Estás atrapado en el tráfico, viste a una celebridad en la calle o estás a punto de devorar una deliciosa (y hermosa) comida… Sea cual sea el caso, lo anterior es considerado como algo que vale la pena publicar en el mundo de los medios sociales. Enfrentémoslo, existen muy pocos temas que no son compartidos en los medios sociales. La amplia capacidad de diseminación de la tecnología ha cambiado nuestra cultura por una de compartir, pero no un compartir kabbalístico, más bien un compartir social. Estamos tan conectados que personas que casi ni conocemos, de repente se encuentran muy al tanto de lo que ocurre en nuestra vida diaria. La facilidad con la que podemos publicar fotos, historias y comentarios nos ha llevado a divulgar de manera habitual cada vez más información acerca de nosotros mismos.
Compartimos buenas y malas noticias, y todo lo que hay en el medio. Otra cosa en la que no somos tan tímidos para compartir son nuestras buenas acciones.
Michael Berg dice: “El compartir es importante no sólo porque nos permite realizar buenas acciones de manera visible o ser reconocidos como personas justas, el compartir es importante porque al transformarnos en seres dadores, obtenemos la alegría y la plenitud que son el verdadero propósito de la vida”. Cuando permitimos que nuestras acciones de compartir sean conocidas en los medios sociales, disminuimos el potencial de Luz que hay en ellas. Los kabbalistas enseñan que compartir las grandes hazañas que hemos realizado puede bordear en el alardeo orgulloso y disminuir la Luz revelada por el acto de compartir. Por otra parte, compartir la forma en la que hemos marcado una diferencia en la vida de otros puede inspirar a nuestros amigos y motivarlos a que también realicen estas acciones. Podemos evitar convertir nuestras acciones positivas en una publicación presuntuosa al echar un vistazo honesto a la motivación que hay detrás de nuestra publicación: ¿Estamos actuando por el deseo de nuestro ego por aprobación? O ¿estamos actuando genuinamente para diseminar más Luz? Con la conciencia correcta, podemos alterar positivamente la manera en la que otros perciben nuestro compartir y si esto los hará sentir inspirados o fastidiados.
Es verdad que inherentemente nos beneficiamos de compartir nuestras buenas acciones.
Cuando decimos a otros acerca de las grandes cosas que hemos realizado podemos recibir reconocimiento o elogios, o pensamos que los demás pensarán mejor acerca de nosotros. Así que, nos corresponde preguntarnos a nosotros mismos: ¿Estamos compartiendo para impresionar a otros, para obtener apoyo, o para inspirar a otros? Las bendiciones vendrán a nosotros ya sea que los demás conozcan nuestros actos de bondad o no (¡aunque vendrán más bendiciones si no lo saben!). El compartir es intrínsecamente valioso, no porque te confiere un premio, sino porque trae más Luz al mundo y la vida de las personas con quienes compartimos.
¿Qué pasaría si nunca le dijéramos ni a una persona? Los kabbalistas enseñan que los actos de compartir traen más Luz al mundo cuando resistimos nuestro deseo de hacer conocer nuestra bondad. Michael Berg dice que “sería ideal evitar que aquellos que no están involucrados directamente sepan mucho acerca de nuestra vida espiritual, especialmente acerca de nuestros actos de compartir, ya que las acciones de compartir anónimas revelan la mayor Luz”. La meta es entonces compartir en silencio y continuar inspirando a otros.
Una forma en la que podemos ir más allá de compartir las cosas que hacemos es al compartir también el por qué son importantes estas acciones. Al hacerlo, podemos lograr que otros les importe tanto como a nosotros una causa o caridad, lo cual puede resultar en acciones positivas. Sin información acerca de formas para ayudar a otros y por qué esto es importante, muchos podrían nunca considerar el ayudar a los demás. Nuestro círculo social en línea puede convertirse así en una red para diseminar la Luz. Los medios sociales tienen una poderosa influencia en nuestra vida. Podemos quedar atrapados fácilmente en la satisfacción temporal de compartir nuestros actos de bondad, pero cuando convertimos una publicación que inicialmente puede ser jactanciosa en una oportunidad para compartir e inspirar a otros a realizar actos más grandes de bondad, la Luz que compartimos crece porque cuando nuestra conciencia es una conciencia de compartir y buscar apoyo para dar más, es así como alcanzamos nuestro potencial más elevado.