celebrado a las madres. Hemos celebrado a los padres. Y ambos merecen honores; créeme, sé lo difícil que puede ser ese trabajo (en mi caso, ¡multiplicado por cuatro!).
Sin embargo, el padre que solemos necesitar más no es externo. Más bien, es el padre en nuestro interior; aquel que nos ha acompañado en cada obstáculo, moretón y victoria. Este es el “padre interior” que nos dice que sigamos adelante cuando tenemos ganas de rendirnos. Aquel que, cuando estamos tentados a mirar Netflix hasta las tres de la madrugada o llenar la alacena de (aun más) comida chatarra, interviene para decirnos que hagamos lo correcto.
A veces, escuchamos. A veces, no lo hacemos. Pero estoy aquí para decirte que tu padre interior merece respeto y que, al igual que un cuerpo o un automóvil, ¡a veces también necesita un ajuste ocasional!
¿Por dónde empezar? Investigaciones en el ámbito de las ciencias sociales muestran que el estilo de crianza más efectivo —el que cría hijos más felices, adaptados y determinados— combina altas expectativas con una receptividad, un apoyo y un cariño iguales de altos. Entonces, ¿cómo sería esto desde la perspectiva de la autocrianza?
He aquí cuatro consejos para ayudar a tu padre interior a sacar lo mejor que hay en ti:
1) Establece reglas y expectativas (razonables y gentiles) para ti mismo.
Estudios sugieren que las altas expectativas en la crianza pueden ser sanas, siempre y cuando sean razonables y se mantengan equilibradas con los demás elementos. Después de todo, de no ser por una medida de expectativas, ¿cómo podríamos prosperar o definir nuestro propósito en el mundo? No podríamos.
Comienza por observar las áreas de tu vida que podrían necesitar más orientación. ¿Estás durmiendo poco o haciendo poco ejercicio? ¡Es hora de una intervención parental! Puedes hacer reglas específicas, como: Voy a caminar más cada día evitando el ascensor o Las luces se apagan a las 11 p. m. ¡sin excepción! O podrías pensar de un método más integral, por ejemplo: decidir cuidar tu alimentación o sumar la práctica de yoga a tu rutina de ejercicios.
Otro aspecto de esto: pregúntate si estás haciendo menos —o apuntando a menos— de lo que sabes que podrías asumir. Esto puede dejarte una sensación de inferioridad que podría perpetuarse en una mentalidad y un comportamiento derrotistas. Atiende cualquier pensamiento negativo sobre ti mismo y ve a la raíz de su origen. Practica convertir lo negativo en positivo: Yo puedo… Tengo fe… Soy valioso. ¡Porque puedes hacerlo y lo vales! Y depende de ti llevarlo a cabo.
2) ESCUCHA a tu voz interior.
Los buenos padres son buenos oyentes. Si, por ejemplo, un niño se siente ansioso, tenso o agotado, un buen padre no diría simplemente: “Ah, bueno, supéralo”. El padre motivará al niño a explorar dónde se originan estos sentimientos. ¿Hay algún “culpable” que esté causando la ansiedad? Ser receptivo significa prestar atención a las partes internas de nuestro ser que, a menudo, son opacadas por otras personas y situaciones.
Dedica tiempo a hacer una “auditoría” de todas las áreas importantes de tu vida: tus relaciones, tu empleo y tu sensación general del ser. ¿Qué áreas se sienten bien? ¿Cuáles necesitan atención? Si te permites ahogarte en la desdicha por cualquier cosa, no estás escuchando tu propia verdad. Si todos los días vas al trabajo y vuelves a casa sintiéndote insatisfecho, de nuevo, no estás escuchando ni honrando tu propio ser.
Esta semana, presta atención a aquellos lugares que se sienten “raros” y da pasos para acomodar esos desequilibrios. Busca apoyo donde lo necesites… solicita consejos acerca de las áreas necesarias… ESCUCHA de verdad los mensajes que tu mente, corazón y espíritu te están diciendo. Ellos son los consejeros más sabios de todos.
3) Dedica tiempo a simplemente SER.
Hay una razón por la que existe la hora del recreo. Y las salidas para jugar. Y parques con columpios y pozos de arena. El JUEGO no solo es importante para todos los niños desde una perspectiva del entretenimiento, según la Dra. Gwen DeWar, antropóloga biológica, “el juego y la exploración conducen a la neurogénesis —el nacimiento de nuevas neuronas— en la parte del hipocampo que tiene un papel crucial en el aprendizaje y la memoria”.
Mediante el juego descubrimos sin limitaciones. El juego nos permite conectarnos con nuestros propios ritmos y estar en el momento, lejos de las presiones que a menudo sentimos de producir o estar “preparados” para el mundo. ¡Y eso puede hacer maravillas para otras partes de nuestra vida!
Igual de beneficiosa es la práctica del “no tiempo”, que es una versión menos interactiva del juego. Para ayudar a ilustrarlo: algunas de las mejores ideas de Albert Einstein le llegaron mientras navegaba silenciosamente en su bote. Steve Jobs tuvo sus revelaciones más trascendentales mientras soñaba despierto descuidadamente. ¿La lección? La posibilidad de abstraerse está lejos de ser una pérdida de tiempo. ¡Más bien nos abre a SABOREAR el tiempo!
¿No me crees? Prueba incluir “jugar” o el “no tiempo” en tu ocupada agenda. ¡Nunca sabes la magia que podría crear!
4) Acoge el cambio y cultiva una mentalidad centrada en el crecimiento.
Heráclito, el filósofo griego, destacaba que la única constante en nuestra vida es el cambio. Esto es algo que todo padre puede certificar, dado que a lo largo de los años hemos sido testigos de la transformación de nuestros hijos en distintas criaturas (¡algunas más adorables que otras!). Dicho esto, como autoproclamada adicta al cambio, he dado la bienvenida a cada una de ellas. Tratar de luchar contra el cambio es la receta para una vida paralizada y reprimida. ¿Por qué no afrontarlo, acogerlo y hacer que funcione para ti? ¡El cambio —ya sea bueno o desafiante— siempre contiene una bendición!
Y casi siempre incluye errores. Créeme, he afrontado miedos enormes —y muchas equivocaciones— en mi transcurso de ser una chica con miedo de hablar a poder enseñar en público internacionalmente. Obvio, hubo incomodidades en el proceso… pero desde ese lugar, ¡les di la bienvenida!
Porque esos esfuerzos imperfectos me ayudaron a ser más hábil, segura y elocuente (¡en un buen día!).
La Kabbalah enseña que el único camino hacia la plenitud y el crecimiento es a través de un esfuerzo inquebrantable. No hay atajos hacia la sabiduría, no hay compuerta secreta para la pericia. El único camino para ser la persona que queremos ser es permitirnos experimentar las cosas, cometer errores e intentar de nuevo hasta hacerlo bien.
Cuando le preguntaron acerca de sus experimentos menos exitosos, Thomas Edison contestó: “No he fallado; tan solo descubrí diez mil métodos que no funcionan”. Te motivo no solo a que aceptes tus errores, ¡sino a que estés agradecido por el crecimiento que aportan!
Finalmente, en la jerarquía de necesidades de Maslow, el amor y la pertenencia son fundamentales para la autorrealización. Al momento de embarcarte en tu aventura como padre, ten presente que nunca es demasiado tarde (¡ni temprano!) para cultivar un sentido de amor propio. Porque cuando eres tu propio padre, puedes ser el “padre de ensueño” que siempre quisiste. TÚ puedes decidir.
Así que comienza ahora… justo donde te encuentras. ¡Toma excelentes decisiones el día de hoy! Tal y como dijo el sabio kabbalista Hilel el Anciano: “Si yo no me ocupo de mí, ¿quién lo hará? Si no me ocupo de los demás, ¿qué soy? Y si no es ahora, ¿cuándo?”.