Vas manejando por la calle principal de tu ciudad. El clima está ideal, mejor dicho, perfecto. Pasas una luz verde y mientras vas llegando al siguiente semáforo, la luz roja de éste cambia a verde. Sí, te dices. Continúas y pasas otra luz verde. Es mi día de suerte, piensas, y deseas que todos tus días sean así de sencillos...
La vida puede sentirse así a veces, como si todo fuese como tú quieres. Es una buena sensación y, a menudo, es bien merecida. Pero no importa cuantas luces verdes pasemos, de vez en cuando tendremos que encontrarnos una roja (un momento en nuestras vidas en el que las cosas no sean tan sencillas). ¿Qué pasaría si cada vez que encontramos un obstáculo en nuestro camino decidimos ir en otra dirección? ¡Nunca llegaríamos a ningún lado! Pasaríamos nuestra vida deambulando sin lograr nada nunca. Los obstáculos están allí por una razón, como Michael Berg nos recuerda en Los secretos de la Biblia (Secrets of the Bible), “No vinimos a este mundo para pasearnos entre obstáculos y desafíos. Se supone que debemos seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles. La puerta no se abre si no superamos la cerradura”.
Rosh Hashaná puede sentirse como un cruce. Justo cuando comienzas a aumentar la velocidad te topas con el año nuevo, un momento en el que debemos parar para desenterrar el pasado, sin importar qué tan doloroso pueda ser, para poder corregir la negatividad y continuar. Si no somos concientes, sólo nos tambaleamos y mantenemos el statu quo. Pero el año nuevo nos da una oportunidad única comparada con cualquier otro reductor de velocidad que podamos encontrarnos en el año. Siendo concientes, podemos cruzar el umbral del año nuevo más fuertes y más conectados que antes.
Paul Thagard, autor del libro El Cerebro y el Significado de la Vida, sugiere que usemos el término “prosiliente” para describir esta experiencia. Explica que “Aún mejor que la resiliencia, es la habilidad de una persona, ecosistema, economía o cualquier otro sistema de responder a las dificultades mejorando, y no únicamente recuperarse y volver al estado anterior… Ser prosiliente no es ser proactivo, esto último requiere actuar de manera anticipada frente a problemas previstos. El mundo suele ser muy incierto como para poder ser proactivos, pero podemos enfrentar los eventos inesperados tratando de mejorar nuestra situación general en lugar de sólo regresar al estado previo”. La propuesta de Thagard refuerza una enseñanza kabbalística esencial: no importa qué tan impredecible sea tu vida, cada obstáculo, cada luz roja es una oportunidad para crecer.
Pregúntate, sin Rosh Hashaná como un recordatorio para parar y reflexionar sobre nuestro estado espiritual y sobre cómo hacer cambios positivos en nuestras vidas ¿Cuántos de nosotros reflexionaríamos por nuestra cuenta? ¿Cuál sería la probabilidad de pasar los 10 días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur siendo honestos con nosotros mismos, enfrentando nuestras fallas, corrigiendo acciones negativas de nuestro pasado e ideando buenos propósitos para el futuro? Este no es el momento para simplemente tratar de mejorar un poco. Es el momento para una transformación real y duradera, lo cual puede ser incómodo. La verdad es que estamos tan dispuestos a desenterrar errores del pasado como lo estamos al parar frente a una luz verde.
Rosh Hashaná marca el inicio de un periodo de 10 días en el que debemos ganar las bendiciones que nos esperan en el nuevo año. ¡Es todo un desafío! El capítulo bíblico Haazinu se lee en el Shabat que está entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, éste actúa como un umbral que debemos cruzar para alcanzar las bendiciones que nos esperan. Michael Berg nos recuerda que, “Si evadimos un desafío hoy, encontraremos otro la próxima semana, pero perderemos la oportunidad de esta semana”. El Shabat de Haazinu funciona como un portal. Cuando no desaprovechamos esta oportunidad y cruzamos ese portal, somos capaces de convertir el juicio en Luz.
No dudes de tu habilidad para la transformación profunda. Una enorme cantidad de Luz estará disponible durante el Shabat de Haazinu para ayudarnos. Si decides cambiar y detenerte para honrar esta oportunidad, podrás aprovechar esa Luz. La Kabbalah nos enseña que toda luz roja es un regalo del Creador. Con conciencia podremos evitar pasar con rapidez por el umbral del año nuevo y progresar siendo más fuertes y más “prosilientes” que antes. Permite que Rosh Hashaná te dé fortaleza para el buen año que viene.
"Este es el regalo que nos dieron en Yom Kipur, no la religiosidad, sino la oportunidad de aumentar y mejorar la calidad física y espiritual de la vida de todos los seres humanos". -Rav Berg