La idea del cambio puede ser aterradora. Aun cuando anhelamos algo nuevo o diferente, el miedo a lo desconocido a menudo puede detenernos. La verdad es que el cambio es inevitable. Estamos cambiando todo el tiempo, ya sea que nos demos cuenta o no. Sin embargo, podemos elegir en qué dirección queremos crecer y usar el cambio como una oportunidad para una asombrosa transformación personal.
He aquí seis consejos para hacer grandes cambios en tu vida:
Con mucha frecuencia ignoramos o reprimimos los pensamientos con los que nos resulta incómodo lidiar. Es esa sensación persistente que nos dice que falta algo en nuestra vida o que las cosas podrían ser mejores. Cuando seguimos apartando estos pensamientos y sentimientos, nos aislamos de las señales que nuestras emociones nos dan. Con el tiempo, podemos llegar a un punto en el que descubrimos que nuestra vida está muy alejada de lo que alguna vez esperábamos para nosotros mismos.
Dedica tiempo para entrar en contacto con tus pensamientos y sentimientos más íntimos. Empieza a escuchar la voz en tu cabeza que cuestiona cómo son las cosas. Permite que hable. Una vez que lo haga, puedes comenzar a hacerle preguntas como: “¿Estoy contento con la forma en que están las cosas?”. Incluso nuestros pensamientos más oscuros pueden indicar algo importante que debemos enfrentar o cambiar.
Es fácil caer en los roles que otras personas esperan de nosotros. Todos tenemos una idea de cómo debe ser un padre, una pareja, un amigo o empleado. Podemos ser muy exigentes con nosotros mismos para encajar en ese molde al punto de sacrificar nuestra felicidad en pos de la perfección. Pero ¿qué pasa si estás destinado a algo más que eso?
Pregúntate: “¿Cómo sería mi vida si no usara la palabra ‘debería’?”. ¿Actuarías de forma diferente si no tuvieras esas expectativas? Eliminar la palabra “debería” de tu vocabulario puede cambiar tu enfoque de lo que te sientes obligado a hacer o ser a lo que tú anhelas hacer, lo que te brinda plenitud y en quién quieres convertirte en definitiva.
Muy a menudo, pausamos la búsqueda de las cosas que queremos, a la espera de que las circunstancias sean exactamente las adecuadas. Pensamos: “Cuando tenga la confianza, iré por ese ascenso. Cuando me jubile, empezaré a dedicarme a mis pasiones. Cuando me sienta inspirado, escribiré ese libro”. Ponemos nuestros sueños y metas en pausa porque el momento todavía no parece el adecuado. Pero ¿qué sucede si ese momento perfecto nunca llega?
Cada momento es una oportunidad para ir tras las cosas que te traen plenitud. Tu vida está ocurriendo en este instante. Ten presente que no necesitas esperar el momento perfecto para comenzar a ir tras las cosas que quieres, porque el momento perfecto es ahora.
Cada vez que hacemos un gran cambio en nuestra vida, en especial uno importante y transformador, tiende a haber personas que se resisten a él. Es posible que no entiendan o acepten el cambio al principio y, por consiguiente, reaccionen con cierto nivel de rechazo, prejuicio, resentimiento o celos.
Acepta el hecho de que no todos van a estar contentos con tus decisiones. Recuerda que no llevas tu vida por la aprobación de otras personas. Vivir auténticamente es vivir alineado con el propósito de tu alma en este mundo. No todos lo entenderán. Da a los demás el espacio y el tiempo para adaptarse a los cambios de tu vida, entendiendo que cualquier gran cambio implica un período de transición. Si al final aceptan o no tus cambios, es cosa de ellos.
Si bien hacer grandes cambios es, en definitiva, para nuestro propio beneficio espiritual, no significa que tengamos que hacerlo todo solos. La clave para cualquier relación o amistad próspera es encontrar a alguien que también tenga una mentalidad de crecimiento como tú. Eso significa que ambos acogen y buscan el cambio.
El cambio es una parte sana de cualquier relación basada en el amor incondicional. Si ambos aprecian y respetan el acto del cambio, entonces, sin importar los problemas que tengan, pueden comunicarse y resolverlos juntos. Da el salto para pedir el apoyo que necesitas y ofrécelo en especie cuando la otra persona lo necesite. Una relación sana está diseñada para transitar grandes cambios.
Con frecuencia confundimos la comodidad con la felicidad. Tener una vida que sea cómoda puede ser poco gratificante e impedirnos crecer en las poderosas formas espirituales que estamos destinados a hacerlo. Por otro lado, ir tras aquello que realmente queremos puede requerir que salgamos de nuestra comodidad. Requiere valentía y trabajo duro.
Los grandes cambios son difíciles, pero, en definitiva, son gratificantes. Hacer un cambio no necesariamente garantiza la felicidad, pero la búsqueda de la felicidad puede ser todavía más satisfactoria.
No estamos destinados a permanecer iguales para siempre, sino a estar en un proceso de constante evolución, creciendo y transformándonos en versiones cada vez mejores de nosotros mismos. No podemos alcanzar nuestro potencial espiritual sin un cambio. Entra en contacto con lo que genuinamente quieres de la vida y concéntrate menos en las expectativas de lo que “deberías” hacer o en lo que los demás opinen de ti. Aprovecha el presente, sal de tu comodidad y pide apoyo en este proceso. Esta es la clave para crear una vida próspera que evolucione constantemente de forma poderosa.