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La singularidad de la conexión

Michael Berg
Abril 28, 2021
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Hay una hermosa sección al final de la porción de Emor en el Zóhar en la cual Rav Shimón bar Yojái dice: “Las personas no conocen, no ven, no prestan atención. Cuando el Creador creó al hombre, y envió toda la Luz y las bendiciones a Adán, el Creador quería una cosa. Él quería que el hombre estuviera completamente unido y conectado con la Luz del Creador, que no hubiera ningún cambio, que no hubiera nada que saliera mal”.

El Creador creó al hombre por un propósito, y Rav Áshlag habla de ello a profundidad en la Introducción a las Diez Emanaciones Luminosas (publicada bajo el título Y escogerás la vida): para que alcanzara completa conexión con la certeza en la Luz del Creador. Todo está conectado con el nivel de certeza que un individuo despierte. Cuando dice que el Árbol de la Vida estaba en el medio del Jardín de Edén, significa que el Creador le dijo al hombre: “Necesito algo de ti. Mi deseo para ti es que la Luz fluya hacia ti todo el tiempo, mi deseo para ti es que estés en singularidad de conexión con la Luz del Creador, y eso tiene que venir con la certeza”.

Pero Adán, el hombre, y nosotros mismos, aún continuamos desviándonos del camino de la certeza y nos alejamos del Árbol de la Vida. Dejamos la conexión total con la Luz del Creador, y las personas siguen escogiendo estar conectadas con el Árbol que cambia de bien para mal. Por lo tanto, caímos desde los niveles más elevados hasta los más bajos, y desafortunadamente nos conectamos con los cambios constantes todo el tiempo: algunas veces buenos, algunas veces malos. Porque el nivel más elevado es una singularidad, un nivel que nunca cambia. Esto es lo que dice, que en la Creación original estamos destinados a ser rectos, pero el ser humano, lamentablemente, quiere todo tipo de cálculos, y deja el camino del Árbol de la Vida para dirigirse hacia el camino del Árbol del Conocimiento, al Bien y al Mal.

Así que el Zóhar aquí nos está diciendo que conectar con el Creador es una singularidad. La singularidad de la conexión, la singularidad de adherirnos a la Luz del Creador, es una. ¿Qué significa ser uno? Para todos nosotros que estamos en el camino espiritual, el trabajo espiritual es importante para nosotros. La certeza es importante para nosotros. Pero también hay otras cosas que también son importantes para nosotros. Una vez que hay otras cosas que también son importantes, ese es el Árbol del Conocimiento; esta persona me está haciendo esto o aquello.

Todas las cosas que también son importantes para nosotros nos sacan del camino del Árbol de la Vida y nos conectan con el Árbol del Conocimiento, al Bien y al Mal. Por ende, tenemos que entender que si queremos estar en el camino que nos conecte con lo que el Zóhar llama singularidad de conexión, no pueden haber otras cosas involucradas. Esto no quiere decir que no vivamos en el mundo físico y que no podamos disfrutar de las cosas.

Pero con respecto a las cosas que son importantes, las cosas que consumen nuestra mente, que nos incomodan y nos molestan, en ese momento nos conectamos con el Árbol del Conocimiento, con el Bien y el Mal. Estar conectados con el Árbol de la Vida significa que somos singulares, hay únicamente un pensamiento en nuestra mente en todo momento: ¿Qué estoy haciendo para conectar con la Luz del Creador y para alcanzar la conexión singular? Cualquier otro pensamiento nos saca del camino espiritual.

El Zóhar dice que escogemos esto cada día. Dejamos el árbol singular, el árbol al que sólo podemos conectarnos cuando nuestra conciencia es singular y cuando lo único que es importante para nosotros es nuestra conexión con la Luz del Creador. Podemos hacer mucho trabajo espiritual, podemos estudiar mucho, podemos leer mucho el Zóhar, y aún no estar conectados con el estado singular, porque ese estado tiene una esencia. Es singular, es decir, que una persona sólo puede conectar con él cuando está en un estado singular.

¿Qué significa estar en un estado singular? Significa que mi conexión con la Luz del Creador es todo lo que me importa. Cuando una persona comienza a pensar en todas las cosas que le resultan importantes excepto su conexión con la Luz del Creador, el Zóhar dice que esa persona se aparta del Árbol de la Vida singular y se conecta con el Árbol del Conocimiento, el cual es a veces bueno y a veces malo. Ese Árbol también podría tener trabajo espiritual, sabiduría y algo de conexión con la Luz del Zóhar. Pero la persona perdió el Árbol de la Vida, porque no podemos estar conectándonos con el Árbol de la Vida singular cuando nuestra mente está llena de otras cosas también.

El Creador dice: “Hice al hombre para que tuviera una conciencia singular”. De nuevo, esto no quiere decir que no vivamos en el mundo físico y no disfrutemos muchas cosas o no tengamos otros pensamientos; pero cuando hablamos de lo que nos molesta, lo que es importante para nosotros, lo que realmente consume nuestra mente, de esto es de lo que estamos hablando.

¿Qué es lo más importante para mí? Que nada me distraiga, que nada me moleste o me aleje de lo que es realmente importante. En el grado en que tengamos la conciencia de una conexión singular, como la llama el Zóhar, en ese mismo grado estamos conectados con el Árbol de la Vida. Pero una vez que comenzamos a pensar en otras cosas que nos molestan y otras cosas que nos resultan importantes, estamos saliendo de la conciencia del Árbol de la Vida, y nos estamos conectando con el Árbol que tiene todo tipo de cosas, tanto buenas como malas.

La próxima vez que ocurra algo que nos moleste, que quiera tomar el lugar de nuestros pensamientos importantes, tenemos que recordar lo que el Creador nos está diciendo. La forma para estar conectados con la vida es la singularidad de conciencia, y la forma para estar conectados con el Árbol del Conocimiento, con el Bien y el Mal, es mediante todos los otros tipos de conciencia. Es el trabajo de toda una vida, por supuesto, pero si una persona se impulsa de manera consistente a ser singular en su conciencia, singular en su deseo por conectar con la Luz del Creador, entonces al final, como lo dice el Zóhar, puede llegar a un estado en donde no prueba la muerte. Sin embargo, si la persona sale del camino, si deja esta conciencia singular, entonces todo tipo de muerte y oscuridad formarán parte de ese camino.

El Zóhar dice que mientras no mantengamos singularidad de conciencia, algunas veces ocurrirán cosas buenas, algunas veces ocurrirán cosas malas. Algunas veces las cosas nos molestarán, otras nos harán estar en calma. Algunas veces habrá juicio y otras habrá misericordia. Pero no podremos mantener una conexión con la vida, la misericordia, la bondad y la paz. Porque si permitimos muchas conciencias diferentes —pensar: esto es importante y aquello es importante— es a eso a lo que nos adherimos. Hemos tomado una decisión: “Me estoy adhiriendo al Árbol del Conocimiento, al Bien y al Mal”. El Zóhar nos dice que el Creador desea que recibamos bondad, y nos dice cada día que dejemos de alimentarnos del Árbol del Conocimiento, del Bien y del Mal, y que dejemos de preocuparnos o de ocuparnos con esto y aquello.

No estamos destinados a ser perfectos, pero en una semana, en un día, ¿cuánto de nuestra mente está conectado con el Árbol de la Vida? Ahora que tenemos este entendimiento, la pregunta que nos hacemos es: ¿Cuánto de mi conciencia está solamente enfocada en mi conexión con la Luz del Creador, y cuánto de ella está enfocada en otras cosas? Y cuando una cantidad considerable de nosotros nos esforcemos en ello, eso es lo que traerá el cambio al mundo. Esta es una sección del Zóhar muy importante, y dado que se revela a nosotros en Shabat Emor, significa que esta capacidad para que despertemos a una conexión más grande con la singularidad de conexión está disponible para nosotros en este Shabat.


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