Esta semana contamos con dos porciones, Tazría-Metsorá, ambas están relacionadas en gran parte con lo que no parecen ser cosas positivas a simple vista. Las porciones hablan acerca de la lepra, lo cual en realidad se entiende como toda enfermedad, negatividad y oscuridad que viene a una persona. Así que está escrito: “Cuando una persona tiene lepra, debe sentarse fuera del campamento”. ¿Qué significa esto para nosotros?
Es un punto muy importante que en la época de la Torá, una persona que padecía de lepra era obligada a sentarse fuera del campamento. Pero la verdad es que esta realidad existe para todos nosotros, todos estamos sentados afuera. Cuando una persona puede llegar al punto más profundo de conexión, él o ella experimenta la totalidad de la Luz del Creador en cada acción que realiza, lo cual significa que, si alguien no se encuentra en el punto más profundo de conexión, está “sentada fuera” y no experimenta esa conexión total.
Por ejemplo: puede que existan dos personas que intentan realizar el trabajo espiritual y una de ellas siente la Luz del Zóhar o la Luz de Shabat más que la otra. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué algunas personas sienten más y se conectan más? La respuesta está en que, cuando un individuo actúa, piensa y habla de manera negativa, crea una barrera a su alrededor que lo separa de la Luz del Creador y, por ende, lo separa de poder sentir, conectarse, atraer y manifestar la Luz del Creador; por ello se dice que se mantiene a sí mismo “sentado fuera”.
Es por tal motivo que debemos saber que una razón por la cual no sentimos la misma Luz, la misma plenitud y la misma alegría que Rav Shimón bar Yojái sintió cuando revelaba el Zóhar, o que sintieron los kabbalistas en sus estudios y conexiones, se debe a que hemos creado este campo de fuerza o coraza a nuestro alrededor que no nos permite acercarnos a la Luz que se encuentra dentro de estas grandes herramientas. Y esa es la razón por la cual observarás que, para cada individuo, el nivel de emoción, conexión y alegría que experimenta en las conexiones es diferente.
"Con cada pensamiento, palabra y acción negativa y egoísta nos distanciamos de poder tocar, conectar y sentir la Luz infinita."
Y existe sólo una razón para esto: se debe a que a través de nuestra negatividad y acciones egoístas hemos creado un muro, un concepto llamado badad yeshev, el “sentarse fuera” de la conexión más profunda con la Luz del Creador. Todos estamos destinados a sentir la Luz infinita en cada conexión que realizamos. Por ejemplo: cada momento en el que llevamos a cabo una acción de compartir, sentimos la Luz infinita en esa acción. Así que, ya que sabemos esto, la próxima vez que tengas la opción de actuar por el Deseo de recibir para Sí mismo, detente por un segundo y di: “Pero si hago esto quiere decir que en un minuto o en una hora, cuando desee realizar una conexión, sentirla, y realmente conectarme de manera profunda con la Luz infinita de esa acción, de esa conexión, no podré hacerlo”. Recuerda: con cada pensamiento, palabra y acción negativa y egoísta nos distanciamos de poder tocar, conectar y sentir la Luz infinita, debido a nuestro Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Por ende, uno de los grandes obsequios de este Shabat es derrumbar esa barrera y permitirnos entrar, conectar y sentir la Luz del Creador de verdad. Pienso que puede decirse que muchos de nosotros nunca hemos sentido completamente la totalidad de la Luz del Creador en ninguna de las acciones que hemos realizado. Y tenemos que entender el por qué. Algunas veces pensamos: “Oh, quizá no entiendo lo suficiente, tal vez no me estoy conectando con ello. ¿Por qué razón no siento, no entiendo y no me conecto?”. Por una única razón: porque a través de nuestras acciones egoístas del Deseo de recibir para Sí mismo hemos construido una barrera entre nosotros y la Luz, y por ello sólo podemos tocar un poco de esa Luz. Y como encontramos en las historias infinitas que leemos en el Zóhar o en los escritos de los kabbalistas, no existe razón por la cual no veamos la Luz infinita cada vez que hacemos una conexión o cada vez que conectamos con el Zóhar.
“Debe sentarse fuera del campamento…”. Todos estamos sentados afuera; algunos más, otros menos, pero todos estamos sentados afuera. Lo que tenemos que entender es por qué. A través de nuestros pensamientos, palabras y acciones hemos escogido salirnos del campamento y esa es la razón por la que no podemos sentir ni conectar. Sin embargo, si realmente comenzamos a tener la conciencia de: “No puedo hacer eso, no puedo pensar así y no puedo hablar así, porque cuando hago mis conexiones, quiero obtener la totalidad de la Luz que está disponible para mí. Y sé que si pienso, hablo o actúo de esa manera, construyo otra barrera y me alejo mucho más (del campamento)”.
Este es un obsequio importante que recibimos en este Shabat: la capacidad de tener la fortaleza para comenzar a derrumbar esa barrera, comenzar a ir hacia adentro, comenzar a probar de verdad y a conectar genuinamente con la Luz infinita que hay en cada palabra que leemos en el Zóhar y en cada conexión que realizamos… y como consecuencia, poder conectar y recibir verdaderamente la Luz infinita que está esperando por nosotros, pero que no permitimos que se manifieste.